Las mujeres siempre hemos formado parte de la estructura social de cada pueblo, cultura y civilización. A veces invisibles, a veces discretas, y muy pocas veces con total protagonismo.
En la comunidad primitiva nuestro papel fue preponderante en la familia y la agricultura. Pero durante el esclavismo, feudalismo y capitalismo el hombre ocupó este papel y las mujeres fueron relegadas a la esfera doméstica, donde principalmente recibieron los bienes materiales e intelectuales por parte de otros.
Eso nos ha llevado en el último siglo a tomar mayor relevancia y visibilidad en todos los ámbitos, con una postura cada vez más fuerte ante cualquier clase de discriminación, y siendo cada vez menos las mujeres que debemos ocultarnos o ser relegadas simplemente por expresarnos con libertad e independencia.
Indudablemente hay mucho camino por recorrer, demasiado por explorar y lograr. La brecha —aunque ha disminuido— sigue existiendo y, por ello, cada una de nosotras tenemos la responsabilidad de aportar y construir, desde nuestros núcleos familiares, acciones encaminadas al desarrollo de un modelo de interacción social más inclusivo, diverso y unido para todos.
A pesar de este entorno, se ha incrementado satisfactoriamente la proporción de mujeres que salimos del tradicional rol de ama de casa para explorar el crecimiento intelectual, artístico, deportivo y profesional.
MAYOR APORTE EN LA PRODUCTIVIDAD
En ese sentido, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) señala que, al tercer trimestre de 2021, las mujeres profesionistas ocupadas en el país representó el 46.4 por ciento del total de los profesionistas ocupados.
Está demostrado empíricamente que, a mayor participación femenina en la vida económica, mayor es el fortalecimiento y desarrollo económico. Y que, a mayor formación académica, mayor es el aporte en la productividad general del trabajo relacionado con la proclividad instintiva de las mujeres al aprovechamiento de recursos en bien de su familia.
El trabajo de la mujer es un factor crítico para el crecimiento económico de América Latina. Se estima que el PIB de la región crecería 2,5 billones de dólares si la brecha de género en participación laboral se cerrara completamente. Ello debido a que la capacidad de aporte económico de las mujeres oscila entre el 58 y el 73 por ciento del gasto en los hogares.
Sin embargo, las mujeres reciben salarios más bajos a pesar de poseer el mismo nivel educativo.
Ante estos hechos, y como líderes de equipos, diariamente fomentemos la igualdad de género entre las personas a nuestro cargo, y difundamos conocimiento para que el sesgo de género se reduzca considerablemente.
EL BENEFICIO ES PARA TODOS
Impulsemos diferentes foros y talleres en colaboración con diversas fundaciones y otro tipo de actores públicos. El fin es coadyuvar al fomento de la cultura del emprendimiento y a la participación femenina dentro y fuera del mundo empresarial, sin importar la dimensión de la empresa. Y tratemos de que la información se difunda entre dueñas de estéticas, panaderías, tintorerías, tiendas de conveniencia, pastelerías y restaurantes, así como entre ejecutivas de alto nivel que forman parte de trasnacionales.
Aunque el camino aún es largo, actualmente existen empresas con muy buenos niveles de equidad y participación femenina. Formar parte de este porcentaje de empresas con estas características no solo me beneficia a mí como mujer. También beneficia al género masculino, pues existen mejores resultados operativos y, por ende, mayores utilidades para la compañía.
Que todas las empresas consigan este nivel de igualdad es labor de todas y todos. Porque de nosotros depende reducir este camino que nos lleve a la meta deseada.
Si eres hombre me gustaría que te formularas las siguientes preguntas: ¿Te imaginas que tu hija sea la siguiente CEO más admirada sin tener que pasar por todos estos sesgos? ¿Te imaginas que ya no exista la brecha salarial? Me gustaría dejarte con esta última frase: no imagines, haz acciones que lo vuelvan realidad. N
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Sara Velázquez García es jefa de Suscripción en Avla México Seguros. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.