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El futuro del desarrollo urbano son las ciudades inteligentes y LOMA Desarrollos, una inmobiliaria de Monterrey, Nuevo León, con 25 años en el mercado y presencia en 9 estados de la república, está abriendo camino para que Tijuana se transforme en una.
Las ciudades inteligentes son aquellas que logran la gestión eficiente de áreas como los servicios, movilidad e infraestructura, entre otras.
Llegar ahí implica tener a la mano vivienda, comercios y servicios sin necesidad de moverse a distancias que resultan costosas en tiempo, dinero y esfuerzo.
Con esto en mente, LOMA Desarrollos trajo a Tijuana el primer complejo de usos mixtos que ofrece lo anterior, con una inversión total de 2 mil 775 millones de pesos.
El proyecto se llama Alameda Otay y estará inaugurando su primera etapa el 27 de septiembre con la apertura del cine, servicios y una gran variedad de restaurantes en los que uno podrá disfrutar de cocinas como la griega, vietnamita y mexicana, entre otras.
Con Alameda Otay, se abre camino a una tendencia que es típica de ciudades que se están modernizando, de acuerdo a Dieter Lorenzen, presidente del Consejo de LOMA Desarrollos.
El primer Town Center de la región constará de 115 mil metros cuadrados.
Dispondrá de seis torres residenciales con 240 departamentos; dos hoteles, un Holiday Inn Express con 150 habitaciones y un ONE hotel con 120; un centro comercial con mil 389 cajones de estacionamiento disponibles, más la presencia de marcas como Soriana y Cinemex, y alrededor de 100 consultorios listos para aprovechar la cercanía de Otay con la garita, e impulsar el turismo médico en esa zona de la ciudad.
Un Town Center se caracteriza por ser un espacio que reúne todo tipo de actividades.
“Es una especie de pueblito. Tienes todo en una misma área”, dice Lorenzen.
Desde entretenimiento, hasta aquellas que son de necesidad prioritaria como ir a la farmacia o comprar la despensa.
“Y lo que generas es una movilidad peatonal. Eso evita conflictos viales. Por eso es muy importante que se generen este tipo de proyectos”, dice el urbanista Luis Duarte, ex director del Instituto Metropolitano de Planeación de Tijuana (IMPLAN) y catedrático en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).
Alameda Otay está a unos 5 minutos en auto de esa universidad y del Instituto Tecnológico de Tijuana, del Parque de la Amistad y de la garita de Otay.
En solo 10 minutos puedes llegar al Aeropuerto Internacional de Tijuana.
Dieter Lorenzen opina que esta parte de la ciudad es un diamante en bruto que no ha visto ningún desarrollo residencial o comercial nuevo en los últimos 25 años.
“Y menos de esta magnitud”, agrega.
Alameda Otay generó 2 mil empleos directos y 4 mil 500 de forma indirecta en los 36 meses de su construcción.
Además, LOMA Desarrollos estima que el proyecto habrá creado mil más en operación.
Gabriel Antonio Valenzuela, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) Delegación Tijuana y Playas de Rosarito, está de acuerdo en que la zona no ha sido aprovechada y ve oportunidades en el proyecto de LOMA Desarrollos.
“La zona de Otay es una parte de la ciudad que estaba abandonada en cuanto a desarrollos, entonces se justificaba una inversión de esta naturaleza”, opina.
Todo llega en su momento.
Lorenzen dice que ninguna inmobiliaria había tomado la oportunidad porque las condiciones de esta ciudad aún no estaban puestas.
“Todo va madurando. Las tierras, las ciudades, la economía. Tijuana no tenía todavía tanto crecimiento”, explica.
Ahora, con cerca de 2 millones de habitantes, el escenario es distinto.
Y esta es una de las apuestas de LOMA Desarrollos.
Pero Alameda Otay no se limita a quienes quieren vivir ahí.
La experiencia de un Town Center la puede vivir cualquier turista o residente de la ciudad.
Juan Manuel Ramírez, director de Operaciones del proyecto, dice que el deseo de la inmobiliaria es convertir a Alameda Otay en un referente de Tijuana.
“Tiene que ser una experiencia. No es solo ir de compras”, explica.
Pone como ejemplo a The Grove en Los Angeles y Domain en Houston, Texas, donde Ramírez ve a los visitantes como más que simples consumidores.
“Hay ambiente, gente caminando, haciendo su día”, detalla.
Y esto es lo que distingue a Alameda Otay de otros centros comerciales.
Además de ser un espacio para el comercio, es un lugar para crear recuerdos con la pareja, familia o amigos.
La fachada tiene además su propia personalidad.
Arquitectónicamente rinde tributo a que el desarrollo es de inversión nacional.
Y a través de colores, figuras y otros elementos decorativos, brilla con alma mexicana.
“Tenemos tres colores muy distintivos, un azul cielo, un rosa mexicano y un verde. También se está manejando el ladrillo”, dice Octavio Peredo, director del proyecto.
A la iluminación de la alameda principal, la describe con postes de catenarias que emularán la luz de un callejón.
El plan es que este concepto acompañe al tipo de eventos que ahí se presentarán más adelante.
Todo esto con el fin de que los visitantes de Alameda Otay pasen gran parte del día ahí, de acuerdo a Peredo.
“Básicamente el desarrollo va a tener vida las 24 horas del día”, dice.
La mayoría de los centros comerciales se apagan después de las 9 de la noche, pero Alameda Otay no será el caso, porque las ciudades grandes tampoco descansan.
En un futuro Tijuana tendrá varios de estos desarrollos, pero Alameda Otay será el primero que abrió la brecha, según Juan Manuel Ramírez.
“Y con esto, va a cambiar el hábito de consumo y de diversión de la gente”, concluye.