Las empresas constructoras favoritas de los gobiernos panistas en Baja California siguen causando problemas.
Grupo Melo, ganador de millonarios contratos de obra pública en la administración del gobernador Francisco Vega, está en medio de la controversia por el deslizamiento de tierra que dejó alrededor de un centenar de familias sin hogar en la colonia Lomas del Rubí, en Tijuana.
“Son años que te costó levantar tu casa, y que en un día se te vaya. Todos estamos tristes”, platica Patricia Hernández. La compañía que cortó el talud para construir un fraccionamiento tiene varios antecedentes de irregularidades.
Sin experiencia en el ramo, participó en la rehabilitación y modernización de la Vía corta Tijuana-Tecate con la empresa Comercializadora Edifícate S.A. de C.V. Con al menos cuatro contratos por casi 700 millones de pesos, fue la empresa más favorecida por el estado hasta el año pasado.
Ahora Grupo Melo construirá la primera etapa del malecón en Playas de Rosarito, y por su historial, diputados pidieron revisar la adjudicación directa de la obra. Casi a la par, el Ayuntamiento de Tijuana anunció que suspendió sus obras en curso.
El congreso no ha aprobado completamente las cuentas públicas de Admicarga, administradora del único ferrocarril que conecta comercialmente a Baja California con Estados Unidos, y en Lomas del Rubí profesionistas preparan un dictamen.
“Si tuvo culpa, que asuma responsabilidades”, comenta Gerardo Tenorio Escárcega, presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de Tijuana. Grupo Melo no respondió a la solicitud de entrevista.