El envejecimiento es consecuencia del paso del tiempo y como consecuencia, el cuerpo va disminuyendo biológicamente. Tiene como secuelas médicas, patologías como la Osteoporosis (disminución de la densidad ósea), socioeconómicas, psicológicas y familiares, disminución en la calidad de vida, entre la visión de enfermedades incapacitantes y la muerte.
Entre los resultados normales y patológicos del envejecimiento, está el incremento en el número de caídas por debilidad muscular o enfermedades, (disminución de la densidad ósea), cambios visuales, dificultades en el ajuste de luz, cambios neurológicos como la pérdida de equilibrio y de la propiocepción; modificaciones cardiovasculares, que originan hipoxia cerebral (reducción en la distribución del oxígeno al cerebro) e hipotensión postural (presión arterial baja), desarrollo intelectual, entre estos la confusión (demencia), conducta impulsiva, entre otros.
Para prevenir las fracturas es esencial identificar los factores de riesgo que han provocado las caídas previas y aplicar intervenciones apropiadas a nivel interdisciplinario y de manera individual, como la escala de Dowton (valora factores de riesgo como: caídas previas, uso de medicamentos, déficit sensorial y estado mental y de la marcha). Esto nos ayudará a determinar si son factores internos como: enfermedades, medicamentos, etc. O si son externos como: su entorno en el hogar, la luz inadecuada, los espacios en las habitaciones, piso resbaladizo, etc.
Los accidentes en los adultos mayores obtienen el séptimo lugar con causa de muerte en personas de la tercera edad. Las caídas son la causa principal de accidentes en los adultos mayores, ya que generalmente no tienen consecuencias mortales, pero sí influyen en la salud y calidad de vida del humano.
En los hospitales públicos y privados el mayor porcentaje de camas son ocupadas por pacientes mayores de 65 años con un alto porcentaje de fracturas de cadera que contribuyen en el proceso intrahospitalario y quirúrgico.
Las fracturas se contemplan recientemente cómo un problema de salud pública en México, derivado de los gastos hospitalarios e incapacidad laboral que generan. Se ha determinado que 30 por ciento de los pacientes con fractura de cadera, mueren durante el primer año posterior a la fractura; y más del 50 por ciento de estos pacientes serán incapaces de reintegrarse a sus actividades de la vida diaria.
La fractura de cadera, sigue en aumento debido a que la población de adultos mayores ha ido creciendo en las últimas décadas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado que para el año 2050 un total de 6 millones de fracturas de cadera ocurrirán en el mundo entero por año, teniendo como consecuencia mayor demanda hospitalaria.