DE TIEMPO Y CIRCUNSTANCIAS (PRIMERA DE TRES PARTES)
Donald Trump autorizó el lanzamiento de bombas GBU-57 contra Irán. Estas bombas pueden demoler instalaciones subterráneas y se arrojaron para destruir el complejo nuclear de ese país y evitar, así, que lograse desarrollar bombas atómicas. Hay quienes aseguran que ello es el preludio de la tercera guerra mundial y hay quienes dicen que con eso se acabó el conflicto entre Irán e Israel. En nuestra percepción, ni lo uno ni lo otro, pero analicemos el conflicto y sus raíces para exponer conclusiones.
El conflicto tiene muchas vertientes. Para entenderlo es necesario ver su fondo. Por ello hemos decidido partir su análisis en tres partes. En la primera vemos el origen; en la segunda, la evolución; y en la tercera, desde el desarrollo del conflicto iraní hasta hoy.
La situación se originó antes de la Primera Guerra Mundial y está hermanada con otros conflictos, de entre los cuales sobresale el palestino. Veamos cómo se entrelazan estos y los actores que intervienen, así como sus intereses.
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Los palestinos iniciaron esta guerra el 7 de octubre de 2023. El ejército palestino había orquestado un ataque a Israel a lo largo de la frontera de la Franja de Gaza, se planeó en un día de conmemoración religiosa, y solo lo conocían los mandos cupulares del ejército, de manera que fue sorpresivo hasta para los soldados palestinos. Los agresores, al internarse en Israel, inesperadamente encontraron un concierto de música electrónica. Al ver la masa de estudiantes judíos sin ninguna protección, el odio acumulado por los palestinos se desahogó sin límites y hubo una espantosa masacre.
HAMÁS DIO LA PRIMERA CAMPANADA
Hubo contingentes, que penetraron por otros puntos de la frontera, que también hicieron matanzas, pero la masacre del concierto acaparó los titulares por su valor mediático y la crueldad desplegada. Asesinaron a más de mil personas y secuestraron a 251, que trasladaron a sus territorios en la Franja de Gaza para intercambiarlos por presos palestinos en poder de los judíos.
Es necesario advertir que el gobierno israelí recibió avisos del ataque. Estos fueron proporcionados por Egipto y por los servicios de inteligencia estadounidense. Además, los miembros de la Unidad de Inteligencia de Señales israelí alertaron a sus superiores que Hamás estaba orquestando un ataque, pero los mandos desestimaron la advertencia alegando que los palestinos estaban neutralizados y controlados. Consecuentemente, a la hora de los catorrazos la respuesta israelita fue una comedia de errores.
El pueblo judío culpó, y con razón, al gobierno de Benjamín Netanyahu de la tragedia. Netanyahu, por su parte, ya traía escándalos de corrupción persiguiéndolo; pero este ataque le daba una rendija para que, aprovechando la situación de guerra, se afianzara en el poder y escapara así de las acusaciones. De manera que declaró una guerra de destrucción contra Hamás que habría de llevarse de corbata al pueblo palestino.
Una parte del gobierno israelita, después de varias acciones bélicas que se tradujeron en una respuesta exitosa del lado judío, abogó por calmar las aguas y buscar una salida pacífica; pero a Netanyahu, por sus líos administrativos, le convenía injertarse en león del desierto. Así, dijo que la paz con Hamás, jamás, y que había que borrar a esa organización de la faz de la tierra.
EL EMBRIÓN SON LOS PALESTINOS Y JUDÍOS
Aquí resulta necesario explicar qué pitos toca Hamás en este enredo, pero para poder entenderlo hay que comprender el enredo completo y atender a las causas y las consecuencias del problema palestino, de manera que es necesario volver al principio.
La mayor parte de los analistas centra el origen del conflicto en 1948, cuando la ONU asignó una parte de Palestina a los judíos y otra, a los palestinos. Pero el conflicto comenzó con la agresiva hostilidad a los judíos que se desató en Europa a finales del siglo XIX, su migración a Palestina y la forma en que se resolvió.
Algunas características de los judíos atraen la antipatía de las sociedades que penetran. La comunidad Judía es cerrada; sus miembros, por lo general, no se casan con los lugareños; tienen una sólida hermandad, una férrea disciplina de trabajo y habilidad financiera. Esto los lleva a acumular riqueza que luego les granjea la envidia de la comunidad.
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Con estos antecedentes, en 1894, en Francia, se juzgó por espionaje a Alfred Dreyfus, un capitán judío del ejército francés. A Dreyfus lo acusó un grupo antisemita del ejército francés y el juicio fue sesgado, hostil y sin pruebas fehacientes. La sentencia fue una condena a cadena perpetua en la isla del Diablo.
En 1898 se descubrió que Alfred Dreyfus era inocente. El caso se reabrió, pero no se le exoneró; en lugar de eso recibió un indulto. En 1906 el caso fue reabierto de nuevo. Alfred Dreyfus fue declarado inocente, reintegrado con su grado al ejército francés y condecorado con la legión de honor. Esto se conoció como “El caso Dreyfus”.
EL ARRIBO DE LOS JUDÍOS A PALESTINA
Un periodista judío austriaco, Theodor Hertzl, siguió el caso e, indignado por las injusticias antisemitas y en particular contra Dreyfus, se dedicó a buscar una solución. Al cabo concluyó que los judíos debían establecerse en un Estado, para tal efecto resultó elegida Palestina. Los judíos comenzaron a emigrar a Palestina, a comprar tierra y establecerse ahí.
La hostilidad a los judíos en Europa se acrecentó en el siglo XX, sobre todo, cuando los nazis ascendieron al poder en Alemania; la hostilidad sorda de antes se convirtió en una persecución agresiva y descarada. En Rusia también les hicieron la vida difícil, aunque con menor intensidad que en Alemania.
Así, en el siglo XX hubo una migración, constante e intensa, de judíos a Palestina, pero ¿por qué eligieron Palestina para emigrar?
La causa es religiosa: hace 36 siglos Moisés sacó al pueblo judío de Egipto y por orden de Yahvé, su Dios, los llevó a Palestina. Ahí se unieron, florecieron, languidecieron, volvieron a florecer, pero lo más importante, se consolidaron.
En el año 60 a. C. los romanos llegaron a Palestina y los judíos quedaron bajo su dominio. Estos trataron sucesivamente de liberarse del yugo romano hasta que el emperador Adriano, harto de batallar con ellos, los expulsó de Judea. Lo que los llevó a emigrar a Europa.
De manera que en el año 60 a. C. los romanos expulsaron a los judíos de Palestina, y 1940 años después, Hertzl los convenció de regresarse.
LA INTERVENCIÓN DE HUSSEIN IBN ALI
Palestina en 1914 tenía pequeños asentamientos judíos. La población estaba compuesta en más de un 90 por ciento por árabes, tanto musulmanes, como cristianos, pero también había drusos, circasianos y beduinos, entre otros. En la región había pueblos afincados y pueblos nómadas que convivían a veces en paz y, a veces, embroncados. Muchos de ellos se resistían a obedecer una autoridad central. La región estaba bajo el dominio del Imperio Otomano. En ese año estalló la Primera Guerra Mundial.
Lidiaba, por un lado, una alianza entre el Imperio Alemán, el Austrohúngaro, el Imperio Otomano y el Reino de Bulgaria. En la facción contraria estaban: Francia, Inglaterra, Rusia, Japón, Bélgica y Estados Unidos. El control del enemigo otomano en Palestina ponía en riesgo al Canal de Suez, una ruta vital para Inglaterra, pues la conectaba con sus colonias. De modo que el control de Palestina se convirtió en una prioridad para los ingleses. Los árabes palestinos querían independizarse de los otomanos y decidieron pedir a los ingleses su apoyo para juntos sacar a los otomanos y obtener el reconocimiento de la independencia árabe, y como el fin justificaba el mutuo acuerdo, se pusieron manos a la obra.
El portavoz de los árabes fue Hussein ibn Ali, el jerife de La Meca. El negociador por parte de los ingleses fue el alto comisionado británico, sir Henry McMahon. La colaboración de Hussein era indispensable para McMahon y el apoyo de McMahon era necesario para garantizar el triunfo de los árabes.
¿POR QUÉ IRÁN PELEA CONTRA ISRAEL?
La independencia de los árabes requería un Estado y Hussein solicitó que le otorgaran la península arábiga entera, Siria, Irak, Palestina y parte del sur de Anatolia. McMahon respondió que sí, pero… el “pero” consistió en excluir porciones situadas al oeste de Damasco, Homs, Hama, Alepo y Palestina. Hussein insistió en Palestina, pero el taimado lord inglés no dice ni sí ni no, y deja ambigua la situación.
La inmigración judía se había intensificado y Hussein pidió que los ingleses la controlaran. McMahon dijo algo así como “eso lo vemos con gusto, jerife”, pero tampoco se comprometió.
Los acuerdos entre Hussein y McMahon se registraron en la “Correspondencia Hussein-McMahon”. Árabes e ingleses, juntos, superaron a los otomanos, y estos se fueron con su música a otra parte.
Hemos visto en primer lugar las razones por las que los judíos emigraron a Palestina y luego cómo se liberó Palestina del Imperio Otomano. En la próxima entrega veremos las razones que trenzaron a árabes y judíos en una guerra que no tiene para cuándo terminar, la forma en que han entrado y salido los actores en el conflicto y la relación entre luchadores y patrocinadores. Y en la tercera entrega nos dedicaremos a Irán, sus razones para entrar en el conflicto y las razones del mundo para evitar que Irán se convierta en potencia nuclear.
VAGÓN DE CABÚS
En México, la libertad se nos va conforme sesiona el Congreso. La ley espía es una bofetada más a cambio de dádivas que habrán de quebrar la hacienda pública. N
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Salvador Casanova es historiador y físico. Su vida profesional abarca la docencia, los medios de comunicación y la televisión cultural. Es autor del libro La maravillosa historia del tiempo y sus circunstancias. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.