Esta es la tercera entrevista de una serie sobre los ganadores de la elección del 5 de junio. Es una colaboración entre Newsweek en Español Baja California y Tijuanapress.com, una agencia de noticias y servicios informativos con más de una década en la frontera.
SERIE: LOS OTROS GANADORES DE LA ELECCIÓN
Esta es la primera vez que en Baja California tenemos dos presidentas municipales. Antes de esta elección, habíamos sido gobernados sólo por hombres.
Hasta Laura Torres Ramírez considera que ganó aunque perdió en su intento de convertirse en la primera alcaldesa de Playas de Rosarito frente a la candidata del PAN, Mirna Rincón Vargas.
Fue Torres Ramírez quien propuso la enmienda al artículo quinto de la Constitución de Baja California que ordena a los partidos cumplir con la distribución equitativa de género en sus candidaturas. En este marco ganaron las dos alcaldesas.
Antes de esta reforma, el paso de la mujer en la política regional era fugaz.
La primera alcaldesa de Baja California gobernó Mexicali durante siete meses de 1995. Angélica Obeso del Puente fue presidenta municipal suplente pues Francisco Pérez Tejada solicitó licencia a su cargo buscando ser gobernador.
Hoy el rol del género femenino en la política no parece ser momentáneo. En las elecciones de junio pasado, dos de los cinco municipios de Baja California fueron ganados por mujeres.
La alcaldía de Playas de Rosarito quedó en manos de la panista Mirna Rincón Vargas y en segundo lugar Laura Torres Ramírez, la priísta que en 2014 siendo diputada, propuso designar todas las candidaturas mediante un sistema de paridad de género que después se volvió ley.
Caso peculiar el de Mirna Rincón. La presidenta municipal de Rosarito no concedió entrevista a tiempo pues dijo que no saldría a cámaras sin antes estar arreglada.
No lo logró durante los 14 días en los que se le pidió entrevista.
En el Pueblo Mágico de Tecate, Nereida Fuentes ganó la presidencia con más de 1,000 votos de ventaja. Ahí cuatro de los cinco candidatos más votados fueron mujeres.
En Mexicali, el 60% de los aspirantes a gobernar la ciudad fueron mujeres, aunque la silla municipal se mantuvo en poder de un hombre.
Pero esta elección no fue un camino de rosas. La mujer también perdió algunas batallas.
En Ensenada, el balance no resultó favorable para ellas. De las 11 candidaturas por la presidencia municipal del puerto, sólo tres fueron mujeres.
En este puerto, la diputada María Eloísa Talavera amenazó con impugnar la candidatura de Carlos Loyola, un exempleado de Sempra (con quien el partido finalmente perdió la alcaldía) porque la designación “transgredió sus derechos” como mujer militante del Partido Acción Nacional.
Después María Eloisa reculó y se alineó a la decisión del partido.
También en Tijuana la situación fue desastrosa para el género: si sumamos los votos que lograron las dos candidatas a la alcaldía, apenas concentraron el 3% de los sufragios. En la ciudad fronteriza, 10 de los 12 candidatos por ese cargo, fueron hombres.
Es innegable que 21 años después de la primera alcaldesa, la mujer vive su mejor momento en la función pública de Baja California.
En gran medida el triunfo del género se debe a que el congreso local tuvo que forzar a los partidos para que las mujeres fueran candidatas. Eso opina Laura Torres Ramírez en esta entrevista. ¿Tendríamos alcaldesas sin la reforma? Complicado saberlo.
El orden de las preguntas fueron modificado para simplificar su lectura, y las respuestas sintetizadas por cuestión de estilo. Sin embargo se mantiene la integridad de la conversación.
—¿A qué se dedica después de la diputación y de su candidatura del PRI por la alcaldía de Playas de Rosarito?
—Estamos uniéndonos a la Fundación por la Paz que enseña valores de democracia aún sin contiendas. A trabajar con la educación de valores y que niños y jóvenes tienen la responsabilidad de ser honestos, hacer tareas, trabajar arduamente. La fundación la dirige Carlos Barbosa en el estado y estoy abriendo el capítulo Rosarito.
—Barbosa fue su coordinador de campaña, ¿es correcto?
—Es correcto.
—Y justamente en la campaña anterior la participación fue baja. Mirna Rincón logró la elección con el 36% de la gente que votó. ¿Qué le dice eso?
—Algo está pasando en las instituciones y en la sociedad que quisiera yo indagar y solucionar. A mí me corresponde como mujer rosaritense que la mujer participe. Me llama la atención y estoy reflejando las acciones de la Fundación para levantar esa participación ciudadana.
—Esta fue la primera elección donde compitieron mujeres con la nueva reforma electoral. ¿Qué pasó en términos de paridad?
—La paridad fue revolucionaria. Aunque yo iba en la contienda de alcalde y no gané, fue un gran logro dar este paso para la igualdad de género en la política. Un año antes de las elecciones, tuvimos que forzar dentro de la reforma del artículo quinto de la Constitución de Baja California, que por lo menos hubiera paridad en la mitad de los ayuntamientos y no lo dejamos así. Forzamos el andamiaje para asegurar que en las alcaldías hubiera al menos dos mujeres. Y si una candidatura a la alcaldía era para hombre, el síndico tenía que ser mujer, para así lograr la paridad. Y así las regidurías tenían que seguir acorde, alternando los géneros hasta terminar la planilla. Fue difícil lograrlo en el congreso del estado porque fue una reforma constitucional dentro de la reforma electoral, pero nos ayudó el trabajo a nivel federal para igualdad en diputaciones y senadurías que ya traía el presidente Enrique Peña Nieto.
—Y desde su punto de vista, ¿cuál es el balance de la primera elección con esta reforma electoral en Baja California?
—Las democracias van evolucionando y pienso que fue un buen ejercicio. Se logró la paridad, y ya se va equilibrando. Fue un primer ejercicio y se logró. Y estoy segura que en un futuro no se tendrá que forzar con la ley para respetar los derechos políticos de las mujeres. Siempre podíamos, pero coincidentemente ningún partido aceptaba que ninguna mujer fuera su candidata y sí le ha costado a los partidos entender que están obligados. Y ahora el reto para nosotras como mujeres políticas es asegurar que las candidatas sean la mejores opciones para servir al pueblo.
—Ya tenemos dos alcaldesas en Baja California. ¿Ellas fueron las mejores opciones?
—Híjole. Conozco muy bien la trayectoria política de mi compañera de partido, Nereida Fuentes. Sé que es una mujer política que ama a Tecate. Y estoy segura que hará su mejor esfuerzo. Hay errores que siempre los de afuera podemos comentar, y eso no se vale. Pero creo que su lucha fue correcta e intensa. Lleva tiempo como regidora, luego como diputada y ahora como alcaldesa. Y creo que va bien. De Mirna Rincón quien fue mi contrincante en la contienda, no conozco su trayectoria y realmente nunca vi muy bien su plan de trabajo para el municipio. Pero yo le doy mi voto de confianza por el bien de Rosarito, de que hará lo mejor posible para nuestra ciudad.
—Durante la campaña hubo señalamientos de corrupción en contra de ella por su administración en el Seguro Popular.
—Hubo señalamientos, sí. Pero eso es parte de la dinámica social que trato de entender en la política. También se difamó a muchos candidatos. No puedo decir que fue cierto lo de ella, pero ahora están jugando mucho las redes sociales en la política y pueden señalar, pero no tenemos que sobrepasar. Pero si no estás dentro de la política, no puedes cambiar las leyes o la constitución. Es la política la solución muchas veces y lamentablemente se ha corrompido. Pero el malo no sólo es el político. En los últimos días de campaña, la gente me preguntaba por redes sociales cuánto les pagaba por su voto. Me decían que si les pagaba 1,000 pesos votaban por mí, y yo no estoy aquí para eso, pero tal vez esa fue una de las razones por las que no pude llegar.
—Y con estos datos que recibió durante la campaña, ¿formalizó denuncias?
—Sí, formalizamos denuncias. Están en el ministerio público (risas). Y de hecho, mi gente en campaña aseguró un camión con despensas del gobierno del estado que venía tres días antes de la elección. Lo documentamos con video, lo publicamos en redes sociales y estamos esperando que sea atendido por el Ministerio Público.
—¿En la elección compitió contra el gobierno del estado, o contra qué compitió en la elección?
—Eso está documentado completamente. No hay ninguna duda en ese aspecto. Lamentablemente el Ministerio Público también es estatal, y ese caso ahí se va a quedar. Pero en Rosarito hay otros temas más serios que unas despensas. Rosarito es una ciudad estratégica donde llegan cosas que no deben estar llegando y básicamente hay temas que… cambio de tema.
—¿Por qué?
—Porque me estás grabando.
—Claro, pero es una entrevista.
—Mira…
—A ver. Le replanteo la pregunta…
—Hubo otros intereses que no fueron políticos que también afectaron la campaña. Que no tuvieron nada que ver con propuestas o no propuestas o con el candidato en sí. O cualquier cosa básica política. Hubo otros intereses que quisieron obviamente mantener como está el tema de la seguridad en Playas de Rosarito, y tú en tus notas sabes cómo está la seguridad en Playas de Rosarito.
—¿La seguridad fue un factor determinante para el resultado de la elección?
—Yo creo que sí. Lamentablemente hemos tenido un problema muy grande. Per cápita tenemos más homicidios que en Tijuana, y eso fue un poco antes que empezara la alcaldesa, así que a lo mejor ya se calma el asunto. Pero es un factor muy importante.
—Se corrieron rumores de recursos del crimen organizado durante las elecciones. ¿Se refería a eso?
—Sí.
—Platíqueme qué encontró en la elección.
—Me gustaría como ciudadana que quiere vivir en paz, decirte que sí hubo algunos temas que debieran ser estudiados e investigados. Yo soy una ciudadana igual que tú y no tengo manera de investigar, pero los resultados en las calles te dicen todo.
—En los gastos que reportaron al Instituto Estatal Electoral, a la ahora alcaldesa, cada voto le costó 135 pesos y en su caso, cada voto costó 175 pesos. Y comparo esto con el candidato independiente de Ensenada, Omar García que logró 20 mil votos a 7 pesos cada uno. ¿Eso que le dice?
—Hay que entender qué está pasado y revisar quién reportó qué cosas. Por ejemplo, en el caso de la compra de votos, ¿eso quién lo presenta? Yo por principio no acepté pagar por el voto del ciudadano, pero ese tipo de cosas se dan. Los camiones con despensas que llegaron a las comunidades más vulnerables son cuestiones que también inflan el costo del voto, pero no está reflejado en ningún lado. Muchas veces esos costos fiscalizados no contemplan otros gastos que no son vistos por la fiscalización que se hace.
—Las nuevas alcaldesas se van a enfrentar a un escenario donde históricamente la mujer no tenía este nivel de participación política. ¿Tienen un escenario fácil?
—Ninguno. Hombre o mujer no lo tienen fácil. Ivonne Ortega decía en una conferencia algo relevante a tu pregunta. Nos metemos a la grilla, queremos ganar, vamos bien en las encuestas, y cuando llegas, te enteras que no hay dinero. ¿Cómo que no sabes que no hay dinero? ¿No sabes a dónde te metiste? Si querías ganar es porque sabías que es lo que tenías que hacer y con qué contabas y qué capacidades tenías en tu equipo. No se vale decirle a la población que estás en bancarrota y que ahora no puedes ni bachear las calles. Tenías que venir preparada para saber qué puedes hacer o no. Y eso no es de género.
—Pero el marco en que se desenvuelven las mujeres es machista y eso tenemos que reconocerlo. ¿Cuál es su predicción para sus alcaldías?
—Es una buena pregunta porque es la primera vez que pasa en Baja California. Creo yo que hay que romper el paradigma de que la mujer es débil y tiene que lavar los trastes. No. La mujer no es débil ni frágil ni necesariamente tiene que lavar los trastes. La mujer tiene la misma capacidad del hombre. La mujer está tomando su lugar en la mesa. Leía el libro de Sheryl Sandberg, CEO de Facebook y decía: “Ya llegaste al salón de la cena. Ahora siéntate a la mesa y comparte con los hombres”. Creo que este es el último empujón que se merecen las mujeres. La mujer puede liderar, gobernar y administrar.
—En el nuevo gabinete de Rosarito son 29 hombres y 10 mujeres. ¿En eso tenía completa decisión una alcaldesa?
—Sí.
—¿Qué pasó ahí?
—No lo sé. Hay que ver bien qué está pasando aquí en Rosarito y en el resto de los municipios. La ley de igualdad que promoví en el Congreso del Estado precisamente pretendía que la mujer también tuviera su lugar en los primeros niveles. Siempre que volteamos a un ayuntamiento, vemos a la mujer en intendencia, y eso es muy respetable, pero también pueden ser tesorera, secretaria de finanzas o de desarrollo social. No porque seas mujer te mereces ese lugar, pero tampoco porque eres hombre. Te lo mereces por tu capacidad. Como mujer rosaritense, no me veas como mujer, revisa si tengo la capacidad o no. Y quisiera yo pensar que así va a ser gobernado este VII Ayuntamiento, donde no se vea el género, sino la capacidad. Ese número que me dices no está apoyando evidentemente la igualdad de género, a la igualdad.
—Dice que a los partidos les costó entender la paridad. Quizá esto se refleje en el cabildo de Rosarito, porque quedó conformado por 8 regidores hombres y 4 son mujeres. ¿Hay que darle un jalón más fuerte a los partidos?
—Antes de entrar los nuevos ayuntamientos se debatió el tema de las coaliciones. El Partido del Trabajo, el Partido Verde y en Nueva Alianza no lograron el 3% de la votación para lograr sus regidurías, entonces la corte resolvió quitarles sus espacios y el priísta que seguía en la planilla que sí logró el 3%, en Tijuana y Mexicali, eran hombres, pero la corte resolvió a favor de la mujer. Les tocaba por número a los hombres, pero le dieron las regidurías a las mujeres por género. Creo que vamos en buena línea. No sé por qué se dio esta conformación, pero el voto del ciudadano se debe respetar. Si el candidato independiente metió un hombre, la mujer pudo haber impugnado y hubiera entrado ella. Creo que los candidatos tienen que estar mejor informados en sus derechos.
—¿Qué podemos esperar de los partidos en esta nueva legislatura tras la reforma? ¿Alguna contrareforma a la paridad de género?
—Creo que ya entendieron. Los tribunales a nivel federal están ejecutando a favor de la mujer. Sospecho que es la ONU. Que son entes más fuertes quienes están forzando la participación de la mujer mexicana en política. Estamos viendo temas muy lastimosos como violencia de género, vemos temas como el feminicidio, drogadicción, embarazos precoces. Y tenemos que hacer algo. Creo que el 50% de mujeres que no participa en la política tiene que entrarle al quite y tiene que ayudarle a la sociedad. Ella también es corresponsable de lo que sucede, pero no le damos la oportunidad de participar. Creo yo que ya no hay marcha atrás. Los partidos tienen que entender que la mujer ya tiene su lugar, lamentablemente por fuerza tiene su lugar y he visto muchas reformas prohibitivas en contra de los hombres que son temporales. Por ejemplo en California, donde estudié la primaria. Si la escuela no tenía equipos deportivos para las niñas, se perdían recursos federales. Y algunas escuelas no acataron y perdieron su recurso federal. Pero al año siguiente acataron, y las niñas empezaron a participar en el deporte. Ahora esa ley ya no existe. Ya no la necesitan. Ahora las niñas participan. La idea de que pueden o no pueden ya se quitó. Ahora vemos a las mujeres en los Estados Unidos participando en todos los deportes. Aquí en México espero yo que (la reforma electoral) sea una enmienda temporal y que en unos años más, entendamos la importancia y necesidad que tenemos como sociedad de integrar a la mujer en la política.
—No logró usted la alcaldía, ¿pero qué logró en la elección pasada?
—Logré dos alcaldesas en esta elección. Como política logré dos alcaldesas para Baja California. Logré más posiciones para las mujeres. Logré que tuviéramos esta ley de igualdad donde cualquier ciudadano puede preguntar y exigir derechos y puestos de primer nivel para las mujeres. En el caso personal he logrado un mayor entendimiento con la comunidad.
—Una pregunta obligada es qué va a pasar con su carrera política ¿Tiene interés de competir nuevamente?
—Cualquiera que entienda este asunto de política sabe que muchas veces es sucio. Mis amigas me preguntan qué haces ahí. Pero creo que es la única manera de cambiar las cosas. Si ya llegué al entendimiento de que a través de la política se abate la pobreza, se ayuda al joven a buscar una profesión y salario digno al egresar de su carrera. Quiero seguir trabajando de la mano de mi comunidad. Rosarito es una ciudad de migrantes. Somos la ciudad con más migración. Aún más que Tijuana. Tenemos muchos deportados también. En los próximos tres años voy a estar trabajando por la comunidad desde la Fundación por la Paz y la Fundación Colosio, que también presido en Playas de Rosarito. En el futuro, claro que sí. Yo sigo en la política empresarial o social. Pero sigo haciendo política buscando hacer para mis vecinos.
—¿Buscaría la candidatura?
—Bueno… ¿cuál candidatura? (risas).
—¿Buscaría la candidatura por la alcaldía de Playas de Rosarito?
—Si se da la oportunidad y las condiciones y si veo la respuesta de la ciudadanía, sí. Si no, apoyo a quien se le pueda dar. Porque la idea no es que yo gane. La idea es que se quiten los problemas sociales que tenemos. Es una ciudad tan pequeña que es imposible que no podamos resolver los problemas.