“Subyace a muchas de estas preocupaciones el temor de que la Organización de las Naciones Unidas esté perdiendo legitimidad, lo que podría debilitar su relevancia como foro para la cooperación internacional y la elaboración de normas”: Antonio Guterres, Secretario General de la ONU.
La organización de las Naciones Unidas no ha sabido responder eficazmente a muchos de los retos a los que se enfrenta el mundo, ha sido disfuncional desde su fundación y parece que se creó para fracasar.
Al crear un Consejo de Seguridad de 15 Estados miembros, cinco de los cuales son permanentes y ejercen derecho de veto, históricamente han sido antagonistas, incapaces de lograr mucho consenso. Mientras tanto, la Asamblea General es una institución ineficaz, un foro de discusión sin credibilidad ni autoridad.
Los órganos políticos también adolecen de una importante falta de credibilidad a la vista de todos. Algunos de estos problemas son el resultado directo de nombramientos equivocados por parte del secretario general. Otros son consecuencia de que los Estados miembros votan por otros Estados miembros para que formen parte de órganos políticos sensibles sin preocuparse por su capacidad o voluntad de respetar la Carta de la ONU.
Han surgido escándalos en torno a los más altos cargos de muchas de sus instituciones. Por ejemplo, ¿cómo pudieron los Estados miembros votar a favor de la Federación Rusa y Pakistán para formar parte del Consejo de Derechos Humanos de la ONU?
En otro nombramiento extraordinario, Ali Bahreini, embajador de la República Islámica de Irán y representante permanente ante las Naciones Unidas, fue designado para presidir el Foro Social 2023 del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (noviembre de 2023). ¿Cómo puede alguien en su sano juicio nombrar a Irán para tal cargo, dadas sus atroces violaciones de los derechos humanos?
EL POLÉMICO CASO FRANCESCA ALBANESE
Existe una relatoría especial que preside un experto independiente nombrado por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para monitorear e informar sobre la situación de los derechos humanos en el Territorio Palestino Ocupado.
La actual titular es la señora Francesca Albanese, una reconocida defensora pública de Hamás y Hezbolá, que ha manifestado su apoyo a la captura, retención e incluso asesinato de rehenes israelíes por parte de Hamás, la organización terrorista que ha financiado algunos de sus viajes a conferencias pro-Hamás en diversas regiones del mundo.
La señora Albanese está siendo investigada por miembros de su propio equipo por usar fondos de Hamás para sus viajes, pero es probable que no encuentren nada relevante. ¡Un zorro encargado del gallinero! A pesar de las acusaciones, se ha negado a dimitir y continúa en su puesto, y el secretario general Guterres se ha negado a sancionarla o a destituirla.
El OOPS (UNRWA por sus siglos en ingles) es el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente. La Asamblea General de las Naciones Unidas lo creó en 1949 con el mandato de proporcionar asistencia humanitaria y protección a los refugiados de Palestina registrados en la zona de operaciones del Organismo, a la espera de una solución a su difícil situación.
Los palestinos son el único grupo de refugiados de la historia que cuenta con toda una agencia de la ONU de unos 13,000 empleados a su servicio exclusivo, y han seguido disfrutando de este estatus y de los miles de millones de dólares en financiamiento internacional que lo han acompañado durante más de seis generaciones.
BRAZOS DE NACIONES UNIDAS ESTÁN ALIADOS CON HAMÁS
Su director general, Philippe Lazarinni, se ha negado a reconocer las pruebas contundentes que ilustran el hecho de que los empleados de la UNRWA han estado trabajando con Hamás a lo largo de los años y participaron en el ataque terrorista del 7 de octubre contra Israel, secuestrando, torturando, asesinando y reteniendo a los rehenes en los edificios de la UNRWA y en sus propias casas.
De hecho, la semana pasada la ONU finalmente reconoció que nueve empleados de la UNRWA “podrían haber trabajado” con Hamás. Esto años después de que UN Watch proporcionara a la alta dirección pruebas de que los empleados de la UNRWA también eran miembros de Hamás. Según la UNRWA, ya los despidieron.
Esto resulta poco convincente y nos deja con poca confianza en la capacidad o la voluntad de la ONU para vigilar en lugar de simplemente encubrir verdades incómodas.
Las instalaciones de la UNRWA se han utilizado como depósitos de armas, puntos de lanzamiento para los innumerables ataques diarios con cohetes contra Israel y como escuelas para enseñar a los niños palestinos a odiar a los judíos y a Israel y a creer en la legitimidad de la yihad.
El secretario general Guterres aún no ha reprendido a Lazarinni ni le ha pedido que abandone su cargo. Cualquier investigación que continúe se verá empañada por el actual encubrimiento y la negativa de Lazarinni a aceptar su responsabilidad y dimitir de su cargo.
LA ONU NO PUEDE DETENER A RUSIA
Rusia es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU con derecho a veto. Este mes preside el Consejo de Seguridad, siendo responsable de dirigir los asuntos del Consejo y de gestionar la aprobación de resoluciones sobre todos los temas que de facto se convierten en ley internacional.
Rusia ha incumplido todos los artículos de la Carta de las Naciones Unidas con su brutal invasión de Ucrania y su actual campaña de genocidio del pueblo ucraniano. Decenas de miles de personas han sido asesinadas, miles de niños ucranianos han sido secuestrados en Rusia para ser adoctrinados y la infraestructura del país ha sido lentamente destruida.
Sin embargo, el secretario general de la ONU y la Secretaría no tienen poder para intervenir y evitar que Rusia asuma esta posición vital y ejerza plenamente sus funciones.
¿Es de extrañar que la opinión pública desconfíe profundamente de la capacidad de la ONU para cumplir cualquier función útil como organismo político? ¿Se puede hacer algo para que la institución se adecue a sus fines? No lo creo.
Ni Rusia ni China ni Estados Unidos permitirán que ninguna institución multilateral afecte su soberanía nacional haciéndoles supeditarse a las decisiones de la organización.
Ante esta realidad, la organización seguirá cojeando como lo ha hecho todos estos años, costando a los contribuyentes mundiales, en especial a los estadounidenses, decenas de millones de dólares cada año, sin que sus órganos políticos consigan gran cosa.
LAS AGENCIAS DE NACIONES UNIDAS SON LA EXCEPCIÓN
Las agencias especializadas son un caso aparte. Estas sirven de guardianes que abordan y resuelven grandes retos como las enfermedades, los problemas ambientales, las telecomunicaciones, la educación y las tragedias de los refugiados. Creo que merecen la pena y deben continuar.
Estas agencias están ahí cuando se requiere la cooperación internacional, como cuando se producen catástrofes naturales o causadas por el ser humano, durante epidemias y para promover la cooperación en el transporte aéreo y marítimo con el fin de garantizar la seguridad pública.
Tal vez una organización de representantes compuesta por las agencias especializadas con un eje administrativo más que político podría crear una institución que gozara de cierta credibilidad y produjera resultados reales. Un centro de coordinación pequeño y eficiente, sin la carga de la enorme y engorrosa burocracia actual que persigue objetivos que no se pueden cumplir y con un costo mucho menor, podría ser la solución.
Así se podría crear un foro multilateral que abordara problemas reales que pueden resolverse, en lugar de una institución paralizada por objetivos nacionales que normalmente van en contra de los intereses y las necesidades de la población mundial.
En estos días de cinismo masivo y duda en las instituciones, esto podría dar lugar a un organismo internacional que inspire confianza y represente una buena inversión para los contribuyentes mundiales. Este es nuestro desafío. N
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Eduardo del Buey es diplomático canadiense jubilado, autor, internacionalista, catedrático y experto en comunicaciones estratégicas. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.