¿Has tenido la sensación de que a tu líder le gusta gritarte? Un estudio reciente sugiere que no estás imaginando nada: algunos jefes podrían encontrar una satisfacción emocional al ejercer conductas abusivas en el trabajo.
Investigadores de la Universidad de Georgia (UGA), en un estudio publicado este mes en Journal of Management, revelaron que ciertos jefes obtienen beneficios psicológicos al gritar o maltratar a sus empleados. Según el informe, estas acciones pueden generar una “sensación temporal de realización” y fortalecer su percepción de autoridad.
El artículo destaca que los motivos diarios detrás de este tipo de comportamientos son clave: en algunos casos, los supervisores abusan de su poder no por estrés o agotamiento —como han sugerido investigaciones anteriores—, sino como una elección consciente para reforzar su rol y, a corto plazo, mejorar su propio bienestar emocional.
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Los estudios actuales asumen que los jefes se sienten mal tras incurrir en comportamientos abusivos, señalan los científicos. Sin embargo, el equipo afirmó: “Cuestionamos esta suposición al proponer que los motivos de los jefes para la supervisión abusiva influyen en sus experiencias posteriores al abuso”.
“Basándonos en la teoría interaccionista social de la agresión y en las teorías de la autorregulación, sugerimos que las conductas abusivas instrumentales (o impulsadas por objetivos) proporcionan una sensación temporal de satisfacción, mientras que las conductas abusivas espontáneas (o reactivas, impulsadas por las emociones) disminuyen la satisfacción de las necesidades y fomentan resultados negativos”, apuntaron los autores.
EL ROL DE LOS JEFES EN LA OFICINA
El estudio, que encuestó a cientos de supervisores en varios campos de trabajo, informó que algunos jefes dijeron que gritaban a los empleados porque se sentían agotados o abrumados.
Sin embargo, una parte significativa admitió abusar de sus empleados para obligarlos a seguir órdenes o mostrarles quién está a cargo. Quienes gritaban por agotamiento se sentían culpables o peor después. Pero quienes lo hacían para que sus empleados rindieran o para reforzar su rol como jefes se sentían mejor, como si fuera un logro.
“Si participan en estos comportamientos con un objetivo en mente, como aumentar el cumplimiento o preservar su identidad como líderes, están satisfaciendo una necesidad emocional”, pormenorizó Szu-Han Lin, coautora del estudio y profesora en el Terry College of Business de la UGA, en un comunicado.
Lin enfatizó la importancia de brindar mejores herramientas de liderazgo para prevenir el abuso en el lugar de trabajo. “Quizás quieras que tus seguidores te escuchen o quizás quieras asegurarte de establecer tu rol como líder. Eso está bien, pero hay otras maneras de lograrlo”, agregó.
“Si se incurre en comportamientos abusivos, siempre se obtendrán resultados negativos. Nadie se sentirá motivado en absoluto”, advirtió. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)
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