La felicidad de los mexicanos es un tema multifacético; varía según factores individuales, sociales y económicos. En julio de 2024, en promedio, la población adulta calificó su satisfacción con la vida en 8.3 por ciento (de una escala de 0 a 10). Sin embargo, existe una brecha entre hombres y mujeres (anímicamente), de acuerdo con los resultados del Módulo Básico de Bienestar Autorreportado (BIARE) del Inegi.
En julio de 2024 se destacaron seis áreas con niveles de satisfacción superiores a la satisfacción general con la vida. Las relaciones personales fueron las mejor valoradas, con un promedio de 8.7. Le siguieron la vivienda, con una calificación de 8.6; la principal actividad u ocupación y los logros en la vida, ambos con un promedio de 8.5. Y finalmente, las perspectivas a futuro y el estado de salud, cada una con un promedio de 8.4.
“El balance anímico general de la población es un indicador que permite evaluar el estado emocional de las personas en un momento específico”, refiere el Inegi.
En todos los grupos de edad, los hombres tuvieron un balance anímico general más alto que las mujeres. La mayor brecha se observó en el grupo de población de 30 a 44 años, donde los hombres alcanzaron las calificaciones más altas en el balance anímico, con un promedio de 6.7. Por otro lado, las mujeres más jóvenes (18 a 29 años) presentaron el promedio más bajo, con 5.7.
¿CÓMO ESTÁN ANÍMICAMENTE LOS HOMBRES Y LAS MUJERES EN EL PAÍS?
De igual manera, los resultados del Módulo Básico de Bienestar arrojaron que 10.6 por ciento de la población en general reporta niveles de insatisfacción o poca satisfacción con la vida. En tanto, un 41.9 por ciento de la población adulta se ubica en un nivel de satisfacción moderada.
El domino específico con mayor privación de satisfacción es la seguridad ciudadana, pues una de cada cuatro personas adultas en el ámbito urbano está insatisfecha con esta área.
“Un tercer aspecto del bienestar subjetivo es la eudemonía, que está relacionado con el buen funcionamiento psicológico y sentido o propósito de vida (…) La brecha de más relevancia entre los grupos de edad se observa con el enunciado la ‘religión es importante en mi vida’, donde se presenta un mayor acuerdo entre la población de 60 años en adelante, y un menor acuerdo entre la población joven de 18 a 29 años”, indica el Inegi.
Para la captación del BIARE, se debe preguntar directamente a las personas cómo experimentan su propia situación respecto a sus condiciones de vida, tanto materiales (vivienda, nivel socioeconómico) como inmateriales (sus estados de ánimo, relaciones y logros personales, su salud, sus perspectivas a futuro y tiempo libre). Asimismo, se mide la percepción sobre el entorno: la seguridad ciudadana, el vecindario, la ciudad y el país. N