En algunas tiendas botánicas de Tijuana venden hierbas y productos naturistas para la salud, pero también amuletos y artículos de magia negra y blanca.
Los interesados en el lado ocultista de estas tiendas son personas de todo tipo y estrato social, según Javier Calderón, quien administra el centro esotérico “La Santísima”, un lugar tan cerca de Dios como de brujos y santeros.
Es un local ubicado en la calle segunda de la Zona Centro, donde también se encuentra la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe en Tijuana.
“Viene desde un zapatero hasta gente con dinero. Policías, gente que no trae buenos negocios y gente que está en la política”, dice Calderón.
En “Los brujos del poder” 1 y 2, el periodista José Gil Olmos ha documentado al menos 40 casos de políticos mexicanos vinculados a estas prácticas.
De Baja California menciona a Jorge Hank Rhon, ex alcalde de Tijuana, como uno de los personajes que tienen un perfil esotérico.
Hank gusta de acompañar sus comidas con un tequila que se elabora con penes de animales y que supuestamente tiene un efecto afrodisíaco.
“Eso quieras o no, tiene un remanente de creencia en lo espiritual, en lo esotérico, o en lo sobrenatural que al final resulta ser exactamente lo mismo”, dice Olmos.
Pero el caso más famoso de la política mexicana es quizá el de quien fuera la dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo.
Olmos cuenta que la maestra viajó en una ocasión a Nigeria, en África, para realizarse un ritual que involucró la tortura y degollamiento de un león para bañarse con su sangre.
Pagó 45 mil dólares solo por el ritual.
“Estamos hablando de gente poderosa, gente con dinero como para poder viajar a Marruecos o a España”, dice José Gil Olmos, quien es reportero de la revista Proceso.
Por eso, asegura que los creyentes están dispuestos a viajar e invertir a manos llenas.
A menor escala, pero de forma constante, están los clientes de La Santísima.
Calderón dice que en su mayoría son hispanos que viven en California y que aprovechan los puentes para surtirse en su tienda.
Estima que ese público representa hasta el 80% de sus compradores.
“Vienen con listas largas de veladoras, de aguas, y de polvos. Para limpias, abrir caminos, o que les vaya bien en el amor y el dinero”, dice Calderón.
Y cada uno llega a gastar hasta 3 mil pesos por visita.
Por eso opina que las botánicas, así como las farmacias tradicionales, generan una derrama importante para la región.
Aunque nadie sabe a cuánto asciende.
Mario Escobedo Carignan, presidente de la Cámara Nacional del Comercio en Tijuana (Canaco) dice que las botánicas forman parte del turismo médico, porque en esas tiendas se venden jarabes para la tos y otros productos para la salud.
Sin embargo, ni la Secretaría de Turismo del Estado (Secture) ni el Comité de Turismo y Convenciones (Cotuco) saben cuánto dinero circula gracias a estos negocios o cuántas personas visitan la ciudad atraídos por esta oferta.
Además, niegan que esos comercios formen parte del turismo médico, o de cualquier otro.
En Estados Unidos, los servicios psíquicos, lecturas de tarot y de manos, entre otros parecidos, son considerados como negocios de entretenimiento, según José Ysea, vocero de la ciudad de San Diego.
En este rubro entran actividades como los conciertos, obras de teatro y visitas a parques temáticos.
Sin embargo, el Ayuntamiento de San Diego no tiene datos específicos sobre la industria esotérica.
José Ysea dice que la ciudad de San Diego no tiene códigos de actividad empresarial únicos para ese sector.
Y lo mismo ocurre en Tijuana.
El registro de actividades mercantiles del Ayuntamiento no tiene un giro especial para los establecimientos que se dedican a ofrecer servicios de lectura de tarot, amarres o salaciones.
Pero sí tiene uno para las tiendas botánicas, que frecuentemente resultan ser negocios ocultistas disfrazados de herbolarias.
Mercedes es una tarotista y astróloga de Tijuana que pidió utilizar un seudónimo con el fin de separar su vida profesional de la personal.
Opina que aunque una botánica no es sinónimo de comercio esotérico, sí existe una relación entre ambos negocios.
“De alguna forma van de la mano. En las botánicas o hierberías ofrecen desde hierbas, hasta herramientas para la brujería blanca, roja, verde o negra pasando por velas, jabones y amuletos”, explica.
A las botánicas las regula la Dirección de Protección contra Riesgos Sanitarios.
Pero su titular, Leopoldo Jiménez, dice que la parte esotérica de esos locales no es tema de su competencia.
Afirma que estos comercios pueden vender cualquier producto, siempre que no sea fármaco, y eso incluye a lo esotérico.
Así que esos negocios operan con libertad.
Actualmente hay 36 tiendas botánicas en Tijuana, según Jiménez.
Y aunque Protección contra Riesgos Sanitarios ha suspendido 8 negocios de estos en el último año, las razones han sido más bien de higiene.
“Si no cumplen con las condiciones higiénicas se suspenden hasta que cumplan con ellas, inclusive si encontramos algún producto que no tenga registro, se asegura y se destruye”, dice.
Así, a pesar de que los servicios de adivinación, brujería y demás no están regulados, el turismo esotérico existe.
Calderón, de La Santísima, no tiene duda de ello.
La tienda que administra se ha mantenido así por más de 25 años, y vende en dos locales.
El segundo se encuentra en el Mercado del Popo, frente a la Plaza de la Tecnología, también en Zona Centro.
Es un mercado donde a lo largo de un pasillo, compiten por clientela con otros negocios que se dedican a lo mismo.
En este pasaje, uno puede comprar figuras de la Santa Muerte y artículos religiosos.
El espiritismo y las ciencias ocultas coexisten con doctrinas como el catolicismo, a pesar de ser contrarias a esa fe.
De la misma forma, coinciden locales y turistas en ese espacio.
Mercedes, la tarotista, dice que a los extranjeros les atrae sobre todo el tema de lo sobrenatural.
“[Se interesan] en conferencias, tours de fantasmas y lugares encantados sobre todo”, dice.
Ella ofrece recorridos en cementerios y lugares embrujados, pero del lado estadounidense, donde existen sitios como el museo de Whaley House en San Diego, famoso por sus historias de aparecidos.
Menciona que en Tijuana también hay historias como la de La Faraona, del extinto Casino de Agua Caliente.
La Casa de la Cultura de Tijuana también ofrece, una vez al mes, recorridos para contar leyendas sobre este recinto.
Y es posible vivir enteramente de este tipo de actividades, en la opinión de Mercedes.
Dice que ella no cobra por sus servicios como psíquica y que no se mantiene de sus ingresos como guía turística paranormal porque es profesionista, pero considera que puede convertirse en un negocio lo suficientemente fructífero.
“Nuestros dones no tienen precio pero hay mucha gente que de esto vive al 100%”, dice.
Aun así, cuando se le pregunta en qué rama comercial incluiría al esoterismo, responde que en el área de entretenimiento.
“Tiene gran parte de show, desde los elementos de la parafernalia como el tarot, la bola de cristal o el café”, dice Mercedes.
Es una actividad que en su opinión pudiera promoverse, pero opina que las autoridades no los toman en cuenta porque abunda la charlatanería.
“Existe mucha mentira, muchos ganchos que usan las personas que viven de estas prácticas y que tienen que mentir para poder subsistir”, dice.
Leopoldo Jiménez, director de Protección contra Riesgos Sanitarios, coincide en que el problema del esoterismo es que no tiene un sustento científico y fomenta que las personas no acudan con profesionales.
Por ejemplo, algunas personas recurren al esoterismo para solucionar problemas físicos y sobre todo, emocionales.
Lo segundo fue el caso de Alina, de 27 años.
Desde 2015 visita regularmente a una tarotista.
Se acercó porque perdió a su mascota y quería que alguien le dijera cómo recuperarla.
“A mi no me servía ir con un psicólogo porque me iba a dar terapia para que lo superara y yo no lo quería superar. Lo que quería era recuperar a la perrita”, reconoce Alina.
Su mascota no regresó, pero ella sí continuó consultando a la tarotista, quien cobra 400 pesos por sesión.
Luisa Madueño, psicóloga e hipnoterapeuta, dice que ese tipo de servicios abundan porque algunas personas prefieren soluciones rápidas y milagrosas cuando tienen problemas.
“No les gusta el trabajo por la vía larga y profesional. La prueba es que para bajar de peso prueban mil y una pastillas para adelgazar antes que un nutriólogo y el ejercicio”, dice Madueño.
Opina que por eso abundan los comerciantes fraudulentos.
En Tijuana, donde basta con poner atención a los postes de luz para encontrar el anuncio de alguna tarotista o vidente, existe un semillero de personas que ofrecen soluciones mágicas a todo tipo de problemas, según Madueño.
“La gente está buscando lo que sea con tal de sanar y lamentablemente la mayoría no lo hace por la vía más adecuada”, dice.
A Luisa Madueño, que tiene un consultorio en Tijuana y atiende desde la Ciudad de México a través de internet, se le contactó para este reportaje porque participó como ponente en el Primer Congreso Virtual de Magia y Ocultismo, llevado a cabo en enero pasado.
En este, habló sobre la intuición y la terapia de regresiones a vidas pasadas, una que consiste en inducir a un estado relajado de conciencia para sanar traumas.
Su participación en ese congreso fue señalada y criticada en redes sociales por otros psicólogos de la región.
“Pusieron que yo estaba dando magia y ocultismo cuando yo estaba dando clases de lo mío. Nunca hablé ni estuve de acuerdo en que se hable de brujería”, explica Madueño.
No recomienda que las personas con problemas de salud física o mental recurran al ocultismo, sino a especialistas como lo son psiquiatras, psicólogos o médicos tradicionales.
Pero opina la mayoría de las personas no están dispuestas a invertir en su salud mental.
Los seguidores del ocultismo en cambio, no escatiman con tal de retener al ser querido, conseguir éxito profesional o vivir más años.
Una segunda tarotista, que fue consultada por esta reportera, dijo cobrar de 300 a 700 dólares por rituales para deshacer trabajos de magia negra.
Alina dice que el pago es para que exista un flujo de energía entre la persona que presta el servicio y quien acude a consulta.
Describe sus visitas con la mujer que lee la suerte como experiencias positivas, porque dice que le ha ayudado a tomar mejores decisiones y a prepararse para el futuro.
Su tarotista ofrece un rol similar al de un guía o consejero de vida.
“Nunca he tenido razones para dudar o decir, ‘ah, se metió a mi Facebook y lo intuyó’. Al contrario, siempre he creído que las cosas que me dice son para mi bien. Me ayuda a tomar decisiones más tranquilas”, dice.
Pero Leopoldo Jiménez es escéptico.
“Tiene que ver con creencias y con la sugestión”, dice Jiménez.
Además reprueba que algunas personas recurran a amuletos y rituales para mejorar su salud física.
“Una enfermedad no se trata con limpias ni con leerles la mano ni con la ouija”, explica.
Lo cierto es que existe un segmento de la población dispuesto a confiar en estas alternativas para mejorar sus vidas en más de un sentido.
La Encuesta Nacional Sobre Creencias y Prácticas Religiosas en México de 2016, que es la más reciente, arroja que un 11% de la población en esta región, acostumbra a realizarse limpias con yerberos, curanderos, brujos, santeros, espiritistas y chamanes.
Eso es un 9% más que nuestros vecinos del noreste.
Esta encuesta la realiza el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), con la Red de Investigadores del Fenómeno Religioso en México (RiFrem) y otros centros de investigación como el Colegio de la Frontera Norte (Colef).
En la misma, se revela que el noroeste de México, donde se incluye a Baja California, es la región que menos cree en Dios y que más cree en fantasmas y espíritus.
Un 28.8% acepta la existencia de entes del más allá.
Lo que permite entender por qué es tan fácil encontrar supuestos videntes, médiums y demás de este lado de México.
Basta con realizar una simple búsqueda en Google o en tu red social preferida, abrir la sección de clasificados en algún periódico o caminar cualquier día por las calles de Tijuana, en la Zona Centro.