Un exinfante de Marina estadounidense deportado a México hace 15 años tras ser declarado culpable de un delito menor regresó este jueves a Estados Unidos tras ganar una batalla jurídica para recuperar su residencia permanente.
Este hecho convirtió a Marco Chávez en el primer exmilitar expulsado de EE.UU. que logra retornar con un estatus legal. “No lo podía creer”, dijo a reporteros reunidos frente a un McDonald’s, a unos metros de la línea limítrofe, publicó la agencia de noticias estadounidense Associated Press.
El excombatiente, que en 1998 fue sentenciado por un cargo de crueldad animal y cumplió con una condena de diez meses en prisión y luego fue deportado a su país de origen, refirió que “elementos” de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) lo felicitaron por estar de regreso en Estados Unidos, e incluso se tomaron fotografías con él mientras verificaban su documentación.
El veterano Marco Chávez regresó hoy a los Estados Unidos tras haber sido deportado hace 15 años pic.twitter.com/hPzkSI8Ztq
— Alexandra Mendoza (@alemend) 21 de diciembre de 2017
En entrevista con la prensa estadounidense manifestó que será una Navidad inolvidable porque estará con su familia. “Podré despertar el día de Navidad, abrazarlos y hacerles saber que estoy en casa”, expresó Chávez.
Su padre, Antonio Chávez, estuvo a su lado y dijo a reporteros en español e inglés que estaba “agradecido y feliz” de tener de vuelta a su hijo, publicó la agencia de noticias.
El regreso suscita esperanzas entre cientos de otros veteranos estadounidenses que han sido deportados, dijo Nathan Fletcher, un veterano de la Infantería de Marina cuya organización abogó por la causa de Chávez.
“Para nosotros que hemos servido a nuestro país y luchado por él, no podemos descansar hasta que todos hayan regresado”, dijo Fletcher, entre los primeros en darle la bienvenida a Marco Chávez con un fuerte abrazo.
Chávez, emigró de México a Estados Unidos cuando tenía seis meses de nacido, creció en Los Ángeles, California, donde aún viven sus padres, y a los 19 años se enlistó en la Marina, no imaginó nunca que regresaría a casa para Navidad.
Fletcher, exlegislador del estado de California, fundó la Coalición Honorably Discharged/Dishonorably Deported (Dados de Baja con Honores, Deportados Deshonrosamente).
“Estamos hoy aquí porque un grupo de personas dijo que, si estás dispuesto a morir por un país, ese país no te dejará atrás, ese país no permitirá que seas deportado”, afirmó.
Hace unas semanas, a solicitud de la organización de Fletcher, el gobernador de California Jerry Brown indultó a Chávez de su sentencia de crueldad hacia los animales por golpear a un perro. Chávez responsabiliza a otra persona de ello.
Brown dijo que Chávez “sirvió a nuestro país, recibió un indulto y se merece volver a casa”.
Fue sentenciado a dos años de cárcel en un penal estatal por el caso del perro, pero salió antes por buen comportamiento. Sin embargo, un juez federal lo deportó en 2002 con base en esa declaración de culpabilidad.
Chávez, que tenía tres hijos pequeños, vivió en Tijuana. Dijo que tuvo que aprender español y hallar trabajo en un país que le era ajeno.
Su esposa mudó a la familia para estar con él, pero encontró muy difícil la vida en Tijuana, una ciudad azotada por la violencia en la que las escuelas son deficientes y los empleos escasean. A la larga, ella se regresó a Estados Unidos y se estableció con sus hijos en Iowa luego de divorciarse de Chávez.
Chávez tiene ahora 45 años y sus hijos tienen entre 17 y 21 años. Lo visitaron por última vez en Tijuana en el 2013.