Un grupo de hongos descubiertos en pantanos de Estados Unidos podría ser la clave para nuevos tratamientos contra la tuberculosis, según un estudio reciente.
Investigadores de los Institutos Nacionales de Salud identificaron los compuestos fúngicos que allanarían el camino para tratamientos contra la tuberculosis más cortos y efectivos. Los hallazgos, publicados en la revista PLOS Biology, apuntan a estrategias innovadoras para combatir una enfermedad que afecta a millones de personas cada año.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tuberculosis es una bacteria que suele afectar los pulmones. Se transmite por el aire cuando una persona enferma tose, estornuda o escupe.
Según las estimaciones, alrededor de una cuarta parte de la población mundial se ha infectado por el bacilo y entre 5 y 10 por ciento de estas personas acaba presentando síntomas como dolor en el pecho, pérdida de peso, fiebre, sudores nocturnos y tos prolongada.
Los tratamientos actuales requieren meses de antibióticos diarios, lo que plantea desafíos importantes para los pacientes y los sistemas de atención de la salud. Por esta razón, la necesidad de terapias más breves y manejables es urgente.
El equipo de investigación se centró en las turberas de sphagnum del noreste de Estados Unidos, entornos ricos en especies microbianas competitivas. Estos humedales imitan las condiciones que se encuentran en los pulmones de los pacientes con tuberculosis: ácidos, pobres en nutrientes y privados de oxígeno.
EL PODER SANITARIO DE LOS HONGOS DE PANTANOS
Esta similitud impulsó a los científicos a investigar cómo los hongos en estos pantanos combaten las especies de Mycobacterium, el mismo género bacteriano que incluye Mycobacterium tuberculosis, que causa la tuberculosis.
“Los hongos tienen un enorme repertorio de metabolitos secundarios que pueden producir y han tenido milenios para seleccionar cuáles son los adecuados para el desafío. En este caso, lo sorprendente fue que tres hongos no relacionados convergieron en la misma solución: todos producen sustancias diferentes que tienen el mismo efecto, y solo las producen cuando están expuestos a Mycobacterium tuberculosis”, comentó a Newsweek Clifton Barry, dotor en química orgánica y bioorgánica y uno de los autores del estudio.
En experimentos de laboratorio, el equipo cocultivó Mycobacterium tuberculosis con 1,500 especies de hongos recolectadas en las turberas. Identificaron cinco hongos con efectos tóxicos sobre la bacteria y aislaron tres compuestos clave: patulina, citrina y nidulalina A.
Estas sustancias alteran los tioles, una clase crítica de moléculas esenciales para la supervivencia bacteriana. En palabras de Barry, estos compuestos, como la mayoría de los productos naturales, no son directamente útiles para los seres humanos.
“No se podrían tomar por vía oral. Esto no es inusual para un producto natural como punto de partida para el descubrimiento de fármacos; la rifampicina, por ejemplo, no fue útil cuando se identificó a partir de otra bacteria. Llevó años convertirla en uno de los medicamentos antituberculosos de primera línea y de amplio uso en la actualidad”, dijo.
“ESTAMOS BASTANTE AVANZADOS EN EL CAMINO HACIA LOS ENSAYOS EN HUMANOS”
Aunque estos compuestos no son adecuados como medicamentos por sí mismos, el descubrimiento ofrece un camino prometedor a seguir. El tratamiento dirigido a los procesos reguladores de los tioles en las bacterias de la tuberculosis, agregó el autor, podría conducir a terapias que acorten el tratamiento. Los paralelismos entre el entorno pantanoso y las lesiones pulmonares de la tuberculosis refuerzan el potencial de este enfoque.
Y añadió al tema: “Los próximos pasos son identificar compuestos que tengan el mismo efecto, pero que tengan mejores propiedades farmacéuticas, es decir, que se puedan tomar por vía oral, sean seguros y se puedan fabricar a gran escala. La buena noticia es que ya tenemos candidatos que actúan sobre este mismo mecanismo y estamos bastante avanzados en el camino hacia los ensayos en humanos”. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)