Un grupo de científicos ha vinculado las populares dietas bajas en carbohidratos con una expectativa de vida más corta en un artículo publicado el jueves 16 de agosto, en la revista The Lancet Public Health,.
Los investigadores analizaron la relación entre nutrición y mortalidad en una población de 15,400 voluntarios estadounidenses, y descubrieron que 50 por ciento de la dieta de los más longevos consistía de carbohidratos. Por lo anterior, el equipo sugiere que las dietas con alto y bajo contenido de carbohidratos podrían estar vinculadas con un riesgo de mortalidad discretamente más alto.
Algunos expertos no se sorprendieron con este resultado. “Ningún aspecto de la nutrición se debate tan acaloradamente en los medios sociales como el tema de los carbohidratos contra las grasas”, declaró Catherine Collins, nutricionista del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, en entrevista con Science Media Center (SMC). “Es imposible que una dieta que restringe los carbohidratos replique la enorme variedad de nutrientes que aporta una dieta basada en vegetales y rica en carbohidratos”.
Los investigadores hicieron el seguimiento de los participantes durante un promedio de 25 años y llevaron registros sobre diversos factores, los cuales incluyeron dieta, edad y mortalidad. Sus análisis estadísticos revelaron que los voluntarios cuya dieta incluía 50 a 55 por ciento de carbohidratos tendían a vivir más que los participantes con dietas altas y bajas en carbohidratos. El equipo calculó que, al alcanzar los 50 años, esas personas aún tendrían otros 33 años de vida por delante.
En contraste, la expectativa de quienes consumían dietas ricas en carbohidratos (70 por ciento o más) podía ser hasta un año menor que la del grupo con una dieta “mitad carbohidratos”, explicó la BBC. Sin embargo, los resultados fueron mucho más drásticos para los que seguían dietas bajas o extra-bajas en carbohidratos. Los individuos que llevaban dietas con apenas 30 a 40 por ciento de carbohidratos tuvieron una expectativa de vida de hasta 2.3 años menos que el grupo “mitad carbohidratos”. Y la expectativa de quienes seguían una dieta con 30 por ciento o menos carbohidratos fue 4 años más corta que la del grupo “mitad carbohidratos”.
Ahora que, si insistes en restringir los carbohidratos, tu mejor opción es una dieta rica en vegetales. Los voluntarios que consumían dietas bajas en carbohidratos, y ricas en proteínas y grasas vegetales, corrieron un riesgo de mortalidad discretamente más bajo.
“Nuestros datos sugieren que las dietas bajas en carbohidratos y basadas en derivados animales -como las que predominan en América del Norte y en Europa- podrían estar asociadas con una expectativa de vida más corta y no son recomendables”, informó vía correo electrónico la Dra. Sara B. Seidelmann, autora principal del estudio, y becaria clínica y de investigación en Brigham and Women’s Hospital, Boston.
“No obstante, si optas por seguir una dieta baja en carbohidratos, la mejor estrategia a largo plazo es que intercambies los carbohidratos por más grasas y proteínas de origen vegetal para propiciar un envejecimiento saludable”.
Una limitante de la investigación es que los voluntarios aportaron la información sobre los carbohidratos que consumían. Así mismo, el estudio fue observacional, por lo que no puede demostrar una relación causa y efecto.
de esto, Nita Forouhi, científica independiente de la Universidad de Cambridge, celebró la “robustez” del diseño de la investigación. En una declaración para SMC, Forouhi dijo que “[envía] un mensaje muy claro: la dieta óptima para la longevidad es una ingesta moderada de carbohidratos, con hasta 50 o 55 por ciento de la energía total, en vez de una dieta baja en carbohidratos”.
Forouhi agregó que también es importante tener en cuenta la fuente de los nutrientes, pues el estudio demuestra que podría ser beneficioso sustituir los carbohidratos por grasas de origen vegetal, más que animal.
su parte, Ian Johnson, del instituto de biociencias Quadram, dijo a SMC que los carbohidratos deben obtenerse de plantas ricas en fibra, y no de bebidas azucaradas o de alimentos procesados.
“[Las investigaciones demuestran] que las ingestas extremas son indeseables y, a fin de cuentas, lo mejor para la salud es una dieta balanceada, en la cual los carbohidratos aporten casi la mitad de la energía alimentaria”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek