“Usar al COVID-19 como argumento para evadir sus obligaciones internacionales hacia los refugiados y los migrantes no solo es inaceptable, sino también contraproducente en términos de control de brotes”, dice la doctora Isabel Beltrán, coordinadora médica de MSF en México y América Central.
Esto respecto a la decisión del gobierno de Estados Unidos de bloquear los procesos de solicitud de asilo así como el cierre de la frontera con México, con el fin de frenar la propagación del COVID-19.
De acuerdo con MSF, esta decisión amenaza la salud y seguridad de miles de personas que buscan protección internacional en los Estados Unidos y que son obligadas a regresar a México.
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Desde el sábado 21 de marzo de 2020, equipos de MSF han sido testigos de traslados de personas, mexicanas y centroamericanas retornadas de Estados Unidos a Matamoros, hacia el sur de México en autobuses.
“Este tipo de medidas son innecesarias y desproporcionadas porque discriminan y estigmatizan a un segmento de la población y evitan que las personas que sufren violencia tengan acceso a un sistema de protección y seguridad”, asegura la doctora Beltrán.
A medida que el virus continúa propagándose, la organización monitorea las necesidades de salud del país, mientras organiza su respuesta para mantener y ampliar los servicios médicos integrales que se prestan en México. Es preocupante el impacto que tendrá esta pandemia en un contexto en el que las personas no tienen acceso regular a servicios médicos y viven en condiciones precarias que facilitan la propagación del virus.
Por ello, MSF anunció que han “aumentado nuestras actividades médicas en Matamoros debido a la falta de atención integral dentro del campamento, donde viven alrededor de 2,000 solicitantes de asilo. Brindamos servicios de salud física y mental y actividades de promoción de la salud. A pesar de estos esfuerzos, está claro que es imposible implementar adecuadamente medidas de prevención de infecciones, como desinfectar espacios públicos, lavarse las manos con frecuencia y distanciarse de otras personas, en un lugar donde familias enteras duermen juntas en una sola carpa”.
El doctor Marcelo Fernández, jefe de misión en México afirmó que: “La mayor preocupación de la gente en este momento es la incertidumbre sobre su futuro. No tienen otra opción que dormir en espacios sobrepoblados que no permiten las medidas de prevención necesarias”.