Convocadas por la derecha y la ultraderecha, decenas de miles de personas se manifestaron este domingo en Madrid contra el presidente del gobierno, Pedro Sánchez (PSOE), al que acusan de “traidor” a España por dialogar con los separatistas catalanes.
En medio de una marea de banderas españolas y algunas de la Unión Europea (UE), 45,000 personas, según la policía, “más de 200,000” según los organizadores, se concentraron en la céntrica plaza de Colón y alrededores. Su exigencia: que Sánchez convoque elecciones legislativas anticipadas, sin esperar al fin de la legislatura, a mitad de 2020.
Organizada por el Partido Popular y los liberales de Ciudadanos, la concentración fue secundada por los ultraderechistas de Vox, y tuvo lugar a dos días de que se abra en Madrid el histórico juicio contra 12 líderes separatistas catalanes por el fallido intento de secesión de Cataluña en 2017.
“El tiempo del gobierno de Sánchez ya ha acabado”, dijo Pablo Casado, líder del PP, en una concentración marcada por gritos de “Sánchez dimisión” y en la que participaron también el Nobel hispano-peruano de Literatura Mario Vargas Llosa y Manuel Valls, ex primer ministro francés y candidato a la alcaldía de Barcelona.
“A Sánchez se le acaba la escapada (…) estamos aquí para decirle no al separatismo y sí a España”, comentó Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, mientras que el líder de Vox, Santiago Abascal, arremetió contra “la traición de un gobierno ilegítimo y un gobierno mentiroso, sostenido por los enemigos de España”.
Las tres derechas “lideran la crispación”, y “a eso lo llaman patriotismo”, cuando en realidad es “deslealtad” al gobierno, les contestó Sánchez desde Santander (norte), donde participó en un acto de su partido.
“El gobierno de España trabaja por la unidad de España”, añadió, defendiéndose de estar cediendo al independentismo catalán.
Sánchez el “traidor”
Esta semana, PP, Ciudadanos y Vox montaron en cólera con Sánchez, al conocerse que éste había propuesto nombrar un relator independiente para que organice y coordine un futuro diálogo entre partidos políticos en Cataluña.
El gobierno central español defendió la idea como parte de su esfuerzo por desactivar la grave crisis política abierta por el movimiento soberanista en esa región.
Pero la oposición de derecha lo interpretó como una concesión inaceptable, y acusó a Sánchez de ceder al “chantaje” de los independentistas, cuyo apoyo necesita en el Parlamento español para tramitar esta semana entrante los presupuestos del Estado de 2019.
El enfado era en cualquier caso palpable este domingo en Madrid entre los simpatizantes de PP, Ciudadanos y Vox, tres formaciones que de acuerdo con algunos sondeos podrían formar mayoría a nivel nacional, como ya ocurrió recientemente en Andalucía, una región gobernada hasta ahora por el socialismo.
Pedro Sánchez “es un traidor. Está pactando con nuestros enemigos, con gente que nos ha hecho mucho daño, y que quiere dividir a los españoles”, dijo a la AFP Elena Navarro, una mujer de 45 años que fue a manifestarse con su hijo adolescente.
“Yo he pasado de la derecha a la ultraderecha, porque quiero que alguien saque la escoba y España salga adelante. Para mí, Vox es la última esperanza”, añadió Ana Guisasola, una mujer de unos 50 años empleada en una empresa de lubricantes para coches.
“Venimos a meter presión, a ver si convoca elecciones”, abundó el pensionista Juan Manuel Gómez.
Pese a la concesión sobre la figura del relator, los separatistas catalanes y el gobierno de Sánchez se acusaron el viernes de romper el diálogo, en un contexto de fuerte tensión por el inminente juicio a los líderes independentistas.
Si el presupuesto fracasa, Sánchez podría verse obligado a convocar elecciones antes de que concluya la legislatura a mitad de 2020.
El adelanto se sumaría a un calendario electoral muy cargado, ya que el 26 de mayo están previstos comicios municipales, regionales y europeos en España.