Hay espacios en donde aún es complicado hablar del tema debido al ambiente predominado por hombres que no están deconstruidos, donde les artistas llegan a ser relegados a causa de interseccionalidades que son causa de discriminación en muchos espacios.
“Las mujeres no dan risa”, es quizá el comentario machista más común de escuchar en Stand up. Este tipo de comedia teatral unipersonal ha ganado terreno paulatinamente en Aguascalientes con artistas al que seguramente se les seguirá la pista en los años subsecuentes. Sin embargo, este ambiente es en su mayoría machista, con poco lugar para diversidad de cualquier tipo.
“Desafortunadamente la escena está plagada de heteres y fifas”, señaló Melvin, comediante local, al cuestionarlo sobre el panorama del stand up en Aguascalientes. “Aunque hay talento, de una y otra manera, quizá hasta de manera involuntaria, siempre terminan atacando y/o incomodando a la comunidad”.
Así como sucede en otras disciplinas del arte, es normal que en el Stand Up incomode al espectador, sobre todo cuando se abordan temas que buscan criticar y cuestionar aspectos arraigados en la sociedad y, desde luego, cada comediante es responsable de lo que dice, destacó Ale Zamorano, comediante, actriz y apasionada del cine mexicano, reconoció que en el Stand Up sí hay comediantes que buscan incomodar con el objetivo de ser críticos,
“Los chistes misóginos, clasistas o que van contra alguna minoría siempre son defendidos como comedia. Pero cuando te incomoda la persona que está subiendo a decir algo es lo que considero que en la escena está mal. A mi se me llegaba a tachar de incómoda o vulgar cuando antes de mi ya se habían subido siete cabrones a hablar de su pito”, declaró.
La comedia de Zamorano está enfocado en abordar temáticas propias de las mujeres y que llegan a incomodar a los hombres cisgénero.
“En mi comedia hablo del hecho de ser mujer, hablando como un hombre habla de ser hombre. Las mujeres también tenemos genitales, también tenemos deseo sexual, también somos lesbianas; hace falta mucho ver ese espacio dentro de la comedia. Entre mujeres es un poco más difícil de ser considerado”, declaró.
Precisó que en la comedia aún persisten estereotipos de género con chistes hacia su cuerpo, rol dentro de la sociedad, cuestionando su sexualidad desde una perspectiva puritana o chistes con apología de violencia física o sexual hacia ellas.
Zamorano encuentra que hay una mayor permisividad para quienes hablan de una minoría de manera burlona con posturas estereotípicas o burlonas, pero que cuando esas minorías, mujeres o de la diversidad sexual y de género, quieren hablar de otras cosas en ocasiones encuentran barreras.
En ese sentido, destacó que las mujeres en el stand up local son una minoría, apenas sumando tres o cuatro participantes activas. Opinó que esto se debe a que las mujeres suelen tener más pena a subirse y exponerse, en la sociedad mexicana suelen ser más calladas y no llamar la atención.
Siendo mujer y parte de la diversidad sexual suele ser complicado. “Es una lucha de luchas. Como mujer tienes que encontrar tu lugar, hacerte de ese espacio. Como parte de la diversidad sexual, en ese tipo de situaciones, no me gusta tanto decir soy lesbiana. En un mundo en que estamos viviendo en este momento, en el que están pasando un chingo de cosas, es lo de menos. Vivimos en un mundo donde importa más decir ‘que onda, no soy un culero’; tiene más valor ser directo”.
Sin embargo, reconoce que todas las personas, no importa su orientación, están reafirmando constantemente su sexualidad. “Es un mecanismo de defensa, por el simple hecho de decir déjenme subir, tengo algo que decir, puedo cumplir la cuota de género o de diversidad.”
“Yo trato de decir que soy una morra que sufre lo mismo que ustedes, cuando hablo de la menstruación se lo cuento a un hombre, se sienten incómodos, y así como lo estoy contando así se siente, te sientes observada”, señaló.
Ante esta adversidad siendo mujer, Ale no llega a espacios argumentando ser parte de la diversidad pues quizá representaría un reto más grande, “valoro mucho las personas que lo hace, pero una tiene que entrarle al ruedo, son puros hombres heterosexuales, no le voy a entrar desde ahí, si no que tengo derecho de subirme”.
“Pero al subirme les pregunto: ‘¿oye, me veo lesbiana?’ Ahí es incómodo, porque sí saben, claro que la gente juzga. El escenario sí te da un estatus frente al público, donde se confronta al espectador”, comentó.
Por otro lado, a pesar del potencial que tiene la escena local, mujeres y hombres, quienes se dedican al stand up se enfrentan a pocos espacios para dar a conocer su obra. Terraza Puri, Tercera Llamada y Épica son los espacios que con mayor frecuencia ofrecen estos espacios. Es una actividad no tan aceptada aún, aunque sí hay comediantes nacionales que abarrotan lugares.
“Siento que el stand up es algo tan incómodo que si no estás familiarizado con la figura no te atrae tanto ir a escuchar chistes, porque es mucho de confrontación. Habría que crear una cultura del stand up”, señaló.
Es por estas razones por la que considera que, en un futuro cercano, el stand up no será algo rentable o reconocido desde la institución.