
Por Leo Roth, CEO de Latam en USA
La internacionalización de una franquicia mexicana en Estados Unidos puede ser una aventura tan prometedora como desafiante. No se trata de llegar y replicar el modelo de negocio al pie de la letra; es un ejercicio de estrategia, adaptación y cumplimiento riguroso de las normas estadounidenses. El mercado es enorme, pero también exigente.
Todo comienza con un análisis estratégico serio. Lo primero es investigar a fondo el mercado: cada estado tiene sus propias preferencias, dinámicas y regulaciones. La elección de la ubicación no puede basarse en el azar, sino en datos: demografía, competencia y afinidad cultural.
Después viene la adaptación del concepto. A veces, basta con pequeños ajustes: un ingrediente, el tamaño de las porciones, el nombre de la marca, para conectar con el público local. Y, por supuesto, el plan financiero debe ser sólido. En gastronomía, por ejemplo, la inversión inicial puede oscilar entre los 300 mil y los 900 mil dólares.
En el terreno legal, no hay margen para improvisar. El Franchise Disclosure Document (FDD) es la piedra angular del sistema; debe cumplir con las exigencias de la Federal Trade Commission y actualizarse cada año. A esto se suma el registro de la marca en la USPTO, imprescindible para proteger la identidad comercial.
El contrato de franquicia, por su parte, debe ser redactado por abogados estadounidenses con experiencia, cuidando cada cláusula sobre duración, regalías, renovaciones y condiciones de salida.
La estructura empresarial también es clave: elegir entre una LLC o una Corporation no es una simple formalidad, pues afecta las responsabilidades legales y fiscales. Obtener un EIN del IRS es obligatorio, y si los dueños o directivos se trasladarán al país, la visa E-2 suele ser la más utilizada por inversionistas mexicanos, aunque hay alternativas como la L-1 o la EB-5.
En la parte operativa, el reto es mantener la calidad y consistencia que hicieron exitosa la franquicia en México. Esto implica construir una cadena de suministro confiable, capacitar a los franquiciatarios y establecer un plan de marketing que hable el idioma cultural del consumidor estadounidense, sin perder la esencia mexicana que distingue la marca.
Llevar una franquicia mexicana a Estados Unidos no es una carrera de velocidad, sino de resistencia. Con visión, preparación y el acompañamiento adecuado, el sueño de conquistar el mercado estadounidense puede hacerse realidad.
En Latam en USA nos hemos especializado en guiar a franquicias a lo largo de todo este camino: desde la investigación de mercado y la adaptación del concepto, hasta la estructura legal, la estrategia migratoria y el aterrizaje comercial.
Nuestro trabajo es que cada paso sea seguro, rentable y sostenible, para que las marcas mexicanas encuentren en Estados Unidos no solo un destino, sino una nueva casa. Si te interesa entra a https://latamenusa.com/ para contactarnos