El alga tóxica conocida como “marea roja” que se propagó a un ritmo frenético este verano en la costa oeste de Florida alcanzó las playas de Miami, informaron autoridades este jueves cuando cerraron temporalmente el acceso a varias de ellas.
El alcalde del condado, Carlos Giménez, dijo en un comunicado a última hora del jueves que todas las playas estarán abiertas desde el viernes de mañana, pero con carteles “para advertir a residentes y visitantes sobre los posibles efectos a la salud de la marea roja”.
Las personas con “condiciones respiratorias severas o crónicas, como asma, deben evitar las áreas de marea roja”, añadió.
El actual brote comenzó en octubre de 2017, pero empeoró considerablemente desde agosto de este año, cuando se extendió a lo largo de la costa oeste de Florida dejando toneladas de peces muertos y un olor nauseabundo.
También han aparecido varados manatíes, tortugas y delfines cuyas muertes se vinculan a esta alga tóxica.
El turismo es una de las principales industrias de Florida. En 2017, este estado del sureste estadounidense recibió 116,5 millones de visitantes, 3,6% más que el año anterior.
El nivel de marea roja encontrada en Miami es muy inferior al que padece la costa oeste: las turísticas playas de Miami Beach y Crandon Park registraron una concentración de “muy baja a baja”, mientras las de Haulover Park, más al norte, tienen un nivel medio.
El condado había anunciado en la mañana el cierre de Haulover Park, que reabrirá el viernes con precauciones.
El jueves también aparecieron cientos de peces muertos en las playas de Fort Lauderdale, una ciudad vecina a Miami en la costa este, según informó el diario local Sun Sentinel.
“Sólo podemos esperar que estas condiciones no permanezcan así por mucho tiempo”, dijo el alcalde de Fort Lauderdale, Dean Trantalis, citado por el diario.
La marea roja es un fenómeno natural. Es causada por un microscópico organismo unicelular llamado Karenia brevis, único en el Golfo de México.
Este organismo libera un poderoso neurotóxico que puede transmitirse por aire y causa a los humanos dolores de cabeza, irritación en los ojos, tos y asma. Pero puede ser mortal para los animales marinos.