El rechazo a la medicina convencional se extiende en comunidades cristianas de derecha en Estados Unidos.
JENNIFER LANHAM no cree en la medicina moderna. “Dios bendijo a la Tierra con todo lo que necesitamos para sanarnos”, dice. Además de su fe, también tuvo una mala experiencia con los médicos durante el tratamiento de cáncer de su abuelo. “Creo realmente que la quimioterapia, por sí misma, fue lo que lo mató y no el cáncer”, afirma Lanham. “Tenemos miedo de lo que esas medicinas podrían hacernos a largo plazo”. Como resultado, comenzó a “alejarse de las alternativas hechas por el hombre”, que, en su opinión, son inferiores a los remedios naturales que Dios creó.
Como devota cristiana y propietaria de la tienda By Faith Essential Oils (Aceites esenciales por fe), situada en Weatherford, Texas, en la que vende distintos productos que se utilizan en los masajes y la aromaterapia, Lanham fue pionera en una tendencia creciente: los cristianos conservadores que rechazan la medicina moderna en favor de los enfoques “holísticos” o “naturales”, históricamente asociados con la izquierda política. Expertos en medicina informan de un aumento en el número de pacientes provenientes de áreas predominantemente cristianas conservadoras que rechazan la medicina convencional.
El movimiento antivacunación es un buen ejemplo. Dicho movimiento está bien documentado en las comunidades liberales de California, Oregón y Nueva Jersey. Sin embargo, los evangélicos también se han vuelto más escépticos con respecto a las vacunas, señalan los expertos en salud. El lenguaje que se utiliza en muchas campañas antivacunación parece estar dirigido a la derecha religiosa, afirma el Dr. Peter Hotez, director del Centro para el Desarrollo de Vacunas del Hospital Infantil de Texas en Houston. Los anuncios se basan en el término “libertad médica” el cual, según Hotez, hace eco entre los cristianos preocupados por la libertad religiosa. Esta forma de publicidad ha sido especialmente efectiva, afirma Hotez, entre grupos que “difunden la desinformación sobre las vacunas para publicitar remedios falsos” que les reportan ganancias.
REMEDIOS NATURALES: LA AMENAZA
En un artículo publicado en julio pasado en la revista en línea PLOS Medicine, Hotez y sus colegas documentan un aumento en el número de niños de nivel preescolar no vacunados por motivos religiosos en 12 estados, entre ellos, Idaho, Utah, Arizona y Texas. En muchas de estas áreas predominan los votantes de los extremos liberal y conservador, entre ellos, las comunidades cristianas de derecha, afirma Hotez.
El número de niños en Texas que no fueron vacunados por motivos no médicos aumentó 20 veces desde 2003, hasta alcanzar una cifra superior a 57,000. “El término ‘libertad médica’ no acaba de convencerme”, dice. “Lo que ocurre es que los padres les niegan a sus hijos un derecho fundamental”.
En 1998, el médico Seth Asser publicó un estudio en el que documentaba un aumento en las muertes provocadas por reemplazar a los médicos convencionales con sanadores cristianos por fe, pero ese fenómeno es muy infrecuente en la actualidad. La verdadera amenaza es el uso de remedios naturales en lugar de un tratamiento médico convencional. Hasta ahora, las pruebas son en gran medida anecdóticas. Por ejemplo, este investigador encontró recientemente a la madre de un niño con epilepsia que intentó tratar esta enfermedad con un remedio herbolario que dañó el hígado del menor. En otra ocasión, una mujer murió al tratar sus alergias con inyecciones de sangre de cordero. “Estas personas no están necesariamente al margen de la sociedad”, afirma. “Se convierte en algo social. Es un grupo en la escuela, en el que cuatro o cinco madres hablan del tema, así que otras más se les unen”.
Jennifer Johnson, subdecana de educación clínica de la Escuela de Medicina Naturopática de la Universidad Bastyr en el estado de Washington, culpa a las redes sociales por facilitar la difusión y la disponibilidad de información falsa, por el polarizado clima político y por la amplia desconfianza en la industria farmacéutica.
Even Lanham, que vende remedios naturales, afirma que la retórica y las agresivas tácticas de ventas han hecho que algunas personas asuman riesgos insensatos. Por ejemplo, algunos de sus clientes han tratado de ingerir aceites herbales. “No creo que haya una mala intención”, dice. “Lo que todos deseamos es lograr una mayor sensación de bienestar, y al hacerlo, muchas personas caen en la desesperación”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek