Nichole Andrews compartió la pregunta más común que le hacen como dietista oncológica: “¿Qué alimentos aumentan el riesgo de cáncer?”. Con frecuencia escucha inquietudes sobre el azúcar, la carne de res, el gluten, los refrescos dietéticos y los aceites vegetales. Sin embargo, la respuesta podría no ser tan general y causar asombro. Entonces, ¿qué alimentos debería dejar de incluir en mi dieta?
“La buena noticia es que solo se trata de dos alimentos y ninguno de los productos comúnmente temidos está directamente relacionado con el riesgo de cáncer.”, dijo Andrews.
En una entrevista con Newsweek, Andrews explicó que los dos culpables que ella aconseja a las personas evitar son las carnes procesadas y el alcohol, los cuales han demostrado aumentar significativamente el riesgo de múltiples cánceres.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que en 2022 hubo 20 millones de nuevos casos de cáncer y 9.7 millones de muertes. Además, el organismo de las Naciones Unidas anticipa que en 2040 el número de casos nuevos de cáncer por año aumentará a 29.9 millones y el número de muertes a 15.3 millones.
Andrews, que tiene 15 años de experiencia, destaca cómo el consumo de alcohol aumenta el riesgo de seis tipos de cáncer:
- Cáncer de mama
- Cáncer colorrectal
- Cáncer de esófago
- Cáncer de hígado
- Cánceres de boca y garganta (cáncer oral y faríngeo)
- Cáncer de estómago
CARNES PROCESADAS, UNO DE LOS ALIMENTOS QUE NO DEBERÍAS AGREGAR A TU DIETA
Las carnes procesadas son aquellas que se han conservado mediante ahumado, curado, salado o uso de conservantes. Esto incluye salchichas, jamón, tocino y carne enlatada como la carne en conserva.
El vínculo entre la carne roja procesada y el cáncer colorrectal ha sido un área de investigación en crecimiento durante años. En 2015 la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) revisó datos de 800 estudios y clasificó la carne procesada como un carcinógeno del Grupo 1, lo que indica evidencia suficiente de que puede causar cáncer en humanos. Mientras tanto, la carne roja fue categorizada como un carcinógeno del Grupo 2A, lo que sugiere que probablemente sea cancerígena, pero con evidencia menos definitiva.
Fred Tabung, investigador de control del cáncer del Centro Oncológico Integral de la Universidad Estatal de Ohio en Columbus, Ohio, Estados Unidos señaló a Newsweek que las carnes procesadas deberían limitarse.
“Pero eso no significa que nunca debamos probar carne procesada. Si nuestro cuerpo ingiere carne procesada de forma habitual, eso es malo para el metabolismo y para el cáncer”, afirmó.
DIETISTA ONCOLÓGICA: “EL AUMENTO DE PESO, NO EL AZÚCAR EN SÍ, ES LA MAYOR PREOCUPACIÓN”
La dietista oncológica Andrews señala que sus pacientes temen que el consumo de azúcar les provoque esta siniestra enfermedad. Sin embargo, las investigaciones han demostrado que el consumo de azúcar no provoca cáncer.
Pero el consumo excesivo puede provocar un aumento de peso, y con los kilos de más viene el riesgo de sufrir problemas de salud, incluidos 13 tipos diferentes de cáncer, según Cancer Research UK.
Andrews apuntó a Newsweek: ” La obesidad es un factor de riesgo comprobado para al menos 13 tipos de cáncer porque promueve la inflamación crónica, los desequilibrios hormonales (como niveles más altos de insulina y estrógeno) y los cambios metabólicos que crean un entorno favorable para el desarrollo del cáncer. La conclusión clave no es el azúcar en sí, sino el equilibrio calórico general y la grasa corporal lo que más importa”.
Las investigaciones sobre la relación entre el azúcar y el cáncer presentan resultados contradictorios. Un estudio a gran escala en el que participaron más de 300,000 personas no encontró ningún vínculo significativo entre el consumo de azúcar y el riesgo de desarrollar la mayoría de los cánceres más importantes, como el cáncer colorrectal, de mama, de próstata y de páncreas, aunque sí sugirió una posible asociación con cánceres más raros, como el cáncer de pulmón y de esófago.
En cambio, las investigaciones realizadas por microbiólogos y biólogos moleculares en Bélgica indican que el azúcar puede activar una proteína específica, cuyas mutaciones se han vinculado al cáncer, en particular el cáncer de páncreas y de colon. Estos resultados dispares ponen de relieve la complejidad de comprender el papel del azúcar en el desarrollo del cáncer y sugieren que se necesitan más investigaciones para conciliar estos hallazgos.
TODO ESTÁ EN LOS ALIMENTOS, SEGÚN LA DIETISTA ONCOLÓGICA
Andrews explicó: “Todas las células, incluidas las cancerosas, utilizan la glucosa como fuente de energía”, sostuvo Andrews. “Es la principal fuente de energía del cuerpo. Tanto las células sanas como las cancerosas dependen de la glucosa para funcionar. Sin embargo, eliminar por completo el azúcar no hará que las células cancerosas mueran de hambre. El cuerpo producirá glucosa de forma natural a partir de otras fuentes, como proteínas e incluso grasas, para satisfacer sus necesidades energéticas”.
En palabras de la dietista oncológica, las células cancerosas no crecen más rápido con azúcar y el crecimiento se debe a mutaciones genéticas y otros factores biológicos complejos.
“No solo porque el azúcar está presente en el cuerpo. Si bien las células cancerosas pueden consumir más glucosa que las células sanas, esto no significa que el azúcar haga que el cáncer crezca más rápido. El proceso es un subproducto de cómo las células cancerosas metabolizan la energía de manera diferente, no un resultado de la ingesta de azúcar en la dieta”.
¿SE PUEDE PREVENIR EL CÁNCER?
Según la Organización Mundial de la Salud, entre 30 y 50 por ciento de todos los casos de cáncer se pueden prevenir.
“La dieta es uno de los factores de estilo de vida más influyentes en la prevención y supervivencia del cáncer. Una dieta rica en alimentos de origen vegetal (como verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas) proporciona nutrientes esenciales y compuestos bioactivos que ayudan a reducir el riesgo de cáncer”, dijo Andrews.
Esto no significa que haya que volverse completamente vegetariano para obtener los beneficios, ni significa que ser vegetariano conceda inmunidad contra el cáncer. Andrews aconseja a las personas centrarse en proteínas animales de alta calidad, como pescado, huevos, aves o carnes magras o productos lácteos magros, combinados con una gran cantidad de verduras.
“Este enfoque es sostenible, agradable y cuenta con respaldo científico para la reducción del riesgo de cáncer”, afirmó.
El doctor Eric Winer, director del Centro Oncológico de Yale y presidente y médico jefe del Hospital Oncológico Smilow en Connecticut, compartió los siguientes consejos para reducir el riesgo de cáncer:
- No fumar
- Mantener un peso corporal óptimo
- Hacer ejercicio regularmente
- Consumir una dieta que enfatice frutas y verduras, cereales, algo de proteína y no demasiada grasa. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)