LA ONU condenó el martes el uso “desproporcionado” de la fuerza en Birmania contra los manifestantes que rechazan el golpe de Estado.
“El uso de una fuerza desproporcionada contra los manifestantes es inaceptable”, declaró en un comunicado Ola Almgren, coordinador residente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Birmania. “Muchos manifestantes resultaron heridos, algunos de ellos de gravedad”, en varias ciudades, añadió.
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La tensión aumentó este martes en Birmania, luego que las fuerzas del orden usaron balas de goma, gases lacrimógenos y agua a presión contra los manifestantes, que por cuarto día consecutivo salieron a las calles para protestar contra el golpe de Estado del 1 de febrero, sin obedecer las prohibiciones y advertencias de las autoridades militares.
En Naipyidó, la capital, las fuerzas del orden dispararon “al aire como advertencia y luego usaron balas de goma contra los manifestantes”, dijo a AFP un habitante de la ciudad.
La policía también usó cañones de agua para dispersar a un pequeño grupo de manifestantes que ante la barrera de las fuerzas del orden, gritaba: “¡Paren la dictadura militar!”, según imágenes en directo de la televisión.
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En Mandalay (centro), segunda ciudad del país, las fuerzas del orden usaron gases lacrimógenos para dispersar a la multitud que protestaba, informaron testigos a la AFP.
“Dispararon gases contra los manifestantes que ondeaban banderas de la Liga Nacional por la Democracia (LND), el partido de Aung San Suu Kyi, depuesta tras el golpe, dijo una habitante de la localidad, explicando que los vecinos habían socorrido a los manifestantes con agua después de que recibieran los gases.
La mayoría de los manifestantes visten de rojo, color de la LDN, piden la liberación de Aung San Suu Kyi y realizan el ya emblemático saludo de tres dedos de la mano levantados, en señal de resistencia, frente a los militares. N