Japón enfrenta una transformación social silenciosa pero contundente: hay más mascotas que niños. De acuerdo con datos oficiales recientes, el país cuenta con 15.9 millones de perros y gatos registrados, una cifra que supera ampliamente a los 13.7 millones de niños menores de 15 años, según cifras de Japan Pet Food Association. Este cruce de tendencias no es nuevo; de hecho, desde 2003 el número de mascotas superó por primera vez al de menores, marcando el inicio de un cambio cultural que hoy se ha consolidado como símbolo del Japón contemporáneo.
¿POR QUÉ LOS JAPONESES PREFIEREN MASCOTAS Y NO HIJOS?
El fenómeno no responde solo a una moda pasajera, sino a una compleja combinación de factores estructurales y culturales. El alto costo de vida, especialmente en ciudades como Tokio y Osaka, hace que muchas parejas jóvenes consideren inviable formar una familia con hijos. A esto se suma una cultura laboral exigente, donde las jornadas laborales extensas y la escasa flexibilidad dificultan la conciliación entre trabajo y vida familiar.
Además, persisten normas sociales rígidas sobre el papel de las mujeres en el hogar, lo que muchas veces obliga a elegir entre la maternidad o el desarrollo profesional. El resultado: un creciente número de personas —particularmente en áreas urbanas— opta por volcar su afecto, tiempo y recursos en mascotas, que requieren menos compromiso a largo plazo y generan vínculos emocionales similares.
UN PAÍS PET FRIENDLY HASTA EN EL LUJO
Este nuevo paradigma ha dado lugar a un mercado de mascotas premium en expansión, valuado en aproximadamente 1.9 billones de yenes (unos 12 mil millones de dólares). Los servicios y productos ofrecidos van mucho más allá del alimento tradicional: hay spa veterinarios, comida gourmet con ingredientes orgánicos, ropa personalizada, cochecitos decorados con cristales Swarovski e incluso funerales conmemorativos para perros y gatos.
Los dueños no escatiman en gastos: en promedio, se estima que una familia japonesa puede gastar entre 300 y 500 dólares mensuales en el cuidado de su mascota, una cifra que en algunos casos iguala o supera lo que se invertiría en la crianza de un niño.
¿QUÉ IMPLICACIONES TIENE ESTA TENDENCIA?
El hecho de que Japón tenga más mascotas que niños desde hace más de 20 años no es solo una anécdota estadística. Refleja una realidad demográfica crítica: la población japonesa está envejeciendo rápidamente, y la tasa de natalidad se mantiene en niveles históricamente bajos.
Esto representa un desafío urgente para la economía japonesa, que ya enfrenta una reducción en su fuerza laboral, mayor presión sobre el sistema de pensiones y un creciente gasto en atención médica para una población anciana. Aunque el gobierno ha implementado medidas para fomentar la natalidad, como subsidios y licencias parentales, el cambio cultural parece más profundo y difícil de revertir.
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Desde 2003, Japón registra más perros y gatos que niños menores de 15 años.
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En 2024, hay 15.9 millones de mascotas registradas vs. 13.7 millones de niños.
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Factores como el alto costo de vida, las largas jornadas laborales y las normas tradicionales de género alimentan esta tendencia.
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El mercado de mascotas de lujo en Japón supera los 12 mil millones de dólares anuales.
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La situación refleja un desafío estructural para un país que envejece rápidamente y pierde población activa.
Mientras Japón enfrenta el reto de redefinir su modelo social, el auge de las mascotas se ha convertido en símbolo de una generación que ha optado por vínculos distintos, sin renunciar al afecto, pero sí replanteando profundamente la idea tradicional de familia. N
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