Juan de los Muertos es el nombre que recibe el segundo largometraje del director argentino Alejandro Brugués, desde la infancia un ferviente seguidor de las películas de zombis o muertos vivientes y que a sus 36 años decidió crear la primera cinta de ese género en Cuba y así lograr lo inimaginable: que las calles de La Habana sean asoladas por zombis.
“Un día, caminando con mi productor, Gervasio Iglesias, por el Malecón miré a mi alrededor y dije: ‘Pero mira, con gente así podríamos hacer una película de zombis sin necesidad de maquillaje’”, dijo entre risas a Newsweek en Español Brugués, quien aseguró que en México también deben haber seres que arrastren las piernas, sean lentos, torpes, inconscientes y que tengan la mirada perdida.
Juan —intepretado por Alexis Díaz Villegas—, el cuarentón especializado en todo tipo de negocios ilegales, que van desde el tráfico de alcohol hasta la venta de helicópteros, se convierte en el héroe de esta comedia de terror en la que el pánico se apodera de los cubanos cuando una serie de acontecimientos, denominados por la prensa nacional como “hechos aislados causados por un grupúsculo de disidentes pagados por el gobierno de los Estados Unidos”, alteran la tranquilidad característica de La Habana.
Según Brugués, ante la cruda realidad los cubanos reaccionan de tres maneras: tratan de ignorarla y siguen viviendo como si nada, ponen un negocio para sacar algo de dinero, o se tiran al mar y se largan del país. Juan elige la segunda opción, y junto al actor y director cubano Jorge Molina, quien hace las veces de Lázaro, su torpe amigo y mano derecha, decide que no huirá de la invasión zombi, sino que permanecerá en su Cuba para defenderla y, de paso, ayudará, por una módica cantidad de dinero, a aquellos que todavía no hayan caído presos de los muertos vivientes.
Así el héroe cubano toma su remo, chacos y estrellas (shurikens), y haciendo gala de las habilidades aprendidas cuando formó parte del escuadrón secreto de ninjas que fue a la guerra de Angola, sale a la calle, acompañado de un exótico Lázaro, quien viste un estrecho traje de buzo cruzado por un cinturón de cuero y un arpón bajo el brazo, para acabar con todo aquel zombi que se cruce en su camino.
Pero ellos no están solos. Ante tales circunstancias se les unen el Primo —Eliecer Ramírez—, un negro de puño letal de aproximadamente dos metros de estatura que le teme como a nada a la sangre; la China — Yazz Vilá—, un travesti que se gana un lugar dentro del grupo por su inigualable puntería con el tirapiedras; Vladi California —Andros Perugorría—, hijo de Lázaro y conquistador de extranjeras que se distingue por su gran manejo del bate; y Camila —Andrea Duro—, la hija de Juan, que pese a su dulce apariencia es tremendamente peligrosa con el martillo y el hacha.
Juntos protagonizan las escenas en las que, entre carcajadas y miedo, el espectador recorre la ciudad a la que Brugués denomina su amada Habana. “Yo quería mostrar esa Habana que sale en las postales, la que a todos nos gusta, y destrozarla”, y es por ello que el Faro del Morro, el Malecón, el Capitolio y la Plaza de la Revolución encuentran su fin en manos zombis.
Ring, ring, ring… “Juan de los Muertos, matamos a sus seres queridos, ¿en qué podemos servirle?”, es la frase que pronuncia Juan cada vez que suena el teléfono azul que tienen apostado en la terraza donde están reclutados, en señal de que alguien necesita de sus servicios. Desde que los zombis toman La Habana, las llamadas, al igual que el dinero, no dejan de llegarles a lo largo de los 100 minutos que dura la cinta y en los que el escuadrón reparte golpes, martillazos, batazos, pedradas y cuchilladas a diestra y siniestra.
De igual modo lo hace Brugués: golpe tras golpe, cachetada tras cachetada, machaca tanto al régimen capitalista estadounidense como al socialista cubano. “No quise criticar a alguien en específico porque es más divertido que todo el mundo se joda”, bromeó, “por eso le damos y le cobramos los palazos a todo el mundo”. Y es precisamente en ello en lo que radica el valor de la película: mofarse, en territorio cubano, de su gobierno con un género que nació en territorio estadounidense y alcanzó el éxito con cintas como Nite of the dead y Dawn of the dead que son parte de la serie de pelícuas zombis del director George A. Romero; y las tambien comedias de terror Shaun of the dead de Edgar Wright, Zombieland de Ruben Fleischer y Fido de Andrew Currie, entre otras.
Dicho lo anterior, no es para sorprenderse sino para morirse de la risa, cuando escuchamos a la anciana vecina de Juan culpando de la muerte de su esposo a las medicinas viejas que le dan en el Ministerio de Salud Pública (Minsap), o ver cómo un gringo subido en su camioneta logra degollar en menos de un minuto a decenas de zombis que tenían acorralado al escuadrón de Juan y decir que es un enviado de Dios para que, acto seguido, sea atravesado, “sin querer, por el arpón de Lázaro”.
Una guagua estrellándose contra un cartel que dice: “Revolución o muerte”; Lázaro matando a un vecino que le debía dinero; Vladi California yendo a rescatar a un viejo en una silla de ruedas y regresar sin el viejo, pero con su silla de ruedas llena de mercancía; y Juan y la China, convertida en zombi, bailando en la terraza, también forman parte de esta sátira. “Quise llenarla de escenas de acción espectaculares, pero que a la vez no fueran del todo descabelladas. Muchas de las cosas yo las he visto, como camiones estrellándose en las embajadas y el mar plagado de balsas, pero que además tuvieran momentos de dudas, de queja y de reflexión que tenemos en el día a día”.
De todas ellas, para Brugués la más especial es la que aparece el Malecón plagado de zombis y Vladi California intenta detenerlos, primero, blandiendo la bandera de Estados Unidos, y luego con la de Cuba. “Esos no son americanos, viejo”, le reclama Juan a Vladi.
Para escenas como esa se crearon aproximadamente 200 zombis y se invirtieron muchos litros de sangre, así como incontables horas de trabajo —de tres a cuatro por zombi— y grandes cantidades de foam látex, prostéticos, silicón, bondo y transfers, entre otros materiales, según explicó en entrevista a Newsweek en Español el caracterizador, Marco Antonio Hernández.
Juan de los Muertos, distribuida por Canana Films, se estrenó el pasado 24 de agosto en México con 50 copias y, hasta el momento, ha tenido gran respuesta del público, tanto a nivel nacional como en otros países, en los que ya se le han otorgado premios en Montreal, Toronto, Sao Paulo, Miami, Portugal, La Habana, Reino Unido y Panamá, así como el Premio Silver Raven en el Festival de Cine Fantástico de Bruselas y el premio al mejor guion y actor en el Festival Internacional de Cine Fantástico en Portugal, entre otros.
Si alguna vez deciden visitar La Habana y ven a alguien actuar de manera extraña, no duden en llamar a Juan; y tengan presente que “no son vampiros, no están poseídos, pero definitivamente no son disidentes; una simple mordida contagia a las víctimas, y la única forma de vencerlos es destruirles el cerebro”.
FICHA TÉCNICA
DURACIÓN: 100 minutos
GÉNERO: Comedia de terror
IDIOMA: Español
GUION Y DIRECCIÓN: Alejandro Brugués
PRODUCCIÓN EJECUTIVA: Gervasio Iglesias, Inti Herrera y Claudia Calviño
COMPAÑÍAS PRODUCTORAS: Producciones de la 5ta Avenida – Cuba La Zanfoña Producciones – España
DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Carles Gusi
DIRECCIÓN DE ARTE: Derubin Jacome
MÚSICA ORIGINAL: Sergio Valdés
SUPERVISIÓN DE EFECTOS ESPECIALES: Juan Carlos Sánchez
SUPERVISIÓN DE EFECTOS VISUALES: Juan Ventura
EFECTOS DE MAQUILLAJE: Gorecrush Studio