La resistencia atlética de los tarahumaras –o “pies ligeros”, rarámuris”– que les hace ganar justas deportivas está relacionada con un enriquecimiento “altamente significativo” en los genes asociados con el desarrollo muscular y la resistencia física, encontraron investigadores mexicanos.
En un artículo publicado en la revista Nature Communications, científicos del Instituto Nacional de Medicina Genómica (INMEGEN) y del Instituto de Biotecnología de la UNAM secuenciaron e interpretaron la información de 12 personas de seis grupos étnicos –Tarahumara, Tepehuano, Nahua, Totonaca, Zapoteca y Maya– y otras tres personas mestizas.
Los tarahumaras, de la Sierra Madre Occidental al norte de México, mostraron un enriquecimiento en los genes ligados al colágeno, el desarrollo muscular y la resistencia, a diferencia de los otros 10 individuos. Esto que explicaría en parte por qué los rarámuris se han hecho fama al ganar maratones y ultramaratones muchas veces sin “equipo profesional”.
Con el objetivo de encontrar más pruebas acerca del enriquecimiento musculares y del colágeno en este grupo étnico, el equipo secuenció el exoma de otros tres individuos que han participado en eventos de actividad física de alta resistencia. “Estos individuos mostraron un enriquecimiento genético en las vías relacionadas con los músculos, en consistencia con los dos tarahumaras secuenciados inicialmente”.
Alejandro Garcíarrubio, investigador del Instituto de Biotecnología y coautor del estudio, dijo a UNAM Global que “fue una sorpresa encontrar en los tarahumaras un enriquecimiento justo en los genes asociados con el desarrollo muscular y la resistencia, lo cual apunta a una constitución genética favorecedora en ese sentido”.
“Éste es un hallazgo muy interesante porque hay pocos ejemplos similares en la literatura mundial y es equiparable a la adaptación a la altura entre los incas y tibetanos”, añadió.
De acuerdo con Garcíarrubio, estos datos permiten entender mejor cómo se conformaron los pueblos originarios, cuáles se mezclaron y cuáles se mantuvieron aislados. “Es cierto que hay un origen común, pero también diferencias entre etnias y esto nos da pistas del porqué”.
El estudio señala que “si bien estos hallazgos podrían estar relacionados con la conocida alta resistencia física de este grupo nativo mexicano, deben interpretarse con precaución. Se debe realizar más investigación que incluya un tamaño de muestra más grande y datos fenotípicos”.