Más de 11 mil científicos de todo el mundo se unieron para advertir que la Tierra se enfrenta a una emergencia climática y de un “un sufrimiento incalculable” a menos que se realicen grandes cambios en la sociedad.
La declaración fue publicada en la revista Bio Science este martes en el 40 aniversario de la Primera Conferencia Mundial sobre el Clima, realizada en Ginebra en 1979. Los expertos afirmaron que se necesita “un inmenso aumento de escala en los esfuerzos para conservar nuestra biosfera para evitar sufrimientos indecibles debido a la crisis climática”.
Los científicos, de 153 países, declararon que a pesar de los foros y asambleas mundiales como la Cumbre de Río de 1992, el Protocolo de Kyoto de 1997 y el Acuerdo de París de 2015, “las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) siguen aumentando rápidamente”.
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En la declaratoria se presentaron los “signos vitales” que indican la magnitud de la emergencia climática y no solo tomar en cuenta la temperatura de la superficie global, “una medida inadecuada para capturar la amplitud de las actividades humanas y los peligros reales derivados de un planeta en calentamiento”.
Las actividades más preocupantes son el crecimiento de la población humana, el aumento sostenido en las poblaciones de ganado, producción de carne per cápita, producto interno bruto mundial, pérdida de árboles, consumo de combustible fósil, de dióxido de carbono (CO2), y emisiones de CO2 per cápita desde 2000.
Como signos alentadores, los científicos identificaron la disminución de las tasas de natalidad global, el aumento de la energía solar y eólica y la desinversión de combustibles fósiles.
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“La crisis climática está estrechamente vinculada al consumo excesivo del estilo de vida rico. Los países más ricos son los principales responsables de las emisiones históricas de GEI y generalmente tienen las mayores emisiones per cápita”, dice el informe.
“Instamos a un uso generalizado de los signos vitales [para] permitir a los encargados de formular políticas y al público comprender la magnitud de la crisis, realinear las prioridades y seguir el progreso”, dijeron los científicos.
El texto enlista seis pasos críticos e interrelacionados que los gobiernos, las empresas y el resto de la humanidad pueden tomar para disminuir los peores efectos del cambio climático.
En materia de energía, se deben reemplazar los combustibles fósiles con energías renovables bajas en carbono y los países deben implementar la prácticas de conservación y eficiencia energética masivas.
“Los países más ricos necesitan apoyar a las naciones más pobres en la transición lejos de los combustibles fósiles”.
Se deben reducir el uso de contaminantes de corta duración como el metano, el carbono negro y los hidrofluorocarbonos.
Además de proteger y restaurar los ecosistemas. El fitoplancton, los arrecifes de coral, los bosques, las sabanas, los pastizales, los humedales, las turberas, los suelos, los manglares y los pastos marinos contribuyen en gran medida al secuestro de CO2.
Los expertos recomiendan comer principalmente alimentos de origen vegetal al tiempo que se reduce el consumo global de productos animales.
En el sector económico recomiendan reducir la extracción excesiva de materiales y la sobreexplotación de los ecosistemas, impulsada por el crecimiento económico.
Además de estabilizar la población mundial e idealmente, reducirse gradualmente, dentro de un marco que garantice la integridad social.
Los científicos se dijeron alentados por el reciente aumento en la preocupación por el cambio climático y se dijeron dispuestos a ayudar a los tomadores de decisiones en una transición justa hacia un futuro sostenible y equitativo.