La policía chilena anunció este martes que suspendió el uso de perdigones como herramientas antidisturbios, en medio de fuertes cuestionamientos por la composición de esta arma no letal y los más de 200 manifestantes que han resultado con lesiones oculares graves.
“Como una conducta de prudencia, se ha ordenado suspender el uso de esta munición no letal como herramienta antidisturbios”, afirmó el director general de Carabineros de Chile, Mario Rozas, luego de que se hayan contabilizado 222 personas con heridas oculares graves tras el uso de estos perdigones o balines en un mes de manifestaciones callejeras.
La policía afirma que estos pedigones son de goma, pero un estudio de la Universidad de Chile -en base a municiones extraídas a manifestantes heridos en las protestas- mostró una composición distinta: 20% de caucho y el 80% restante de silice, sulfato de bario y plomo, “con una dureza equivalente a una rueda de skate”, de acuerdo al informe.
En su declaración, el general Rozas explicó que tras el informe de la Universidad de Chile la institución ordenó un estudio interno, que arrojó también “discrepancias” con la información entregada por la empresa que les vende la munición, un cartucho que contiene 12 perdigones de 8 milímetros cada uno.
En base a estas diferencias, agregó el jefe policial, los perdigones sólo podrán ser utilizados a partir de este martes, “al igual que las armas de fuego, como una medida extrema y exclusivamente para la legítima defensa cuando ya hay un peligro inminente de muerte”.
El uso de perdigones y los manifestantes que han resultado heridos en los ojos por el uso de esta arma, se han convertido en una marca indeleble de este mes de manifestaciones en Chile, con víctimas como el estudiante Gustavo Gatica, de 21 años, herido en los dos ojos o Carlos Vivanco, de 18 años, quien perdió la visión de un ojo tras ser herido en medio de las protestas en la comuna de La Pintana, en el sur de Santiago.
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La cantidad de víctimas supera a las de algunas zonas en conflicto en el mundo, por encima del número de casos en Francia durante la crisis de los ‘chalecos amarillos’, las protestas en Hong Kong y el conflicto israelí-palestino, según denuncias del Colegio Médico de Chile y agrupaciones de Derechos Humanos chilenas.