¿Es posible ilustrar el miedo y el dolor?, ¿y qué tal un ataque de pánico? Entender la salud mental y las emociones desde la experiencia, es para Amalia Andrade insumo para dibujar, escribir y en el camino conocerse a sí misma. Y si todo va bien, hacer que el temor se vuelva un aliado.
Amalia Andrade es una escritora e ilustradora que nació en Cali, Colombia y creció durante los años 90. De niña la aterrorizaban las enfermedades y a perder a mamá en medio de la noche. Hoy vive en Bogotá y tiene otros temores como las bacterias, sentirse sola y hablar en público. La diferencia es que decidió hacerle frente al miedo a través de un libro.
Así, en su segunda obra “Cosas que piensas cuando te muerdes las uñas”, Amalia pretende hacer trascender a una sociedad de ‘miedosos anónimos’, en una que acepta y entiende el origen del miedo más allá del tabú. Un temor que detona decisiones personales, pero que también puede controlar la vida de un país. Porque infundir el terror también es un artilugio político.
La autora desea que existan “tantas versiones del libro como lectores”. Así, con una fórmula similar a su primera obra “Uno siempre cambia al amor de su vida por otro amor o por otra vida”, ofrece un libro-objeto que basado en ilustraciones y definiciones honestas que motivan a identificarse y reírse de la tragedia, los errores y los roles de género, cada lector llena espacios en blanco de una obra que, comparte Amalia, gracias a las redes sociales regresa a ella con distintos nombres y rostros.
En su visita a Tijuana, con la gira de “Cosas que piensas cuando te muerdes las uñas”, la escritora accedió a la siguiente entrevista para Newsweek en Español Baja California. Esta fue editada por cuestión de espacio, pero el sentido de las respuestas se conserva.
— ¿Cómo te defines?
—Soy escritora, soy ilustradora, soy devota de Selena, soy un poco adivina. Me gusta pensar en verdad que todo cambia, nada es permanente. Y creo que eso es clave, porque a veces uno se queda muy metido en rótulos que te atrapan. Si bien hoy soy escritora e ilustradora, dentro de diez años puedo hacer un imperio como Oprah si quisiera y para eso los rótulos no son buenos. Cada día somos lo que somos. Soy muy feliz de ser una escritora, una ilustradora y una persona que oye mucha música y se ríe de la vida.
—Encuentras temas que son complicados de hablar aunque todos los vivimos: la ansiedad, el desamor. ¿Cómo los defines haciendo uso de la cultura pop, recetas y definiciones?
—Investigo mucho, es una parte que me gusta mucho de escribir. Yo creo que yo soy una nerd. Me demoro mucho tiempo estudiando y es un poco lo que hago. Hago la investigación y después abandono un poco el proyecto para dejarlo decantar y volver a escribirlo y transmitirlo como con mis propias palabras y con más facilidad.
—Conectas con los lectores porque hablas desde la experiencia, ¿cómo es esto de mostrarte ante los demás?
—No soy una psicóloga, no soy terapeuta, nada de eso. Leo muchos psicólogos pero también leo médicos, filósofos, poetas y como no soy una experta, lo menos que puedo hacer es hablarle a las otras personas desde mi propia experiencia, yo me sentí así, el miedo se sintió así, los ataques de pánico, la muerte de una de las personas que más amo en mi vida que fue mi tía o que me rompieran el corazón. Era para mí muy importante la honestidad, porque es lo que iba a hacer que el lector se conectara y es desde el único lugar del que puedo hablar.
—Hoy se discute el feminismo y la capacidad de las mujeres para ser empresarias, escritoras o cantantes si ellas quieren, ¿qué opinas de que aún no tengamos las mismas oportunidades?
—Me parece que estamos en un cambio de paradigma. Para mí ha sido muy importante crecer con representaciones, ver mujeres poderosas, mujeres que cuestionan la sociedad, el rol de la mujer dentro de la vida emocional, la vida en pareja, la vida empresarial y me da mucha felicidad de que haya estas representaciones. Sigo mucho el trabajo de artistas como Beyoncé pero también de artistas plásticas como Judy Chicago, una artista norteamericana que trabaja desde los 70 en una obra feminista. Y yo creo que nuestra labor como mujeres, para que haya más igualdad y educación, es seguir hablando. No silenciarnos.
— ¿Qué hay de los miedos masculinos que describes en el libro?
—Es muy gracioso porque asumimos que tanto el amor como el miedo son temas femeninos y no es cierto, los hombres tienen mucho miedo y precisamente por el sistema opresor machista, el hombre no es capaz de sentir miedo porque se asocia con cobardía, debilidad, falta de hombría, que es ridículo porque ambos sentimos tanto el amor como el miedo. Son sentimientos primarios, comunes a todos los seres humanos y me gustaría pensar que este es un libro con el que la gente se dé cuenta que puede ser amiga de sus miedos, que las mujeres no tienen que se definidas por sus miedos y los hombres pueden sentir miedo.
—Desde “Uno siempre cambia al amor de su vida por otro amor o por otra vida”, plasmaste idea de un libro-objeto, para que la gente jugara con él y lo hiciera suyo. ¿cómo se te ocurre esto?
—Me gusta pensar en el libro como un objeto que tiene otros fines además de ser leídos. Usamos libros para enderezar mesas, para matar moscas, me gusta plantearlo como una nueva manera de leer, entonces al crear un libro interactivo se lee en otros estratos y yo dejo de ser la única autora. Es un libro que está vivo y me interesa que existieran tantos lectores como libros en el mundo. El libro que yo escribí o que yo intervine es un libro muy diferente, tiene otro sentido cuando tú lo lees y tú lo intervienes. Hay cosas que yo no sé y le digo a los lectores ‘Ustedes ayúdenme, ¿qué les ha funcionado a ustedes?’, o ‘este texto lo dejo hasta aquí, terminalo tú’, porque es colaborativo.
—Las redes sociales han funcionado también para tener respuestas. ¿a ti te dan respuestas de tus lectores?
—Sí, como escritora las redes sociales son algo maravilloso porque son una herramienta para comunicarme con los lectores, pero la parte que más me enamora es ponerles una cara. Ellos salen en “Cosas que piensas cuando te muerdes las uñas”. El miedo se siente tan diferente en cada persona que yo quería incluir muchas versiones de ese miedo y les pregunté muchas cosas, como a qué le tienen miedo los hombres, para ustedes qué significa el miedo y fue muy bonito poder tener ese contacto y que no se quede solamente en lo virtual, sino que sea un proceso colaborativo que se plasme en el libro. Sacarlo de la virtualidad y llevarlo a la vida real es algo que a mí me interesa mucho.
—¿Cuál es tu libro y autor favorito ahora?
—Estoy muy enamorada del libro de una mexicana que me gusta mucho, se llama Laia Jufresa y el libro se llama Umami. Se los recomiendo.
—¿El desamor se cura?
— Sí, el desamor sí se cura. Yo creo que hemos aprendido mal cómo funciona el amor y creo que hay que mirarle el lado bueno. Hay situaciones donde te han hecho mucho daño y eso no está bien obviamente, pero siento que un duelo es una gran oportunidad para volver a armarse uno mismo, para ser tu mejor versión, ir detrás de los sueños que te daban miedo. Si puedes con un corazón roto, que en verdad es muy difícil, puedes con todo.
—Vivimos en un momento especial aquí en México, vienen las elecciones federales del 2018. ¿Al miedo y la ansiedad también lo ocasiona el país?
—El miedo toda la vida ha sido utilizado como bastión político para gobernar a los pueblos. Esto no es algo nuevo. Pero siento que en este momento, el mundo entero está echando mucha mano de eso, hay muchos políticos que están gobernando a través de meter el miedo a sus pueblos y me parece triste. Pero eso pasa porque no entendemos el miedo, no nos enfrentamos a él. Es un sentimiento muy incómodo, tiene mucho poder, tanto que hay presidentes electos en diferentes países gracias al miedo. Pero así como tiene un poder negativo, tiene uno positivo. Si entendemos cómo funciona el miedo en el gobierno de nosotros mismos, vamos a entender cómo funciona en el gobierno de un pueblo.
—Entonces, ¿el miedo se puede usar a favor?
—Esa es la gran meta del libro. “Cosas que piensas cuando te muerdes las uñas” es un libro que al final lo que quiere decir es: el miedo es tu aliado, literalmente te puede dar súper poderes, siempre y cuando te hagas amiga del miedo y no le huyas.