RECICLAR más las aguas residuales para afrontar la escasez de agua. Esta es una de las soluciones contempladas en varios lugares del mundo frente a la crisis del agua, señala, en particular, la ONU, pese a un freno psicológico.
Algunos países son precursores en esta tecnología. Windhoek, en Namibia, produce así su agua potable desde los años 60. Singapur es también uno de los líderes en el tema. Y en otras partes del mundo, como en México, Texas o en el Mediterráneo las aguas residuales se usan para el riego.
Con la presión demográfica, medioambiental y climática, esta vía podría extenderse. Francia acaba de lanzar un proyecto para llevar agua potable a Vendée, un departamento al oeste del país, para 2024. Se trata del primer proyecto de este tipo en Europa.
Reciclar las aguas residuales “hace parte de las soluciones. Se reutiliza y así se evita extraer de la fuente”, dice a la AFP Richard Connor, redactor jefe del informe anual sobre el agua de la Unesco.
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“Esto va a desarrollarse porque varias regiones no tienen otra alternativa”, añade. Sus partidarios destacan que se trata de un “recurso sin explotar”, más barato y más eficiente energéticamente que la desalinización de agua de mar, la otra gran solución “no convencional”.
Los archipiélagos, montañas, trópicos, el extremo norte son las zonas con mayor riesgo hídrico. Pero en esta lista, cada vez hay más metrópolis de Asia, África o Oriente Medio.
Según las proyecciones climáticas, las lluvias aumentarán en invierno en el norte y disminuirán en varias regiones, sobre todo en el verano. Y en todas partes, un aumento de la temperatura de 1 °C significa un 7 por ciento más de evaporación de agua.
Los cambios ya se manifiestan en el agua con sequías, inundaciones, deshielo de los glaciares, intrusión de agua salada, aumento del nivel del mar, entre otros.
El proyecto anunciado en Francia en julio será desplegado en la orilla del océano en una región muy dependiente de las aguas superficiales. Las aguas residuales se someterán a dos etapas de filtración y luego a dos etapas de desinfección, antes de pasar por un embalse.
“Hace 15 años casi no se usaba esta técnica, pero desde entonces hemos tomado conciencia del estrés hídrico que amenaza a Francia: en dos años, 90 por ciento de las colectividades han sufrido de la sequía”, señala Nicolas Garnier, de la asociación Amorce, comprometida en la transición ecológica. N