Al menos 18 civiles, entre ellos seis niños, murieron el sábado en bombardeos del régimen sirio en la provincia de Idlib (noroeste), en la víspera de la entrada en vigor de un alto al fuego en la región anunciado por Rusia, aliado del gobierno sirio, informó una ONG.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), siete civiles murieron en el ataque aéreo en un mercado de la ciudad de Benniche, otros siete en perdieron la vida en la ciudad de Idlib, y cuatro en en la localidad de Al Nayrab.
Entre los civiles figuran tres niños que murieron en Benniche, dos en Al Nayrab y uno en Idlib, según el OSDH, que tiene una amplia red de informantes en este país en guerra.
Ataque aéreo
En la ciudad de Idlib, los bombardeos se dirigieron contra un barrio donde está una universidad y un centro cultural, según el OSDH. Un corresponsal de la AFP en el lugar vio decenas de estudiantes, muchos de ellos llorando, huir de la zona.
Los habitantes se dijeron sorprendidos por esos ataques sobre una ciudad relativamente libre de los bombardeos del régimen y su aliado ruso, centrados hasta ahora en el sur de la provincia, según el corresponsal.
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De acuerdo con el director del OSDH, Rami Abdel Rahman, las zonas golpeadas el sábado estaban hasta ahora “a salvo de los bombardeos”, desde que las fuerzas sirias, apoyadas por la aviación rusa, intensificaron sus incursiones a mediados de diciembre.
A 10 km de Idlib, un denso humano blanco salía de los escombros del mercado de Benniche, informó el corresponsal de la AFP. Hombres cargaban cuerpos aparentemente sin vida de dos menores, mientras que una mujer abrazaba a dos niños contra su pecho pidiendo ayuda.
Rescatistas transportaron cuerpos en una ambulancia y buscaban entre los escombros posibles sobrevivientes, agregó.
Reconquista de Idlib
El régimen sirio se dice determinado a reconquistar Idlib, controlado por los yihadistas de Hayat Tahrir al Sham (HTS, ex rama siria de Al Qaida) y donde también operan grupos rebeldes.
A pesar de una tregua anunciada a finales de agosto, Damasco y Moscú multiplicaron los mortíferos bombardeos sobre Idlib en las últimas semanas, antes que Rusia anunciara un nuevo cese del fuego, que supuestamente entraría en vigor el domingo.
La región ya fue escenario de una ofensiva de envergadura entre abril y agosto, que provocó el desplazamiento de más de 400,000 personas, según las Naciones Unidas.
La guerra en Siria, desencadenada en 2011 con la represión del régimen a manifestaciones prodemocracia, ya se cobró más de 380.000 vidas y obligó a más de la mitad de la población a desplazarse.