Ante el reciente deslizamiento ocurrido en la colonia Cacho, el alcalde de Tijuana, Ismael Burgueño Ruiz, anunció una postura firme: no se permitirá ninguna construcción en zonas identificadas como peligrosas por el Atlas de Riesgo. El mensaje fue claro y directo: el desarrollo urbano no puede estar por encima de la seguridad de la ciudadanía.
“Estamos siguiendo el procedimiento jurídico correspondiente”, afirmó el edil respecto a la obra clausurada en dicha colonia. El objetivo inmediato, dijo, es asegurar la zona y evitar riesgos mayores. Esta acción se enmarca en una nueva política urbana que, por primera vez en una década, se apoya en un Atlas de Riesgo actualizado.
Diez años de rezago y permisos cuestionables
La omisión institucional de revisar el Atlas durante más de diez años permitió que diversas construcciones se ejecutaran en áreas vulnerables. Ahora, con el nuevo instrumento técnico actualizado, el Ayuntamiento se compromete a detener cualquier obra que no cumpla con los lineamientos.
“Mi instrucción ha sido tajante: cualquier construcción que implique riesgo por deslizamiento o que haya sido autorizada sin base en información actualizada, debe ser detenida de inmediato”, expresó el alcalde. Según Burgueño, las secretarías involucradas, como Sdtua, Doium y la DAU, ya cuentan con la orden expresa de actuar con base en estos criterios.
Obras clausuradas, vigilancia reforzada
El caso en la colonia Cacho no es aislado. Aunque vecinos denunciaron que la obra clausurada ya había sido suspendida y reactivada en ocasiones anteriores, el alcalde aseguró que el Ayuntamiento tiene documentación completa de los antecedentes, lo que permitirá fincar responsabilidades si se confirma negligencia administrativa o técnica.
Este endurecimiento en la política de desarrollo urbano responde no solo al contexto geológico de Tijuana, donde los deslizamientos representan una amenaza recurrente, sino también a un cambio de paradigma que busca priorizar la planeación con base en evidencia científica.
Un viraje necesario en la gestión del territorio
Con una geografía compleja y un crecimiento poblacional constante, Tijuana enfrenta el reto de ordenar su expansión sin comprometer vidas humanas. La actualización del Atlas de Riesgo es apenas el primer paso de una política que apunta a redefinir el equilibrio entre desarrollo urbano y protección civil.
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“Salvaguardar la integridad de los ciudadanos es nuestra prioridad”, insistió el alcalde, quien advirtió que no habrá tolerancia para proyectos inmobiliarios que violenten esta visión. A partir de ahora, la ciudad exige que cualquier plan de construcción sea validado con criterios técnicos sólidos, no con intereses de corto plazo. N