El exprimer ministro del Reino Unido afirma que Trump será reelegido si los demócratas de Estados Unidos se inclinan demasiado hacia la izquierda.
El Partido Demócrata podrá recuperar la Casa Blanca solo si rehace la política estadounidense partiendo del centro y tendiendo la mano a aquellos que llevaron al poder al presidente Donald Trump, de acuerdo con el exprimer ministro del Reino Unido Tony Blair.
En las últimas semanas, el exvicepresidente Joe Biden ha surgido como el principal contendiente para la nominación demócrata en 2020. Su campaña tendrá que unificar al Partido Demócrata, atraer a los independientes y obtener el apoyo de los votantes que favorecieron a Trump en 2006 si Biden quiere convertirse en el comandante en jefe número 46. Blair, uno de los líderes moderados más exitosos de la historia moderna, cree saber cómo Biden puede tener éxito.
Junto con el expresidente Bill Clinton, Blair impulsó la denominada “Tercera Vía”, un tipo de democracia social que intentó fusionar la política económica del centro y de la derecha con la política social del centro y de la izquierda. Funcionó bien durante un tiempo: Blair sigue siendo el primer ministro más exitoso del Partido Laborista en toda la historia y el único que obtuvo tres victorias consecutivas en la elección general de ese partido durante sus diez años en el cargo.
Sin embargo, Blair ha sido criticado desde hace mucho tiempo por el ala izquierda de su propio partido, a la cual irritó al alejar esa institución de sus bases socialistas y la acercó a una ideología a favor del mercado, además de sus desastrosas intervenciones en el extranjero junto con el presidente estadounidense George W. Bush. Para muchas personas, la palabra “blairita” se ha convertido en un insulto que se usa para calificar a quienes se considera traidor a los fundamentos socialistas del Laborismo.
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Los años posteriores a Blair han sido pésimos para el Laborismo, que ha estado fuera del poder durante diez años y ha perdido las últimas tres elecciones. La contienda más reciente aplastó al partido, que seguirá siendo encabezado hasta el mes de abril por el activista de izquierda Jeremy Corbyn, y le entregó al Partido Conservador del primer ministro Boris Johnson su mejor resultado electoral desde 1987.
Blair sostiene que el camino hacia el éxito electoral comienza en el centro. “Pienso que una versión moderada de un programa tradicional de izquierda tendrá mejores resultados que una versión muy izquierdista”, declara a Newsweek en una entrevista realizada en su oficina del centro de Londres. En Estados Unidos, Biden parece ser ahora la persona mejor emplazada para crearlo.
“Si estuviera ahora en Estados Unidos, obviamente lo apoyaría”, dice Blair refiriéndose a Biden, a quien describe como “un tipo muy capaz y experimentado”.
Gran parte de la popularidad de Biden se deriva de sus dos periodos como vicepresidente del expresidente Barack Obama, a quien Biden ha invocado constantemente durante su campaña. “Tiene razón al decir que el tipo de espíritu con el que Obama abordaba las cosas es un buen espíritu”, señala Blair.
Sin embargo, añade que un enfoque de “volver a la normalidad” no bastará para ganar. “El mayor desafío será mostrar que tiene la capacidad de generar un impulso para el cambio que la gente quiere”, explica Blair, algo que, en su opinión, Biden puede lograr “muy fácilmente”.
“No se debe dar a la gente a elegir entre una política radical obcecada y una política alternativa que ‘avanza de manera estable’. Actualmente, las cosas no se tratan de eso… Es necesario cambiar completamente la política”.
Un nuevo programa político se debe combinar con “un mensaje unificador”, dijo Blair, que trascienda las divisiones sociales. “No caigan en la guerra cultural”, advierte. “Si caen en la guerra cultural, perderán sin duda”. La derecha promoverá un sentimiento antiinmigración y anticorrección política, “y ustedes estarán constantemente a la defensiva ante todas esas cosas”, explica Blair.
Este es el momento de dar prioridad a soluciones prácticas bipartidistas por encima de la obtención de puntos políticos, un tema de oferta más que de demanda, indica Blair.
“Se trata de reconocer que vivimos en un mundo de cambios, reconocer que existen problemas muy profundos que deben ser abordados, pero de una manera moderna y orientada al futuro, y que las personas consideren práctica y sensible. Si alguien se los proporciona, lo respaldaran”.
En los días posteriores a la humillante derrota del Laborismo el año pasado, muchos periodistas, comentaristas y legisladores estadounidenses advirtieron que la izquierda estadounidense debería tener cuidado, ya que el populismo y el nacionalismo de derecha no podían ser derrocados por una oferta de izquierda radical.
El electorado, el sistema político y la historia del Reino Unido y de Estados Unidos son muy distintos. Sin embargo, Blair señala que la retórica de la izquierda y el paquete que esta ofrece son similares en ambos países.
Los llamados a la “revolución” y a un “gran cambio” imbuyen ambos partidos, explica Blair: abolición de las cuotas universitarias, más impuestos para los más ricos, una política exterior que considera a Occidente como el problema más que como la solución; “los paralelismos son evidentes”.
Este manifiesto tan familiar “terminó con una desastrosa derrota” para la izquierda británica, dice Blair. “Al final, las personas creyeron que nos habíamos divorciado de la corriente principal en términos económicos y culturales”.
Existen similitudes entre el electorado británico y el estadounidense, afirma Blair, y señala que el voto a favor del brexit parece haber sido impulsado por fuerzas similares a las que llevaron a Trump a la Casa Blanca. Añadió que los estadounidenses son, si cabe, más conservadores que los británicos en las urnas. Aun así, “Bernie Sanders no es Jeremy Corbyn, Sanders es mucho más capaz y ha construido un movimiento de base muy impresionante”.
Hay demasiados izquierdistas que tratan de regresar en el tiempo, afirma. En lugar de rememorar las décadas de 1960 y 1970, los liberales y progresistas de todo el mundo necesitan aprovechar las oportunidades del siglo XXI. “El cambio radical que provocarán hoy consiste realmente en cómo aprovechar la revolución tecnológica para el futuro del país”, dice Blair. “Y, desde mi punto de vista, el único gran elemento del que progresistas y liberales deberían estar hablando ahora es la revolución tecnológica, sus oportunidades, sus desafíos y cómo afrontarlos”.
“Esta revolución tecnológica es un hecho, va a suceder”, continúa. Ahora, depende de los legisladores asegurarse de que todos los miembros de la sociedad tengan algún interés en ella, especialmente aquellos que están amenazados, ya sea por la inteligencia artificial, por la automatización u otros avances. “Si realmente va a suceder, a esas comunidades no les ayuda que les digan que pueden protegerlas contra algo contra lo que no se les puede proteger”. Blair compara la próxima revolución tecnológica con la globalización. “Es necesario comprenderla, acceder a sus oportunidades, hacer todo lo posible para ayudar a las personas a hacerle frente y hacerla lo más justa que sea posible”.
El exprimer ministro sigue apoyando la globalización, aunque se ha convertido en un tema de unión para los partidos contrarios al orden establecido tanto de derecha como de izquierda, dada su función en el aumento de la desigualdad en la riqueza, en su daño a las industrias tradicionales y a su exacerbación de la degradación ambiental.
Blair señala que la globalización, que ha impulsado el progreso de la economía global, es una fuerza increíblemente difícil de detener. “Al final, está impulsada por las personas, no por los gobiernos”.
Esto incluye la migración, añade. “Cualquier visión sensible sobre la migración indica que cualquier país que desee tener éxito en el mundo actual debe atraer a personas capaces del exterior, las cuales proporcionan nueva energía, innovación y vitalidad a la propia sociedad. Esto es perfectamente compatible con decir: ‘Sí, pero necesitamos asegurarnos de que se haga por la vía legal’”.
Independientemente de las políticas que decidan los partidos de izquierda, señala Blair, deben ofrecer algo “radical, pero realista”. Añade que “parte del problema de la política progresista es que siempre oscila entre convertirse en un movimiento de protesta glorificado y un partido de gobierno”.
Menciona el cambio climático como un área en la que los progresistas se están excediendo, aunque presenta para ellos “una enorme oportunidad” si pueden encontrar un equilibrio. Si no es así, podría convertirse en la próxima arma “de la guerra cultural de la derecha”, por ejemplo, si Trump afirma que el Nuevo Pacto Verde eliminaría a las vacas.
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“Puede convertirse en una línea divisoria con la derecha, en la cual probablemente saldríamos perdiendo”, añade.
Finalmente, Blair afirma que la izquierda debe comprender por qué funciona el populismo de derecha. Los izquierdistas deben olvidarse de su “indignación santurrona” contra aquellos que votaron por Trump o a favor del brexit y, en cambio, “ponernos en sus zapatos”. Esto no incluiría necesariamente “a las personas que se levantaban y gritaban ‘Enciérrenla’ en los mítines”, dijo Blair, refiriéndose a los cánticos contra Hillary Clinton que se repetían durante la campaña de Trump, sino “a personas a las que he conocido en el Centro de Estados Unidos, personas perfectamente razonables, perfectamente racionales, que decidieron votar por el Partido Republicano con Donald Trump como su candidato”.
“Obviamente, habrá algunas personas a las que no es posible, ni deseable, tender la mano. Pero la cuestión es tratar de encontrar una manera de hablar con personas que han estado en el lado opuesto en el que estamos nosotros.
“No hay respuestas para todas estas cosas, pero exigen una actitud que diga: ‘No voy a poner al populismo de izquierda contra el populismo de derecha. En cambio, voy a superar ese populismo de derecha tendiendo la mano’. Evidentemente, esa es la manera en que podemos hacerlo”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek