
El incremento en las lluvias ocurridas en la entidad ha sido notable desde el mes de junio: según los datos más recientes de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), de enero a agosto de este 2025, la precipitación registrada en Aguascalientes ya alcanzaba los 483.2 mm, apenas un 8% más que el mismo periodo de tiempo en 2024, cuando la acumulación fue de 446.1 mm.
Un año antes, en 2023, las lluvias de todo el año no superaban los 353.5 mm.
Pese al incremento en las precipitaciones de los últimos dos años, la infraestructura de captación pluvial en Aguascalientes sigue siendo limitada. En entrevista con Newsweek, el titular de la Secretaría de Desarrollo Rural y Agroempresarial (Sedrae), Isidoro Armendáriz, explica que gran parte del agua pluvial escurre fuera del estado.
“El ideal es que toda el agua que cae en Aguascalientes se quede en Aguascalientes”, señaló. Sin embargo, reconoció que actualmente una proporción importante se va “río abajo, pasa por la zona del Niágara y llega hasta el Lago de Chapala”.
El reto, destaca, está en la infraestructura. “Hace falta mucho más, porque sí se nos va bastante agua, sobre todo estos torrentes que luego llegan y continúan hacia Chapala”, reconoció Armendáriz. Actualmente existen alrededor de seis mil bordos de abrevadero y 23 presas, la mayoría en la zona poniente del estado, donde la orografía (es deci, arroyos, barrancas y estribaciones) facilita su construcción.
Entre las obras más relevantes está la presa Plutarco Elías Calles, con capacidad de 340 millones de metros cúbicos, aunque “esporádicamente se llena”. En contraste, las presas de Calvillo, con menor capacidad, suelen aprovechar mejor las lluvias. “En promedio tienen cuatro millones de metros cúbicos, que son muy buenos porque sí se llenan”, explicó.
El funcionario destacó que, si se lograra llenar toda la infraestructura disponible, la capacidad de captación de Aguascalientes alcanzaría los 600 millones de metros cúbicos.
“Estaríamos hablando fácilmente de unos 600 millones, poco más, poco menos, dependiendo del nivel de la captación que tenemos como recipientes para que caiga el agua del cielo”.
Un ejemplo reciente fue la presa Abelardo L. Rodríguez, que llegó al 91% de su capacidad. “Teníamos tiempo que no lo veíamos”, comentó Armendáriz, al subrayar que casos como este muestran el potencial de almacenamiento, pero también la insuficiencia para retener los excedentes pluviales.
Cabe mencionar que, actualmente, el Lago de Chapala aporta el 63% del agua potable que se consume en el Área Metropolitana de Guadalajara, y registra un llenado de casi el 50%, mostrando una de las recuperaciones más provechosas de los últimos años.