MARVEL tiene un problema con la popularidad de uno de sus personajes de segunda categoría: The Punisher, también conocido como Frank Castle, un perturbado exinfante de marina convertido en justiciero que inflige una justicia letal a los corruptos y criminales (“la gente a la que mato necesita ser matada”). En este momento es demasiado popular entre la gente equivocada.
Entre las gorras MAGA, las banderas de No Me Pisotees y los banderines de Trump 2024 que se vieron durante la invasión al Capitolio el 6 de enero también había logos e imágenes que pertenecían a varios personajes de historietas. Uno de los más populares era el emblema característico de The Punisher: una calavera blanca sobre fondo negro, el cual aparecía en parches, playeras y banderas. Algunos estaban en mercancía licenciada oficialmente por Marvel, algunos eran copias que infringían el derecho de autor.
Aun cuando el símbolo desde hace mucho ha sido popular entre personas ansiosas por proyectar —ya sea seriamente o en broma— una imagen de chico rudo, su apropiación pública por una muchedumbre a favor de Trump tocó una fibra sensible.
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Jon Bernthal, el actor que interpretó más recientemente al personaje (en The Punisher de Netflix, cancelada en 2019), tuiteó: “Estas personas están equivocadas, perdidas y temerosas. No tienen nada que ver con lo que Frank defiende o representa”.
Asimismo, algunos seguidores de las historietas le pidieron a Marvel que retire al personaje de plano. Y Gerry Conway, el guionista que lo cocreó en 1974 con los dibujantes Ross Andru y John Romita, dice a Newsweek: “Definitivamente, puedo ver que podría ser hora de ponerlo a descansar un rato. No porque haya algo necesariamente malo con el personaje, sino por dónde nos hallamos justo ahora como sociedad”.
En cuanto a Marvel, propiedad de Disney, la cual supuestamente planea resucitar a The Punisher en TV, un portavoz de la compañía rechazó las repetidas solicitudes de comentarios, excepto para decir que Marvel no apoya el que su propiedad intelectual se use sin permiso.
¿Qué puede hacer una marca cuando uno de sus derechos de autor es robado? Puede, y a menudo así se hace, demandar a los fabricantes de las copias y los minoristas que venden artículos falsificados. Julie Zerbo, fundadora y editora en jefe de TheFashionLaw.com, dice: “Sé que Disney, por ejemplo, es muy agresiva. Cuando salió por primera vez The Mandalorian no querían que nadie vendiera regalos con Baby Yoda”.
Pero Zerbo también comenta: “Con el surgimiento de internet es algo así como una batalla perdida. Digamos que Nike presentara una demanda contra todos estos sitios web que venden tenis falsificados, y que ganan. La Corte dice que los demandados tienen que dejar de vender falsificaciones en los dominios que usan. Digamos que Nike se enfrenta con 20 de estos sitios web; antes de que el caso siquiera concluya, 20 más ya estarán vendiendo artículos comparables”.
Asimismo, Jeanne Fromer, profesora de leyes en la Universidad de Nueva York y codirectora del Centro Engelberg de Innovación en Derecho y Política, dice que el evitar perder ante los falsificadores no es la única consideración. “Aparte de demostrar que tienes una demanda legal fuerte, también hay un componente de relaciones públicas”, explica. “A menudo oímos que los propietarios del derecho de autor o la marca registrada tal vez no quieran tomar acciones contra sus consumidores porque esto solo genera mala publicidad para ellos… Así, las compañías deben hacer un cálculo económico y de relaciones públicas para decidir si no vale la pena tomar una acción legal”.
Y aun cuando Marvel podría demandar a los fabricantes que se han robado la imagen de Punisher y la han puesto en artículos pensados para atraer a los extremistas, hay poco que puedan hacer con las milicias y otros que usan mercancía licenciada oficialmente por Marvel.
Fred Perry, fabricante de camisas deportivas, se vio en una situación similar recientemente, cuando los Proud Boys (Chicos Orgullosos) adoptaron las camisas polo negras y amarillas de la compañía como su uniforme informal. En septiembre pasado, Fred Perry descontinuó las camisas y emitió un comunicado de prensa, donde advirtió: “Para dejarlo absolutamente en claro, si ven algún material o producto de los Proud Boys que presente nuestra Corona de Laurel o cualesquiera artículos relacionados en negro/amarillo/amarillo, no tienen absolutamente nada que ver con nosotros, y estamos trabajando con nuestros abogados para perseguir cualquier uso ilegal de nuestra marca”.
Marvel no ha dado señal alguna de que esté dispuesta a ir tan lejos, e incluso matar de plano al personaje tal vez no pueda impedir que el símbolo de la calavera se convierta en un arma. El verdadero problema con Punisher parece inherente al personaje en sí: ¿es un chico bueno perturbado o un fascista homicida?
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Su cocreador Gerry Conway lo define “un poco como una prueba de Rorschach”. Conway concibió por primera vez a Punisher como un personaje secundario de Spider-Man a principios de la década de 1970, cuando Estados Unidos trataba de dejar atrás el asunto de Vietnam, el crimen urbano estaba al alza, la fe en el gobierno estaba a la baja, y las películas violentas de venganza, como Harry el Sucio y El vengador anónimo eran grandes éxitos.
The Punisher era “más o menos acorde con los tiempos”, comenta Conway, que surgió por una “sensación de que la sociedad estaba fuera de control” y el deseo de que “un justiciero apareciera y restaurara el orden al asumir el papel que las instituciones habían dejado de tener”.
Conway dice que se percató por primera vez de que Punisher había cobrado vida fuera de las historietas años más tarde, cuando leyó un artículo sobre soldados iraquíes que usaban el logo de Punisher después de ver a infantes de marina estadounidenses usarlo en sus uniformes.
En sus memorias de grandes ventas en 2012, Francotirador (luego convertidas en una película dirigida por el mismísimo Harry el Sucio, Clint Eastwood), Chris Kyle, tirador de los SEAL de la marina, escribió por qué lo atraía The Punisher: “Él corregía los males. Mataba chicos malos. Hacía que los delincuentes lo temieran. Eso es lo que hacíamos nosotros. Así que adaptamos su símbolo —una calavera— y lo hicimos nuestro, con algunas modificaciones. Lo pintamos en nuestros Hummers y equipo antibalas, en nuestros cascos y en todas nuestras armas de fuego. Y lo pintamos en todo edificio o pared donde podíamos”.
Conway dice que entiende, hasta cierto grado, el atractivo de The Punisher entre los soldados (después de todo, el personaje es un veterano con trastorno de estrés postraumático). No obstante, lo conflictuó más cuando, durante las protestas de Black Lives Matter del verano pasado, algunos policías empezaron a adoptar como suya la calavera.
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El emblema empezó a aparecer en parches y calcomanías en los colores de la bandera “Delgada Línea Azul” creada por los partidarios de “Las Vidas de los Policías Importan”. Conway opina: “La idea de que la policía, incluso de manera no oficial, se inspire en este personaje, simplemente me pareció no solo del todo inapropiada, sino también perturbadora”.
En respuesta, comenzó una campaña para hacer que los artistas de color rediseñaran el logo de la calavera para una línea de camisetas llamada “Calaveras por la Justicia”. Todos los ingresos de las camisetas —más de 70,000 dólares hasta ahora, según Conway— han sido donados a Black Lives Matter (Conway no tiene la propiedad sobre la imagen de Punisher).
Para Conway, parece lógico que la popularidad del personaje entre soldados y policías preparara el camino para que lo adoptasen “tipos de derecha y milicias fascistas, quienes, en muchos casos, son de hecho oficiales de policía y exmilitares. Obtienes esta cruza de supremacía blanca y odio que es simplemente repulsiva”.
“Las redes sociales incentivan a la gente a conectar ideas con imágenes, y luego facilitan la circulación de estos paquetes semióticos”, dice Janet Abbate, profesora de Virginia Tech y autora de Inventing the Internet. Como resultado, explica, las imágenes “se desprenden de sus significados originales”. Abbate añade: “Pienso que internet ha popularizado hasta la normalidad el vestirse como personajes ficticios, lo cual podría facilitar y hacer más aceptable que la gente se vista con este tipo de imagen durante acciones en persona”.
Según George Hawley, profesor adjunto de ciencias políticas en la Universidad de Alabama y autor de múltiples libros sobre la derecha alternativa, “la gente de derecha que está un poco más cerca de la gente común”, como los libertarios y Los del Tres Por Ciento, tienen más probabilidades de tomar prestadas imágenes de la cultura popular, como Punisher, que quienes están en lo que él llama la “derecha explícitamente racista”.
Diferentes personas le han pegado diferentes significados al emblema de Punisher, y ese proceso de apropiación y redefinición de imágenes de la cultura popular no da señales de detenerse. Fromer, profesora de leyes de la Universidad de Nueva York, comenta: “Pienso que veremos mucho más de esto, dada la cultura de los memes en la que vivimos, en la cual las imágenes visuales y los logos son la moneda de cambio. Pienso que seguiremos viendo a grupos extremistas apropiarse de estas imágenes tanto como la gente común. Es muy notable al momento, pero no pienso que este vaya a ser un asunto que simplemente se desvanecerá”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek