La sentencia es del mexicano César Ramos, distinguido por dos años consecutivos como el mejor árbitro de futbol de la Concacaf. Charlamos con él antes de que partiera a Rusia a pitar su primer mundial, y en el que se estrenará en la cancha con el encuentro entre Brasil y Suiza.
LAS MIRADAS de México están puestas, en este momento, en los 23 jugadores de la Selección Nacional de Futbol. Pero a la Copa Mundial de 2018 también acude otra delegación de mexicanos que busca poner en alto el nombre del deporte nacional: los árbitros.
Para César Arturo Ramos Palazuelos, el de Rusia será su primer mundial. Aun así, no le impone pitarle a grandes figuras. Dice sentirse preparado para cualquier situación que tenga que enfrentar.
El silbante central ha trabajado duro para tener un lugar en el Mundial de Rusia, que arranca el próximo 14 de junio. A este también acudirán, en representación de México, los árbitros asistentes Marvin Torrentera y Miguel Ángel Hernández Paredes.
Estos tres mexicanos forman parte del equipo de 14 silbantes latinoamericanos elegidos por la FIFA, que representan a la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Futbol (Concacaf, por sus siglas en inglés).
César Ramos previamente ha pitado los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016; el Mundial Sub-20, en Nueva Zelanda; los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en Veracruz, y una final del Mundial de Clubes entre el Real Madrid y el Gremio. Su más reciente compromiso fue pitar la final de la Liga MX entre Toluca y Santos.
Por todo esto, el recién nombrado presidente de la Asociación Mexicana de Árbitros (AMA) fue reconocido en 2016 y 2017 como el mejor árbitro de la Concacaf. Esta distinción “halaga, pero a la vez te compromete a prepararte más”, comenta César Ramos a Newsweek en Español, en una entrevista previa a su viaje a Rusia.
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Este árbitro mexicano, orgullosamente “culichi” (es originario de Culiacán, Sinaloa), agradece el apoyo y el esfuerzo de su familia en el desarrollo de su carrera y poder vivir lo que se convertirá en un recuerdo único para su vida.
Antes de cada partido hay varias elementos que no pueden faltar en su vestidor a manera de ritual: la foto de su esposa e hija, su silbato y, claro, música de banda.
—¿Qué se siente ir a tu primera Copa del Mundo?
—Es un honor representar al arbitraje mexicano. Imagínate todo lo que se ha peleado durante cuatro años: las competencias, los seminarios, los cursos. ¡Caray! Es indescriptible, no lo asimilas; te preparas, pero apenas viene lo bueno. Llegando allá es cuando vamos a sentir más la adrenalina.
—Haber sido nombrado dos veces el mejor árbitro de la Concacaf no fue en vano…
—El arbitraje es del presente, eres tan bueno o tan malo como en tu último juego. La gente recuerda el último juego y con esa esencia se queda, entonces hay que tratar de que el último partido siempre sea muy bueno.
—Los árbitros mexicanos ya son una constante en los mundiales, ¿qué se está haciendo bien en el arbitraje mexicano?
—El árbitro mexicano compite a gran nivel. La liga mexicana es muy fuerte, muy competitiva; tiene jugadores de mucha calidad, mexicanos y extranjeros, y la mayoría de los extranjeros son seleccionados nacionales o que brincan de aquí a Europa. Esto hace que el árbitro tenga un compendio de recursos necesarios a la hora de un partido internacional.
—Cada vez hay más escrutinio, análisis y crítica al trabajo arbitral por la implementación del VAR. ¿Estás a favor del uso de la tecnología?
—Me parece una herramienta muy adecuada; es una herramienta, no un sistema mandatorio. El VAR es como un seguro, y un seguro vale más tenerlo y no utilizarlo que requerirlo y no tenerlo. Tienes un compañero ahí que te va a “echar la mano”, va a sacar a flote la acción y se va a evitar una mala decisión que perjudique al gremio.
—¿Impone o pesa pitarle a grandes figuras?
—Para nada. El árbitro es un ser que dicta autoridad a 22 señores profesionales y no ve camisetas. Lo que ve el árbitro es la regla de juego, no te pones a ver a equis o ye persona. Al contrario, preparas un partido, lo analizas, ves los posibles escenarios y ves la estrategia que vas a utilizar.
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—¿Tú sí vas por el quinto partido?
—No puedes “futurear”, hay cosas que no dependen de ti. Yo a lo que aspiro es a hacerlo bien cuando se requiera, responder a la confianza de mi comité arbitral de FIFA y disfrutar mucho el evento. Es un evento magnífico, un recuerdo único para la vida.
—¿Quieres ver a México campeón?
—Siempre va a ser gratificante, ojalá lleguen muy lejos. Ojalá el equipo avance en un gran nivel porque eso le da alegría a 120 millones de personas. Tú ves cuando a la selección le va bien, la gente lo disfruta, va más contenta a trabajar. Ojalá les vaya muy bien, tengo fe en que así sea.