EL PRIMER ataque aéreo autorizado por el presidente Joe Biden contra grupos militares en Siria respaldados por Irán provocó preocupación respecto a que su administración continúe con el patrón de acciones militares en la región.
Tanto representantes liberales como conservadores enfatizaron en que, a un mes de que Biden asumiera el cargo, lanzó su primer ataque contra Kataeb Hezbollah o Brigadas de Hezbolá, en la frontera entre Siria e Irak.
Los ataques aéreos en Siria tenían como objetivo los grupos de combatientes iraquíes vinculados con el gobierno iraní como las Brigadas de Hezbolá y Kataib Sayyid al-Shuhada, esta última también conocida como Batallón Sayyid de los Mártires.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en el Reino Unido, estima que en el ataque murieron entre 17 y 22 militares vinculados con Irán.
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Los informes disponibles indican que la operación se autorizó en represalia a un ataque con cohetes, registrado el mes pasado, contra una base militar estadounidense, en el norte de Irak. En ese ataque murió un contratista civil y varios soldados resultaron heridos, lo que fue reclamado por el grupo Guardianes de Sangre, también vinculado con el gobierno iraní.
Los aliados de Biden elogiaron al presidente por una represalia clara, aunque relativamente mesurada. También sugirieron que la operación era necesaria para disuadir futuros ataques vinculados con Irán contra tropas estadounidenses y aliadas.
Otros citaron críticas pasadas de los colaboradores de Biden y acusaron a la nueva administración de “hipócrita”, pues en el pasado, la ahora vicepresidenta Kamala Harris y la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, llegaron a descalificar las operaciones del expresidente Donald Trump en Siria.
La representante demócrata progresista Ilhan Omar, por ejemplo, citó un tuit de 2017 de Psaki publicado después de que Trump ordenó ataques en una base aérea siria tras una agresión con armas químicas contra las fuerzas rebeldes.
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“¿Cuál es la autoridad legal para atacar? Assad es un dictador brutal, pero Siria es un país soberano”, escribió Psaki, hace más de tres años. Así que la representante demócrata Omar citó el tuit y luego escribió: “Gran pregunta”.
En 2018, Trump ordenó más ataques contra la infraestructura de armas químicas sirias después de otro ataque a objetivos civiles por parte de las fuerzas del presidente Bashar al-Assad. Luego, Harris expresó su preocupación por la base legal para tal acción.
“Apoyo firmemente a nuestros hombres y mujeres en uniforme. Creo que debemos responsabilizar a Assad por su uso desmedido de armas químicas, pero estoy profundamente preocupada por el fundamento legal de los ataques. El presidente debe diseñar una estrategia integral en Siria, consultando con el Congreso”, escribió Harris en Twitter, hace poco más de dos años.
La base legal de la administración de Biden para el ataque en Siria sigue siendo la Autorización para el uso de la Fuerza Militar (AUMF) de 2001, aprobada apresuradamente después de los ataques del 11 de septiembre y utilizada por los presidentes estadounidenses para llevar a cabo operaciones y asesinatos en Oriente Medio, Asia y África, durante la llamada “guerra contra el terrorismo”.
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En 2002 se aprobó una AUMF posterior que justificaba el uso de la fuerza contra Irak, allanando el camino para la desastrosa invasión y ocupación del país por parte de Estados Unidos, lo que provocó un caos regional que ha entrampado a esa región de Oriente Medio.
Biden, entonces senador, fue uno de los que votaron a favor de esa autorización. Los críticos de la AUMF dicen que los presidentes y sus oficiales militares han abusado de esos poderes, por lo que han exigido su derogación.
Los ataques de Biden pueden haber generado preocupaciones legales, pero también disiparon los temores de que su administración sería débil frente a la influencia iraní.
El senador de Hawkish Lindsey Graham, por ejemplo, escribió en Twitter: “Apreciamos que la administración de Biden golpeara a los grupos respaldados por Irán, en Siria, que han estado impulsando ataques contra las fuerzas estadounidenses en Irak y en otros lugares. Es imperativo que nuestros enemigos sepan que atacar a los estadounidenses tiene un costo”. N
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek