Los estados de Estados Unidos con controles de armas más estrictos tienen menos tiroteos masivos, de acuerdo con un estudio reciente.
Los estados con más habitantes que poseen un arma también presentan un mayor número de estos incidentes, de acuerdo con la investigación publicada en The BMJ.
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En estudios anteriores se ha demostrado que unas leyes de control de armas más laxas se relacionan con mayores índices de homicidios y suicidios relacionados con armas de fuego, mientras que, por sí mismo, el hecho de poseer un arma se ha relacionado con más ataques y homicidios. En el nuevo estudio, los investigadores estudiaron las leyes de control de armas y la posesión de las mismas en relación con el tema, relativamente inexplorado, de los tiroteos masivos por estado.
Para calcular el número de tiroteos masivos ocurridos en cada estado, el equipo analizó datos del Sistema Uniforme de Información sobre Crímenes de la Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) recopilados entre 1998 y 2015.
Se definió un tiroteo masivo como un incidente en el que cuatro o más personas murieron por arma de fuego. Los sucesos se dividieron en domésticos, en los que las víctimas eran miembros de la familia o la pareja del tirador, y no domésticos.
Los investigadores también utilizaron una escala de 0 a 100 en relación con la severidad de las leyes de control de armas (donde 100 indicaba una permisividad completa), según se detalla cada año en la publicación Traveler’s Guide to the Firearms Laws of the Fifty States (Guía del viajero de las leyes de armas de fuego de los 50 estados de EE UU).
Las puntuaciones se basaron en 13 factores, entre ellos, si la posesión de rifles semiautomáticos y ametralladoras estaba limitada, si los ciudadanos tenían el derecho a portar armas en público, y si el derecho a la autodefensa estaba reconocido en las leyes estatales.
Dado que no se documentó cada año la posesión de armas en los 50 estados, para calcular esa cifra, los investigadores también utilizaron datos sobre suicidios relacionados con armas de fuego, obtenidos de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades. Por esta razón, no se incluyó al estado de Florida en el estudio.
Se encontró que Massachusetts tiene las leyes de control de armas más estrictas, mientras que las de Vermont son las más laxas.
En términos generales, los datos revelaron que las leyes de control de armas en Estados Unidos se han vuelto más permisivas en 0.16 puntos cada año entre 1998 y 2014. En ese período, se informó de alrededor de 344 tiroteos masivos, según datos de los Reportes Uniformes de Criminalidad, de los cuales 263 fueron no domésticos, y 81 fueron domésticos.
De 2010 en adelante, se realizaron más tiroteos masivos en los estados con leyes más laxas, mientras que se presentó la tendencia opuesta en los estados con leyes más estrictas.
Un aumento de 10 puntos en la permisividad se relacionó con un índice 9 por ciento mayor de tiroteos masivos en promedio, de acuerdo con los autores.
Y un aumento de 10 por ciento en el índice de posesión de armas se relacionó con un índice 35 por ciento mayor de tiroteos masivos.
Los autores llegaron a la conclusión de que se produjeran más tiroteos masivos en los estados con leyes de control de armas más laxas y con más personas que poseen armas de fuego.
De acuerdo con los datos, en un estado como California, donde ocurren dos tiroteos masivos cada año, se produciría uno más de esos sucesos por cada 10 puntos que se relajen las leyes en un período de cinco años. Y se calculó que un aumento de 10 puntos en la posesión de armas cada cinco años provocaría entre 3 y 5 tiroteos masivos más.
Paul Reeping, del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, declaró a Newsweek: “Lo que más nos sorprendió fue la creciente divergencia, observada en años recientes, entre los índices de tiroteos masivos de los estados permisivos y los restrictivos”.
Reeping reconoció que el estudio es limitado. “Es difícil estar 100 por ciento seguro de que lo que hallamos no podría deberse a que los estados que experimentaron más tiroteos masivos cambiaron sus leyes de posesión de armas, o a otros factores que simplemente no pudimos medir. Sin embargo, incluimos muchos factores a escala estatal que sí pudimos medir, como la educación, los índices de pobreza y de encarcelamiento, etcétera, y tomamos en cuenta un desfase temporal para limitar el efecto inverso de los tiroteos masivos que influyeron en las leyes estatales en un período de 15 años”.
Añadió que al equipo le preocupaba que sus conclusiones se hubieran visto afectadas por el hecho de que no se haya informado de todos los casos en los datos de Homicidios Suplementarios del Sistema Uniforme de Información de Crímenes del FBI, ya que algunos estados no presentaron informes completos. Por ejemplo, Alabama solo incluyó informes de unos cuantos condados.
“Sin embargo, pensamos que, probablemente, estos datos incompletos producirían una subestimación de la asociación que encontramos, dado que los estados con leyes de posesión de armas más permisivas parecen informar de manera menos uniforme acerca de los homicidios que aquellos estados con leyes más restrictivas”, dijo.
Reeping espera que los encargados de la política utilicen su trabajo para tomar decisiones más informadas sobre las leyes de control de armas en sus estados, y llamó a otros investigadores a ampliar su trabajo sometiendo a prueba los efectos antes y después de la promulgación o revocación de leyes de control de armas en estados específicos, o ambos factores, junto con estados de control asociados adecuadamente.
La doctora Stephanie Chao de la Facultad de Medicina de Stanford, coautora de un estudio reciente sobre las leyes de control de armas y la mortalidad infantil y que no participó en el estudio, declaró a Newsweek que, aunque los tiroteos masivos son “horribles y nunca deberían ocurrir”, son difíciles de estudiar.
“Ocurren de manera relativamente infrecuente. Como señalan los autores, existen pocos estudios en los que se analiza el efecto de la legislación en los tiroteos masivos. Se trata de una relación difícil de estudiar, y pienso que los autores trataron de hallar una forma objetiva de correlacionar la legislación con los tiroteos masivos”, dijo.
Afirmó que esta investigación se suma a un conjunto creciente de pruebas de que el rigor legislativo parecía correlacionarse con las muertes por armas de fuego, y en este caso, con menos tiroteos masivos.
“Los autores trataron de controlar los factores de confusión, pero, aun así, es difícil concluir que existe una relación causal. También es difícil evaluar en qué medida se hacen cumplir las leyes en el ámbito local”, dijo.
El año pasado, en un estudio no relacionado, se mostró que en los estados con leyes de control de armas más laxas moría el doble de niños por arma de fuego que en los estados con leyes más estrictas.
Este artículo fue actualizado para incluir los comentarios de la doctora Stephanie Chao.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek