Desde hace algún tiempo se viene vaticinando una crisis económica que no se ha presentado. Sin embargo, el viernes 2 de agosto se presentaron los resultados del mercado laboral del mes de Julio en Estados Unidos y es el tercer mes consecutivo a la baja en la creación de empleos, sólo se crearon 114 mil puestos de trabajo, lo cual quedó por debajo de lo estimado y el desempleo aumentó a 4.3 por ciento.
Esto provocó una pérdida de confianza en la dinámica económica de Estados Unidos y el lunes 5 de agosto se desplomaron las bolsas de valores. La caída más fuerte fue la que experimento la bolsa de Tokio en Japón en donde el Índice Nikkei 225 perdió 12.4 por ciento por los temores de la economía estadounidense y la apreciación del yen. El Índice FTSE 100 de Europa perdió 2 por ciento y el Índice S&P 500 de Estados Unidos perdió 3 por ciento en una sola jornada.
En México la caída no fue tan pronunciada, el índice principal de la Bolsa Mexicana de Valores bajó 0.89 por ciento y esto ocasionó que el peso continue perdiendo valor con respecto al dólar. El precio del dólar se ubicó en un máximo de 20.24 pesos, el mayor nivel en más de dos años. Sólo en las últimas tres jornadas el peso acumula una pérdida de 5.5 por ciento, tras conocerse el jueves que la actividad manufacturera de Estados Unidos cayó a su nivel más bajo en ocho meses.
La gran pregunta que surge es, ¿estamos próximos a experimentar una recesión económica o una crisis? Lo primero que se tiene que hacer es monitorear los indicadores económicos para que el gobierno de Estados Unidos reaccione con la implementación de políticas económicas contra cíclicas. Cualquier libro de texto de macroeconomía nos enseña que la economía se comporta de forma cíclica, con auges o crecimiento económico y caídas o recesión económica, que puede convertirse en crisis dependiendo de la severidad económica de la caída de indicadores como empleo y producción.
La empresa de ventas en línea más grande del mundo, Amazon, una desaceleración de sus ventas por segundo trimestre consecutivo y el precio de sus acciones se desplomó 8 por ciento. Se tiene entonces una disminución de las ventas, por tanto, una disminución en la producción y un aumentó en el desempleo. ¿Cómo se llegó a esta situación? Los bancos centrales como la Reserva Federal (FED) y los bancos de Europa y Japón emitieron grandes cantidades de dinero para hacer frente a la crisis por COVID19 a partir de 2020, esto se tradujo en inflación o crecimiento acelerado de precios.
La receta para disminuir la inflación es incrementar las tasas de interés, cuando se incrementan las tasas de interés, las personas reducen su consumo a partir del crédito, lo que provoca menos ventas, que como ya dijimos se traduce en desempleo, y a su vez menor consumo y una desaceleración de la economía. El costo que se paga por bajar la inflación es menor crecimiento y mayor desempleo.
De acuerdo con algunos economistas como Paul Krugman y David Rosenberg, Estados Unidos se encuentra en una pre-recesión, en donde estamos caminando por el filo de la navaja y dependiendo de la política monetaria que implemente la FED nos podríamos encontrar ante una recesión o una posible crisis económica parecida a la de 2008. Se espera que, en la próxima reunión de la FED, la tasa de interés baje por lo menos medio punto porcentual para tratar de reavivar los mercados.
Las condiciones actuales se antojan para que sean el pretexto perfecto para que se desinfle la burbuja en el precio de las acciones, sobre todo de las empresas tecnológicas como Alphabet (Google), Apple, Amazon, Meta (Facebook), Nvidia y Tesla. Ante la gran cantidad de dinero que se emitió con pretexto de la crisis por COVID19, mucha de esta masa monetaria fua a la compra de acciones, cuyos precios se incrementaron de forma exagerada y es cuestión de tiempo para que se dé una corrección de precios.
En los próximos meses veremos como responden los mercados a las elecciones en Estados Unidos y si la recesión o crisis se posterga hasta el siguiente año como ha venido sucediendo. No queda más que esperar que tan eficientes son las políticas que implementen los gobiernos para mitigar los efectos y que en lugar de que tengamos una crisis, sólo sea recesión económica, o en lugar de recesión, sólo desaceleración. La historia económica nos enseña que es poco probable y que ya es inminente una caída fuerte de la actividad económica.
Por lo pronto, abróchense los cinturones porque se espera que los meses restantes del año sean de mucha turbulencia o alta volatilidad en los mercados accionarios y de divisas. Y por último recordemos que si a Estados Unidos le da catarro a México le da pulmonía, por el nivel de dependencia económica que tenemos, así que tomemos nuestras previsiones. N