ARTÍCULO DE OPINIÓN
Se vienen vientos de cambio en el juego político y la representación en Baja California. En el congreso se discutieron temas trascendentales, como la reducción del financiamiento público a partidos políticos.
También se votaron reformas para eliminar a los diputados de lista que ingresan vía representación plurinominal y para reducir el periodo de la siguiente gubernatura a 3 años. De éstas, la primera se aprobó y la segunda se desechó.
Ahora, la reducción del financiamiento público pone en evidencia el alto costo de los partidos políticos. Se gasta una cantidad de dinero público importante en financiarlos.
El costo de nuestra democracia es sin duda, una de las más caras y es un tema que se debe sopesar. Lo preocupante es que el argumento central sea la austeridad y lo que cada quien entiende que significa.
Austeridad, aplicada al gasto público, no significa dejar de gastar en aquello que es costoso. Austeridad es gastar lo necesario sin caer en excesos, sin lujos.
Pareciera que todo lo que es costoso debe desaparecer ¿nuestra democracia también?
Se necesita un debate serio y propuestas con sustento, argumentos y análisis en el cómo debe ser el cálculo del financiamiento público y a cuánto debe ascender.
Lo anterior se debe establecer sin que cause un desequilibrio en la contienda electoral, donde solo el gobierno en el poder tendría opciones reales de competir, como pasaba en los viejos tiempos del PRI.
No olvidemos que en México, el financiamiento público permitió a los partidos de oposición competirle al gobierno en el poder.
Es curioso que un grupo de jóvenes presentaron, en la legislatura local pasada, una iniciativa para reducir el financiamiento público, propuesta basada en la votación obtenida y no en el padrón como ocurre actualmente ¿por qué no retomarla? O por lo menos debatirla.
En lo que se refiere a la reducción de diputados de lista, me pareció un acierto. Por la vía plurinominal es por donde ocurre una alta discrecionalidad de los posibles diputados, sin someterse al escrutinio público.
Con esta reforma todo aspirante a una diputación local tendrá que competir en las elecciones y si no gana, deberá ser de los que mayor porcentaje de votos obtuvieron en su distrito y no ganaron (mejores perdedores).
La medida permite que quienes sean diputados estén avalados por el voto popular y en teoría se mejora la representación de la ciudadanía en el congreso.
Una nota importante es que con la eliminación de listas habrá que ver cómo se aplicarán las acciones afirmativas de género debido a que los que entren son como lo he dicho, avalados por el voto popular, sin importar género.
Por último, algo que contempla esa reforma es permitir a las candidaturas independientes acceder por la vía de representación plurinominal a un escaño en el congreso.
No olvidemos que el espíritu de la representación proporcional es darle voz a las minorías.
Como dato curioso, cada uno de los dos candidatos independientes en el proceso de 2019, obtuvieron un mejor porcentaje de votos que dos diputados actuales que entraron por representación proporcional vía mejores perdedores.
*Jonathan Francisco Gómez Molina es docente en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y especialista en temas de política.