El nuevo gobierno socialista español, que cuenta con más mujeres que hombres, concreta los esfuerzos de un movimiento feminista que en los últimos años logró ser transversal y sorprendió al mundo con una inédita huelga de mujeres el 8 de marzo.
El ejecutivo encabezado por Pedro Sánchez es proporcionalmente el más femenino de Europa, con seis hombres y 11 mujeres de nutrido curriculum al frente de Economía, Hacienda, Justicia, Trabajo, Educación o Sanidad, según información de AFP.
Sánchez decidió además recuperar el ministerio de Igualdad, creado en 2004 por el anterior gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero y eliminado por su sucesor conservador Mariano Rajoy (2011-2018).
Una iniciativa importante, según la catedrática de Derecho Constitucional Ana María Ovejero, más allá de que el nuevo gobierno sea claramente minoritario en el Parlamento y tenga por lo tanto un estrecho margen de maniobra.
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Según explicó a AFP, Carmen Calvo, en su doble calidad de vicepresidenta y ministra de Igualdad, podrá “ejecutar políticas transversales” en términos de igualdad salarial, presencia de mujeres en órganos directos de grandes compañías, lucha contra la violencia machista, etc.
Precisamente, Carmen Calvo protagonizó uno de los gestos más simbólicos este jueves al tomar posesión ante el rey Felipe VI, empleando la novedosa expresión “consejo de ministras y ministros”.
Un gesto que de inmediato copiaron varios de sus compañeros de gabinete, como la titular de Defensa, Margarita Robles, o el de Ciencia, el astronauta Pedro Duque.
Minutos después, Calvo aseguró que trabajará “con rigor y pasión” para “achicar las desigualdades” entre hombres y mujeres, y el Partido Socialista comunicó que la primera ley que debatirá la Cámara baja buscará que los funcionarios del Poder Judicial “tengan formación en violencia de género”.
La medida propuesta ahonda en un aspecto en el que España es pionera: la lucha contra los crímenes machistas.
Y es que ya en 2004, bajo el gobierno paritario de Zapatero, el país se dotó de una ley integral contra la violencia de género, dos años después de crearse un observatorio especializado contra esta lacra.
La tradición de las vicepresidentas
A pie de calle, mientras tanto, las reacciones eran diversas ante el nuevo gabinete.
“Hay algo de imagen, pero se ve que las mujeres escogidas son válidas para ese trabajo”, comentó a la AFP Adriana Asensio, una joven vendedora de ropa femenina en un local del centro de Madrid.
“Creo que Pedro Sánchez ha empezado relativamente bien”, con un gobierno que parece “más dialogante” que el de Rajoy, añade esta joven con el pelo teñido de azul, en su tienda, decorada a la entrada con coloridos envases rematados con lemas como “sororidad”, “igualdad” o “revolución sexual”.
“Esto es una foto que se han hecho para comprar votos de la izquierda, y que crean que en la derecha no hay feministas”, critica en cambio Isabel Redondo, química de profesión, mientras trabaja en un mercadillo benéfico.
La composición del ejecutivo, comenta la catedrática Ovejero, responde en cualquier caso a “todos los movimientos que hubo especialmente en España, muy importantes y muy intensos, a partir de la movilización del 8 de marzo”, Día Internacional de la Mujer.
Y es que aquella jornada, España vivió una inédita huelga en defensa de los derechos de la mujer, en la que participaron según los sindicatos casi seis millones de personas. También aquel día se sucedieron marchas multitudinarias en Valencia, Sevilla, Madrid o Barcelona, donde pudo verse a familias, hombres y mujeres de todas las edades.
Una movilización en la que cree que influyeron, además de los mediatizados asesinatos machistas, el caso de “La Manada”: cinco jóvenes acusados de violar en grupo a una chica de 18 años en Pamplona, durante los Sanfermines de 2016
Con el nombramiento de Calvo, se mantiene por otro lado lo que desde 2004 parece una tradición en la política española: una mujer en la vicepresidencia del gobierno. Entre ese año y 2011 Zapatero tuvo en el cargo a María Teresa Fernández de la Vega y a Elena Salgado, relevada bajo los mandatos de Rajoy por Soraya Sáenz de Santamaría.
En Defensa continúa también una mujer, después de que se desempeñaran en el cargo la conservadora María Dolores de Cospedal (2016-2018) y la fallecida pionera socialista Carme Chacón (2008-2011), cuya imagen dio la vuelta al mundo, al pasar revista a las tropas estando embarazada.
Igualmente está en manos de una mujer, la conservadora Ana Pastor, el tercer cargo más alto del Estado español, la presidencia de la Cámara baja del Parlamento.