Hace un año, Michael Cohen, quien durante una década fue abogado de Donald Trump, juró que “recibiría una bala” por el presidente.
El martes, esa lealtad que parecía tan profunda, se desvaneció cuando Cohen implicó al presidente de Estados Unidos en dos delitos graves mientras se declaraba culpable de los cargos de fraude bancario, fraude fiscal y violaciones al financiamiento de campañas políticas.
Fue un giro importante para el impetuoso neoyorquino que se identificó en la última década de su carrera con Trump.
Cohen, de 51 años, fue en el pasado un abogado especializado en lesiones personales que acumuló una pequeña fortuna con la sombría industria de las licencias de taxis en Manhattan. Luego compró propiedades en un edificio de Trump y eventualmente escaló hasta terminar en una oficina junto a la del multimillonario en su rascacielos de la Quinta Avenida.
Como abogado personal de uno de los magnates inmobiliarios más ricos de Nueva York y vicepresidente de la Trump Organization, manejó numerosos negocios comerciales dentro y fuera de Estados Unidos, y tuvo también que solucionar algunos de los problemas más difíciles de quien luego se convertiría en presidente.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fustigó el miércoles a su exabogado Michael Cohen, acusándolo de “inventar historias” al declararse culpable de delitos electorales e implicarlo en un explosivo giro al proceso derivado de una investigación federal sobre las presidenciales de 2016.
Trump comparó la actitud de Cohen con la de su exjefe de campaña Paul Manafort, también procesado el martes en un juicio derivado de esa pesquisa, elogiando la “valiente” actitud de su exasesor político de negarse a “ceder” a las presiones de los fiscales para lograr un “trato” judicial a su favor.
“Me siento muy mal por Paul Manafort y su maravillosa familia. La ‘Justicia’ tomó un caso tributario de 12 años, entre otras cosas, aplicó una presión tremenda sobre él y, a diferencia de Michael Cohen, se negó a ‘ceder’: inventar historias para obtener un ‘trato’. ¡Mucho respeto por un hombre valiente!”, tuiteó Trump.
Cohen, el otrora muy leal abogado personal de Trump, se declaró culpable el martes de ocho cargos ante una corte de Nueva York, incluido el de hacer contribuciones ilegales a la campaña electoral a instancias de “un candidato a un cargo federal”.
En su primera reacción al impactante señalamiento de Cohen, Trump escribió en una serie de tuits que las infracciones a las normas de financiamiento electoral cometidas por Cohen “no son un delito”.
“Michael Cohen se declara culpable de dos cargos de violación de financiamiento de campaña que no son un delito. ¡El presidente Obama tuvo una gran violación de las finanzas de campaña y se resolvió fácilmente!”, añadió.
La campaña de Obama de 2008 pagó una multa de 375.000 dólares en 2013 por infracciones a normas electorales por contribuciones hechas 20 días antes de los comicios, que debieron ser reportadas dentro de las 48 horas.
Las contribuciones ilegales de Cohen a la campaña incluyeron pagos secretos que hizo en nombre de Trump durante la campaña de 2016 a dos mujeres que afirmaron haber tenido relaciones extramatrimoniales con el candidato republicano.
– Mueller y la “caza de las brujas”-
Las alabanzas de Trump a Manafort, a quien un tribunal en Alexandria, en las afueras de Washington, halló culpable de ocho cargos, incluidos fraude bancario, evasión fiscal y omisión de declarar cuentas bancarias extranjeras, contrastaron con los comentarios sobre Cohen, quien alguna vez dijo que “recibiría un balazo” por el presidente.
“Si alguien está buscando un buen abogado, le sugiero encarecidamente que no contrate los servicios de Michael Cohen”, escribió Trump.
El martes, Cohen detalló cómo realizó pagos secretos antes de las elecciones a la estrella porno Stormy Daniels y la modelo de Playboy Karen McDougal, quienes afirman haber tenido aventuras amorosas con Trump.
Pero sobre todo sorprendió a todos al señalar que al realizar esos pagos actuó “en coordinación y bajo la dirección de un candidato a un cargo federal”.
“Tuve esta conducta con el propósito de influir en las elecciones”, le dijo Cohen al juez, en una una admisión que pone a Trump en riesgo legal.
Los dos lugartenientes de Trump, Cohen y Manafort, enfrentan penas de prisión por procesos resultantes de la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la intromisión rusa en los comicios de 2016 y la posible connivencia entre el equipo de campaña de Trump y Moscú.
Ninguno de los dos casos se relaciona con una colusión con Rusia, algo que Trump destacó el miércoles insistiendo por enésima vez en que la investigación de Mueller es una “caza de brujas” con motivaciones políticas.
Pero la condena de Manafort por parte de un jurado, y la declaración de culpabilidad de Cohen en el marco de un acuerdo judicial, son una buena noticia para Mueller, quien viene soportando fuertes presiones políticas para concluir una investigación que ya lleva 15 meses.
Ambos casos no pondrán fin a la cruzada de Trump para desacreditar a Mueller y socavar así cualquier intento por llevarlo a juicio, algo que podría concretarse si la oposición demócrata toma control del Congreso tras las cruciales elecciones legislativas de noviembre.
Pero los expertos dicen que cada victoria cuenta para el fiscal especial, quien gracias a su creciente historial de éxitos aumenta sus posibilidades de asegurarse la cooperación de futuros testigos.
(Con información de la AFP).