El uso del celular mientras se maneja se ha convertido en una de las principales causas de accidentes de tránsito en todo el mundo, y Tijuana no es la excepción. Esta práctica, que incluye enviar mensajes de texto, realizar llamadas o interactuar con aplicaciones, representa un riesgo significativo tanto para los conductores como para peatones y otros automovilistas. A pesar de los esfuerzos en algunos sectores por regular esta conducta, la falta de acciones preventivas por parte de las autoridades, particularmente de la policía de tránsito, ha contribuido a que esta problemática siga creciendo.
Una norma ignorada en la práctica
De acuerdo con el Reglamento de Tránsito Municipal de Tijuana, en su artículo 168, está prohibido el uso de dispositivos móviles mientras se conduce, salvo que se utilice algún sistema de manos libres. Esta disposición se alinea con normas internacionales que buscan reducir las distracciones al volante y prevenir accidentes. Sin embargo, su aplicación en la práctica ha sido limitada, ya que no se perciben operativos constantes ni campañas de concienciación visibles por parte de las autoridades para abordar este problema.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que el uso del celular al volante aumenta hasta cuatro veces la probabilidad de sufrir un accidente. En el caso de México, datos de la Secretaría de Salud indican que el 20% de los accidentes viales están relacionados con el uso de dispositivos móviles. A pesar de estas cifras alarmantes, en ciudades como Tijuana, es común observar a conductores enviando mensajes o revisando redes sociales mientras manejan, especialmente en horas pico.
Más que una distracción: un peligro mortal
El problema se agrava por la percepción de impunidad. Muchos ciudadanos consideran que la falta de vigilancia efectiva fomenta esta conducta, ya que los conductores no sienten que haya consecuencias reales por infringir la ley. Además, la ausencia de estrategias preventivas, como campañas educativas o programas de sensibilización, refuerza la normalización de esta práctica.
Los efectos de manejar utilizando el celular van más allá de los accidentes. La distracción al volante ralentiza los tiempos de reacción, incrementa el riesgo de colisiones y afecta la capacidad del conductor para interpretar señales de tránsito o prever situaciones peligrosas. Esto pone en riesgo no solo al conductor, sino también a peatones y ciclistas, quienes ya enfrentan condiciones adversas en una ciudad con infraestructura limitada para la movilidad no motorizada.
Ciudades que han tomado acción
En contraste, algunas ciudades han implementado estrategias efectivas para combatir este problema. En Bogotá, Colombia, se realizan campañas regulares en redes sociales y medios tradicionales para educar a la población sobre los riesgos del uso del celular al manejar. Además, la policía de tránsito realiza operativos frecuentes con multas significativas para los infractores, lo que ha reducido considerablemente los incidentes relacionados con esta práctica. En países como Japón, además de las multas económicas, se imparten cursos obligatorios para los conductores que son sorprendidos usando dispositivos móviles.
En Baja California, la falta de acciones contundentes por parte de la policía de tránsito no solo permite que el problema persista, sino que también envía un mensaje equivocado a la ciudadanía sobre la importancia de la seguridad vial. La prevención debe incluir medidas como operativos en puntos estratégicos, multas efectivas y campañas educativas dirigidas tanto a conductores como a pasajeros, quienes también tienen un papel importante al no fomentar este comportamiento.
Responsabilidad compartida por la seguridad vial
Es crucial que las autoridades tomen en serio el uso del celular mientras se maneja como una prioridad en su agenda de seguridad vial. Esto no solo implica reforzar la vigilancia, sino también invertir en programas que promuevan una cultura de responsabilidad al volante. Asimismo, la ciudadanía tiene un papel fundamental al reconocer que la seguridad vial es una responsabilidad compartida y que evitar el uso del celular mientras se maneja puede salvar vidas.
Te puede interesar leer | Atrapanieblas: la neblina como solución al desafío hídrico en Baja California
Si bien la tecnología ofrece herramientas que facilitan la comunicación, su uso irresponsable en el contexto de la conducción puede tener consecuencias trágicas. En un estado como Baja California, donde la movilidad es un desafío constante, garantizar el cumplimiento del reglamento y promover el respeto por las normas de tránsito es una tarea ineludible para reducir accidentes y proteger a todos los usuarios de las vías. N