Cachemira es un región situada en la frontera de Pakistán e India que ha sido disputada por ambos países desde antes de su independencia de Gran Bretaña.
Desde 1857, la India estuvo controlada por Gran Bretaña hasta que obtuvo su independencia en 1947. En aquel momento, los británicos dividieron la zona en dos nuevos Estados: India, de mayoría hindú y Pakistán, de mayoría musulmana.
En el Acta de Independencia se contemplaba que Cachemira, también mayoritariamente musulmán, pudiese elegir ser parte de uno u otro, pero cuando en 1947 el gobernante de ese tiempo, el maharajá o príncipe, Harin Singh, finalmente escogió a India, estalló una guerra que duró dos años.
Cuando esto ocurrió, el príncipe firmó un acuerdo para que el territorio fuese parte de India y se formalizó mediante el artículo 370 de la Constitución de India, que le otorgaba autonomía a la región.
Tras el alto al fuego de la guerra y bajo la supervisión de las Naciones Unidas (ONU), se trazó una “Línea de control” que separó la región y definió sus fronteras. Se decidió que Pakistán ocuparía un tercio del estado, mientras que India controlaría los dos tercios restantes.
Actualmente, el pequeño país está dividido en tres: Jammu y Cachemira, administrados por India; Azad Kashmir, bajo dominio Pakistán y Aksái Chin, territorio controlado por China.
Tras la salida del Imperio Británico en 1947, China comenzó a reclamar como suyos ciertos territorios en la frontera con India, lo que devino en un conflicto armado en 1962 que finalmente concluyó con la derrota de India y el establecimiento de una Línea de Control Real (LAC).
Es así como los chinos controlan Aksái Chin, que se considera como una frontera no reconocida como legal. La disputa entre ambas naciones por este territorio se ha mantenido latente con periódicas tensiones.
Desde entonces se ha pasado por etapas de relativa calma hasta el regreso del conflicto armado, pero si algo ha caracterizado la región es su gran volatilidad.
Los conflictos recientes
Aunque los conflictos dentro de Cachemira o con India no han cesado a pesar de los distintos altos al fuego, en febrero de este año se avivó la vieja disputa entre las naciones.
A raíz de un ataque suicida ocurrido el 14 de febrero en la localidad de Pulwama, hubo un enfrentamiento aéreo entre indios y pakistaníes.
Como respuesta, India bombardeó supuestos campos de entrenamiento de la organización Jaish-e-Mohammed (“Ejército de Mahoma”) situados en Pakistán, por lo que ellos derribaron dos aviones indios a los que acusaron de haber cruzado la “Línea de control”.
Dicha organización, que se reivindicó el bombardeo en Pulwama, es considerado como el principal grupo terrorista y el más mortífero en la Cachemira controlada por India.
En mayo el país reeligió a Narendra Modi, político con una retórica ultranacionalista y que ha prometido endurecer la postura respecto a su vecino Pakistán además de recuperar en su totalidad a Cachemira.
En un hecho que ha tensado aún más la situación, mediante un decreto presidencial, se revocó el artículo 370 de la Constitución de India, que le daba a los territorios de Jammy y el Valle de Cachemira (de mayoría musulmana), un alto grado de autonomía.
Ante esto, el gobierno de Pakistán ha declarado que la derogación del estatus especial de Cachemira es ilegal porque va en contra de las resoluciones de la ONU, que lo consideran como un territorio disputado y sujeto a las resoluciones del Consejo de Seguridad.
Islamabad condenó firmemente la revocación de la autonomía a Cachemira. Esta semana, expulsó al embajador indio y suspendió los acuerdos comerciales con el país vecino. No obstante, Islamabad ha descartado cualquier uso de la fuerza.
Por su parte, China, que también controla un sector de Cachemira, protestó esta semana por la reivindicación por parte de India de la zona que cree le corresponde, situada en el Himalaya, avivando así el conflicto entre ambas naciones.
Con información de New York Times, La Vanguardia, AFP y El Orden Mundial.