EDGARD Boquín es un psicólogo hondureño con más de 14 años de trabajo en Médicos Sin Fronteras (MSF). Fue referente médico y supervisor de salud mental en el proyecto de Tegucigalpa, en Honduras, que atiende casos de violencia y violencia sexual. Él gestionó la respuesta de salud mental en la sala de tratamiento de covid-19, en el polideportivo universitario y, actualmente, es coordinador adjunto del proyecto de MSF que, con ambulancias y atención psicológica, responde al virus.
—¿Cómo enfrentó el confinamiento la población hondureña que estaba en situación de vulnerabilidad?
—La pandemia modificó mucho nuestras conductas rutinarias. Fue un cambio abrupto. Genera una sensación de vacío, de incertidumbre y de vulnerabilidad a otras situaciones como sufrir violencia o no poder acceder a tratamientos médicos por un posible contagio de covid-19.
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—¿Qué consecuencias psicológicas vivieron las personas afectadas por los huracanes Eta y Iota?
—Durante los huracanes se afectó el sentido de pertenencia. Se sabe que con apoyo o sin apoyo, el ser humano va a hacerle frente a un desastre natural o a una emergencia. No son las mismas condiciones las de una persona que pasó por un desastre natural y tiene sentido de pertenencia, porque aún tiene su casa, a otra que lo perdió todo. Cuando pierdes todo, sientes que es el fin del mundo.
“Además de las afectaciones de salud emocional, se presentan complicaciones en la salud física. Muchas de las personas afectadas por los huracanes no están satisfaciendo sus necesidades básicas de refugio, alimentación, salud y pertenencia a un grupo. Esto debilita el sistema inmunológico y lo hace más propenso a padecer algunas enfermedades”.
—¿Cómo surgió el proyecto de atención a casos de covid-19 en el polideportivo el año anterior y en qué consistió?
—Ese proyecto surgió para descongestionar los hospitales de los pacientes con necesidades de atención intermedias (no leves, pero tampoco graves), en mayo de 2020. MSF abrió la unidad de atención de pacientes con covid-19 en las instalaciones del Polideportivo Universitario, con una capacidad de 20 camas, manejando concentradores de oxígeno de hasta diez litros. Esta unidad de atenciones trabajaba 24/7 y recibía pacientes de los hospitales de la red pública con salas covid-19.
“El equipo estaba integrado por médicos generales, licenciadas en enfermería, auxiliares de enfermería, supervisora de enfermeras, motoristas, higienistas, logistas, promotores de salud, psicólogos de atención telefónica, un responsable de farmacia y una responsable administrativa”.
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—¿En qué consiste el nuevo proyecto de atención de covid-19?
—Estamos en otro momento de la pandemia, hay más información, hay nuevas variantes del covid-19 y los centros de triage permiten diferenciar entre un paciente leve, intermedio o grave. La prevención siempre será la mejor respuesta a la pandemia, y el apoyo psicológico nos posibilita una mejor recuperación, pero en plena crisis de covid-19 llegar a tiempo a un hospital salva vidas. En tres semanas trasladamos ya a 318 pacientes.
“Después de la valoración permanente del contexto, fortalecemos otras necesidades no cubiertas, ya que observamos más hospitales con salas covid-19. Intervenimos en tres niveles de la emergencia con una base de operaciones en el polideportivo universitario. El primer nivel de la intervención busca mejorar servicios de respuesta prehospitalarios para casos covid-19 con tres ambulancias que efectúan los traslados de pacientes de los seis centros de triage y la sala de estabilización en el polideportivo a los Hospitales.
“El segundo nivel busca integralidad, calidad y dignificar la atención de un paciente de covid-19. Es una estrategia de salud mental y educación de la salud para dar acompañamiento psicológico en las Salas de covid-19 del Polideportivo Universitario y del Hospital San Felipe. El tercer nivel de esta estrategia se acerca a las comunidades más vulnerables, se trabajará con educadores comunitarios con las poblaciones de los centros de salud con índices más altos de casos.
“En un país donde la capacidad y calidad hospitalaria está debilitada, los equipos de MSF han encontrado estrategias variadas para atender la emergencia por covid-19, al apoyar estructuras de atención con pacientes contagiados. El complementar servicios de atención de pacientes con covid-19 podría salvar la vida de cientos de personas y evitar el sufrimiento de miles de familias en Honduras”. N