El parque nacional Alerce Costero, en Chile, es hogar de un árbol muy grande y muy pero muy viejo. Los alerces no crecen rápido ni mueren jóvenes. Todo lo contrario: su crecimiento es muy lento y son increíblemente longevos.
Como informó Science en su artículo del 20 de mayo de 2022, el Dr. Jonathan Barichivich considera que el llamado “alerce milenario”, ubicado en este parque, es el árbol más antiguo que existe, pues tiene, por lo menos, 5,000 años de edad.
Eso significa que comenzó a crecer justo después que la humanidad entrara en la Edad del Bronce, lo cual apunta a que es mucho más antiguo que el poseedor del récord anterior: un pino longevo (Pinus longaeva; en inglés: bristlecone pine) localizado en el oriente del estado de California, Estados Unidos, el cual se cree que podría tener 4,853 años.
Apasionado de las ciencias ambientales, Barichivich creció en las tierras indígenas de su familia, justo enfrente del citado parque nacional. Por ello decidió dedicar su vida al estudio y la protección de los alerces.
El alerce es un árbol que crece con una lentitud pasmosa, y debido a que el alerce milenario es el árbol más grande de dicho bosque pluvial —con un tronco de más de 4 metros de diámetro—, existía la sospecha de que este espécimen fuera extraordinariamente antiguo.
Como cabe suponer, un árbol así de grande terminó por convertirse en el atractivo principal del parque. Gracias a que en 2012 se hizo una gran inversión en infraestructura vial para facilitar el acceso, Barichivich informa que el parque recibe más de 10,000 visitantes al año.
TODOS QUIEREN VER EL ÁRBOL, PERO LO MALTRATAN
Y todos quieren ver el alerce milenario. Aunque las raíces están rodeadas por una plataforma, el árbol en sí no está bien protegido ni señalizado, de manera que el público suele trepar en la plataforma para caminar sobre las raíces.
El problema para Barichivich estriba en la vulnerabilidad del alerce milenario, ya que solo 28 por ciento del árbol sigue vivo y la mayor parte de ese porcentaje se encuentra en las raíces, de suerte que quienes caminan en el suelo circundante dañan las últimas estructuras vivas del coloso y compactan la tierra.
“Este árbol es un miembro de mi familia. Se me parte el corazón de verlo así, como un león enjaulado en un zoológico”, declaró Barichivich para Newsweek. Sucede que su familia siempre ha sido guardiana de los alerces del parque, y las generaciones que le precedieron se dedicaron a proteger esas tierras y sus árboles.
Pero ahora, como científico medioambiental, Barichivich considera que lo mejor que puede hacer por los árboles es demostrar cuán valiosos son para la ciencia, y lo importante que es protegerlos.
Los científicos suelen recurrir a la dendrocronología para determinar la edad de un árbol. Introducen un barrenador hasta el núcleo del tronco a objeto de obtener una muestra, y luego cuentan la cantidad de anillos de crecimiento para determinar la antigüedad.
DATACIÓN CON CARBONO PARA CALCULAR LA EDAD
Un inconveniente en esta instancia es que el alerce milenario se ha vuelto demasiado ancho para que un barrenador estándar de 90 centímetros penetre hasta el núcleo. Otro es que el núcleo de los árboles así de longevos suele estar podrido, por lo que la única alternativa para Barichivich era barrenar las raíces y recurrir a la datación con carbono.
Sin embargo, ese procedimiento dañaría las raíces, algo impensable para el científico. “No pretendemos ocupar los titulares ni batir récords. Nuestro objetivo es proteger el árbol” sentenció.
“No se trata de abrir un agujero solo para averiguar cuál es el árbol más antiguo. El desafío científico es calcular la edad sin dañar el árbol”.
A fin de establecer la edad del alerce sin dañarlo, Barichivich y el Dr. Antonio Lara, catedrático de la Universidad Austral de Chile, recurrieron al modelado estadístico. Esta metodología permite predecir la edad de un árbol a partir de la información conocida sobre el crecimiento de su especie.
En el caso del alerce milenario, los científicos utilizaron los datos de 2,400 alerces para crear un modelo de distribución bayesiano que sirvió para calcular la edad probable del espécimen.
Barichivich determinó que la edad aproximada del alerce milenario es de 5,484 años, de manera que puede afirmar que el árbol tiene una antigüedad de, al menos, 5,000 años.
COMUNIDAD CIENTÍFICA ESCÉPTICA
Ahora bien, debido a que el dúo no ha publicado, formalmente, sus datos ni la metodología, la comunidad científica se muestra escéptica de los resultados. En particular, por tratarse de una estrategia predictiva sin precedentes.
A Barichivich le da igual. “El alerce es la segunda especie arbórea más longeva, así que es esperable que topemos con árboles muy viejos. Verifiqué nuestro método estudiando otros árboles de los que pudimos obtener anillos de crecimiento completos, y comprobamos que nuestra estrategia obedece al patrón biológico de crecimiento y longevidad.
“El alerce milenario se encuentra en el punto correcto de la curva de crecimiento exponencial: su crecimiento es más lento que el del pino longevo —[de California] el árbol más antiguo que se conoce—, lo cual indica que ha vivido más tiempo”, concluyó el científico.
Barichivich confía en que su metodología será de utilidad para futuras investigaciones arbóreas en las que la dendrocronología pueda dañar un árbol vulnerable como el alerce milenario.
Asimismo, confía en que la información obtenida del árbol que su familia ha resguardado durante generaciones instigue a las autoridades del parque a tomar medidas adicionales para proteger el venerable gigante. N
(Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek)