Por Christina Zhao
Miles de venezolanos enojados tomaron las calles de Caracas el miércoles y el jueves para protestar por la escasez de carne de cerdo que les ha dejado sin su tradicional cena de Navidad.
Los residentes se congregaron en las calles para las protestas de la “revolución de la carne de cerdo”, golpeando cacerolas y sartenes juntos, en voz alta y quemando basura, informó CNN.
“Nos prometieron pernil de cerdo, pollo, carne, pero no se ha entregado nada”, le dijo Aracelis Hinojosa a CNN.
Ese mismo día, el presidente Nicolás Maduro anunció que no podía cumplir su promesa de proporcionar miles de perniles cerdo a los barrios más pobres como parte de una ración mensual de alimentos subsidiados.
Maduro entró en la televisión estatal y culpó a Portugal por no entregar la carne de cerdo y arruinar la Navidad. “¿Qué pasó con la carne de cerdo? Nos sabotearon. Puedo nombrar un país: Portugal”.
“Todo estaba listo, porque habíamos comprado todo el cerdo que había en Venezuela, lo compramos todo. Así que tuvimos que importar, así que di el pedido y firmé los pagos. Pero ellos buscaron las cuentas bancarias, fuimos tras los dos barcos gigantes que venían. Nos han saboteado “, continuó Maduro.
Tras los comentarios de Maduro, el ministro de Asuntos Exteriores portugués, Augusto Santos Silva, hizo una aparición en Radio TSF portuguesa y dijo que “el gobierno no tiene el poder de sabotear a los cerdos” y garantizó que Portugal no era responsable por el fracaso del gobierno venezolano de suministrar los perniles de cerdo. “Vivimos en una economía de mercado, las exportaciones son la competencia de las empresas”, agregó Santos Silva.
Raporal, una empresa cárnica portuguesa que suministró carne de cerdo a Venezuela el año pasado, dijo que el país todavía les debía 40 millones de euros de la orden de 2016. Venezuela suspendió los pagos en agosto, dijo Raporal, y no suministró más carne en 2017, según CNN. La compañía negó tener conocimiento de la posible escasez.
Maduro y el gobierno venezolano tienen una larga historia de culpar a otros países por sus parodias económicas, pero los críticos y un creciente número de venezolanos consideran que la corrupción, la ineficiencia y la mala administración del gobierno son las causas subyacentes del colapso económico.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek