HACE VEINTINUEVE AÑOS, al dar a conocer su LP Salamandra,llevaba el cabello semilargo, recogido en una coleta. Usaba una barba rala y lo mismo vestía de negro que de blanco. Lo recuerdo interpretando “Aire”, una de sus canciones más exitosas de esa época, con la que se balanceaba magistralmente. Mis ojos adolescentes decidieron enmarcar la deleitosa imagen rítmica de Miguel Bosé con una palabra: libertad.
Al igual que entonces, hoy lleva el cabello semilargo, recogido en una coleta. Ha encanecido, al igual que su barba, la cual se aprecia un poco más espesa. Su rostro muestra surcos que hacen más enigmática su mirada. Pero algo sigue permaneciendo intacto desde 1986, y es ese rasgo definitivo de su persona que yo sigo vinculando con una palabra: libertad.
Ese aire quizá hoy solo se intuye de un modo distinto. “Sopla un viento ligero” que se hace escuchar en su más reciente producción discográfica, de la cual emana la gira que tendrá lugar en México los próximos meses de mayo y junio.
Aunque intuimos por dónde transita con su nuevo disco inédito, AMO,queremos saber con certeza en qué paraje del camino está parado Miguel Bosé:
“En 2015 —afirma—. Ese es el Bosé de ahora, actual, el Bosé de AMO,el Bosé que de alguna manera resume toda su vida en un agradecimiento al conocimiento, al saber, al aprendizaje, eso es lo que habla. Es una especie como de dar gracias a todo lo que ha hecho posible en el camino que sea lo que hoy Bosé es [así denomina a su ser privado] y Miguel es [así nombra a su ser público].”
“De todo lo que ha pasado, cuánto queda, cuánto sirve y para qué”, se le inquiere al cantautor, parafraseando unas líneas de la canción que ahora se encuentra promocionando, “Libre ya de amores”.
“Tiene un contexto muy irónico porque habla de ese espacio de tiempo donde ya se ha cerra’o el amor o el desamor y en ese momento estás disponible para el mundo. Es un canción muy solar, muy positiva y, de repente, nada siento y caigo en cuenta de que estoy libre de temores, libre ya de amores. Respiro, tomo aire y el mundo se ilumina otra vez.”
Para ser más preciso, el español agrega: “A ver, estar enamorado es fantástico, pero no estar enamorado es una maravilla: tienes tiempo para todo, estás libre completamente de cargas, de pesos, de presiones, de temores que te acechan.”
—Háblanos del último amanecer que atestiguaste.
—Esta mañana. Yo me levanto a las cinco, cinco y media, lo veo todos los días [ríe], el de hoy ha sido muy turbio y muy nublado… como que no arrancaba, ¿sabes?
—¿La última vez que charlaste con el mar? ¿Hablas con el mar?
—Hablo con el mar, ¿cómo sabes que hablo con el mar?
—Lo imaginé…
—Pues… hace una semana… en Miami.
—El último libro que volviste a releer recientemente…
—Cumbres borrascosas.
—Las últimas baladas de música dance que bailaste…
—Ah, mira, pues justamente, también hace una semana en casa revisité a Barry White y… me gustó.
—Los últimos talentos o artistas que te sorprendieron…
—¿A nivel latino? Pues Sariñana, la mataría, sí, sí… tiene una personalidad en la capacidad de componer, brutal. Y en anglo… Bruno Mars.
—¿Cuándo fue la última vez que cocinaste y qué cocinaste?
—Hace una semana, también en casa, y cociné un arroz.
—Dijo tu madre (la actriz italiana Lucía Bosé) que “la locura es la que nos salva”. ¿Cuál fue tu última locura?
—Será a ella que la salva la locura, a mí no me salva para nada… ¿Ves? Por eso se tiene solamente una madre, porque si tienes cuatro, te volverían loco. No, a mí la locura no me salva para nada. Te salva la folía, porque ella quizá lo traduce del italiano, la folíano es exactamente locura, es una especie de excentricidad, de creatividad, el desahogo, la folía…
—¿Cuáles son las últimas palabras que cada noche recuerdas, antes de echarte a volar?
—Cada noche recuerdo… ay, pues sabes que… me fijaré esta noche porque no me fijo, no sé…
—¿No hay palabras?
—O sí, pero no las recuerdo, entonces esta noche me acordaré de ti y me acordaré de cuáles son las palabras.
—¿O quizás alguna palabra que siempre tengas presente?
—“No”, mi favorita. Me encanta la palabra “no”.
—¿Te encanta?
—Soy un fan de la palabra “no”.
—¿Por qué?
—No sé… NO-sé.