En un llamado directo a la ciudadanía, el alcalde de Tijuana, Ismael Burgueño Ruiz, pidió a los tijuanenses sacar el celular y grabar a cualquier policía municipal sorprendido pidiendo “mordidas” en las garitas fronterizas. La instrucción es clara: quien incurra en un acto de corrupción será dado de baja de inmediato.
“Ni modo, saquemos el teléfono”, dijo el alcalde con firmeza, al tiempo que recordó que desde el inicio de su administración tomó medidas para erradicar prácticas irregulares en los accesos fronterizos, como eliminar a los llamados “minions”, auxiliares viales que portaban chalecos amarillos y operaban sin claridad en sus funciones.
Cero tolerancia a la corrupción
Burgueño subrayó que su gobierno no tolerará ningún acto de corrupción por parte de los elementos de seguridad pública. Para reforzar esta vigilancia, aseguró que existe una coordinación estrecha con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), especialmente en los horarios nocturnos, cuando los elementos municipales tienen mayor presencia en las garitas.
Durante el día, explicó, el control está a cargo del personal de movilidad urbana, pero la vigilancia es constante. Aun así, el edil insistió en que la denuncia ciudadana es clave para erradicar viejas prácticas.
“Yo ya tomé una acción contundente en el pasado y no voy a permitir que se repita. Si alguien se presta a eso, se va”, sentenció.
El alcalde exhortó a los ciudadanos a canalizar cualquier evidencia directamente a la Sindicatura Procuradora, el órgano encargado de dar seguimiento a las quejas contra servidores públicos. La instrucción es tajante: tolerancia cero.
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Este nuevo capítulo en la lucha anticorrupción en Tijuana evidencia una estrategia que busca empoderar a la población como vigilante activa de las instituciones, en uno de los puntos más sensibles de la frontera: las garitas de cruce hacia Estados Unidos. N