La muerte de la reina Isabel II en Escocia asocia a ese territorio con el traspaso de la corona a un nuevo monarca, pero su deceso también reaviva el debate sobre la independencia escocesa del Reino Unido.
Miles de personas esperaron horas el domingo para ver el féretro de la reina de 96 años llegar del castillo Balmoral al Palacio de Holyroodhouse, en Edimburgo, y la proclamación formal de Carlos como rey. Pero existe una fuerte tendencia republicana en Escocia y se escucharon algunos abucheos en medio de la multitud aglomerada en la ruta.
Una mujer de 20 años fue detenida por portar una pancarta con una consigna obscena contra la monarquía antes de la proclamación del nuevo rey, donde también hubo abucheos.
Para algunos en la multitud, Isabel II y su hijo, el rey Carlos III, representan la fuerza del Reino Unido de Escocia, Inglaterra, Irlanda del Norte y Gales. Ella fue “una de las cosas que mantenían unido” al Reino Unido, destacó Archie Nicol, de 67 años, quien acudió al castillo Balmoral a brindar sus respetos a la monarca.
Pero otros que expresaron su admiración por la fallecida reina aclararon que ese sentimiento es algo separado de su deseo de ser un país independiente.
“Está claro que loa reina respetaba a Escocia”, aseguró Nicola Sandilands, una maestra de 46 años.
Pero quizás el deceso de Isabel II “tal vez haga más fácil convertirse en república”, agregó.
“Algunos escoceses considerarán el fin de esta era como el momento natural para un nuevo inicio”, escribió el periodista escocés Alex Massie en el diario The Times.
REINA DE ESCOCIA
El gobernante Partido Nacionalista Escocés (SNP), que quiere otro referendo sobre la independencia pese al voto negativo de 2014, no exige una república. Su fundador Alex Salmond ha construido relaciones cercanas con Carlos y fue quien acuñó el término “reina de Escocia”.
Y la ministra principal del SNP, Nicola Sturgeon, expresó su “profunda condolencia” cuando murió la reina, de quien elogió su “extraordinaria dedicación y servicio”. Pero la transición a otro monarca basado en Inglaterra, aunque educado en un internado escocés y aficionado a las faldas (kilt) escocesas, plantea el riesgo de deshacer los lazos.
“La Unión probablemente corre más peligro ahora que ella no está”, señaló el veterano periodista Andrew Neil en el diario Daily Mail.
“El rey Carlos amará a Escocia tanto como la reina, pero simplemente no tiene su autoridad”, escribió.
Una encuesta del grupo de estudio British Future determinó en junio que 45 por ciento de los escoceses apoyan a la monarquía frente a 36 por ciento que desea una república. Entre tanto, 51 por ciento quiere permanecer como parte del Reino Unido.
NUNCA SE PRONUNCIÓ SOBRE LA INDEPENDENCIA
Antes de ser rey, Carlos hablaba de numerosos temas, como cambio climático, una postura exaltada por el diario escocés Daily Record, que le urgió convertir el medio ambiente en su misión como rey. Pero como monarca constitucional, deberá evitar temas políticos, en particular la independencia.
“El paso de la corona es un momento de debilidad, quizás incluso fragilidad”, advirtió Adam Tomkins, un abogado constitucional y profesor de la Universidad de Glasgow, en el diario The Herald.
Señaló que la pregunta es si Carlos III puede “emular a su madre en mantener la discreción con la cual la monarquía se sostiene o cae”. Isabel II nunca se pronunció sobre la independencia, aunque antes del referendo de 2014 dijo que esperaba que los escoceses “pensaran con mucho cuidado en el futuro”.
LAS VISITAS DE CARLOS III
El féretro será trasladado el martes en avión a Londres para ser velado antes del funeral de Estado el 19 de septiembre. Por su parte, Carlos III visitará Irlanda del Norte y luego Gales para completar su gira a las cuatro naciones del Reino Unido.
En Edimburgo, la recepcionista Theresa Brown de 51 años dijo que está feliz de que él permanezca como rey de Escocia.
“Yo quiero la independencia de Westminster (sede del Parlamento). La familia real no me molesta”, comentó. N