Tienen el tamaño de una camilla, pero pesan y cuestan mucho menos. Además pueden convertirse en ataúdes.
Un grupo de personas en Colombia diseñó estas camas para donarlas a zonas pobres de la Amazonia de Colombia, limítrofe con Brasil y embestida por la pandemia.
Estos lechos están construidos en cartón corrugado que resiste la humedad, llevan una laca especial para mejorar el proceso de desinfección y se pueden reciclar. Resisten al menos 150 kg y tienen una vida útil de medio año.
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“Vimos que se venía una crisis muy fuerte”, explicó a la AFP Rodolfo Gómez, gerente de ABC Displays, una fábrica de piezas para fines publicitarios. “Pusimos a todo el equipo de trabajo a crear algo para ayudar al sector salud”.
Ecuador, vecino del suroeste de Colombia, fue el escenario de uno de los primeros brotes importantes de la región en abril, cuando los residentes de la ciudad de Guayaquil arrojaron los cuerpos de sus muertos en las calles, imágenes que recorrieron el mundo y terminaron de inspirar a la firma bogotana.
“Vimos los que pasó en Ecuador, donde no sabían qué hacer con los enfermos de covid, entonces lo convertimos también en ataúd”, cuenta Gómez. “En algunos lugares se están abriendo fosas comunes… Al menos que se vayan en un cajón decente”.
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En entrevista con The Guardian, Gómez dijo que la compañía puede producir hasta 3,000 camas por mes, y que cada una, que cuesta alrededor de 95 dólares.
“La gente podría decir que estamos haciendo camas de muerte, pero estamos tratando de ayudar durante una crisis”, comentó y agregó que hay interés de clientes potenciales en Estados Unidos, Brasil, México, Perú y Chile.
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Con información de AFP y The Guardian