Autoridades de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) atendieron un hallazgo inusual este 23 de enero en la carretera federal La Piedad- Guadalajara, dentro del estado de Michoacán: los restos de 300 tiburones tirados en medio del camino.
Inspectores federales se trasladaron al sitio y observaron que los escualos eran de diferentes tallas, se encontraban en estado de descomposición, eviscerados y sin aletas.
Ninguno de los ejemplares encontrados pertenecía a las tres especies en categoría de riesgo de la norma federal NOM-059-SEMARNAT-2010, que son el Tiburón Blanco, el Tiburón Peregrino y el Tiburón ballena, por lo cual la autoridad ambiental se declaró incompetente para continuar con la investigación.
Pero, ¿por qué estaban abandonados a mitad de la carretera? De acuerdo con el Ministerio Público Federal terminaron ahí por un asalto a la camioneta que los transportaba con destino a la Ciudad de México.
“Provenían de aprovechamientos legales de Sinaloa y Puerto Peñasco, Sonora; que la propietaria de los mismos contaba con factura y guía de pesca para su traslado; que venían congelados a granel en una camioneta con rumbo a la Ciudad de México, la cual fue asaltada y el producto se arrojó en la carretera por los delincuentes”, explica un comunicado de Profepa.
De acuerdo con la propia dependencia, el aprovechamiento de estos ejemplares es regulado por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) conforme a la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables, salvo que se trate de especies o poblaciones en riesgo, lo cual quedó descartado para la autoridad federal.